Caso Paulina Lebbos: Dos testimonios comprometen al ex comisario Brito

Los imputados aseguraron ante los jueces que las actas del hallazgo del cuerpo estuvieron a cargo del ex titular de la Regional Norte.

SU TURNO. Sánchez, ex jefe de la Policía, en Tribunales. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO SU TURNO. Sánchez, ex jefe de la Policía, en Tribunales. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
04 Diciembre 2013
Alrededor de las 9.30 comenzó el juicio contra el ex comisario Enrique Antonio García y los ex policías Manuel Exequiel Yapura y Roberto Oscar Lencina, acusados de la falsificación de instrumentos públicos, tras el hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos, a la vera de la ruta nacional 341, en Tapia, el 6 de marzo de 2006. Alberto Lebbos, padre de la joven asesinada, los denunció por mal accionar policial y sostiene que se trata de maniobras de encubrimiento.

Cerca de las 8.30 llegaron al Palacio de Justicia Pablo Baillo, ex ministro de Seguridad Ciudadana; Eduardo Di Lella, ex secretario de la misma repartición, y Hugo Sánchez, ex jefe de la Policía. Los tres cumplían funciones cuando fue hallado el cuerpo de Paulina.

El primero en declarar fue García, quien sostuvo que no intervino en la confección de las actas del hallazgo del cuerpo porque esa tarea fue exclusiva del ex titular de la Unidad Regional Norte, Héctor Rubén Brito, quien se encuentra detenido por presunto encubrimiento del asesinato. Aseveró que sólo recibió ordenes y que firmó la documentación a ciegas por confiar en sus superiores.

Agregó que fue él quien le aportó a la fiscalía el dato de que existía la declaración de un remisero. "Si hubiera querido encubrir, no habría entregado las actas falsificadas. Mi pecado fue confiar en mis superiores", insistió.

Acto seguido, prestó declaración Yapura, quien aseguró que toda la documentación estuvo a cargo del ex comisario Brito. Adujo que fue él quien le tomó declaración al remisero Diego Nieva, quien conducía un Fiat Duna similar al que se buscaba por entonces. "Cuando le mostré a Brito el testimonio que me había dado Nieva, me respondió que 'era una cagada'. La tomó y al rato trajo una nueva declaración, más larga, y me pidió que la firmara. Me amenazó con 'meterme en cana' si no lo hacía", dijo.

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