12 Diciembre 2013
HOMENAJE. Miles de sudafricanos gritan consignas en favor de Mandela por las calles de la capital, Pretoria. reuters
PRETORIA.- Familiares, personalidades sudafricanas y líderes extranjeros desfilaron ante el féretro del líder antiapartheid Nelson Mandela, fallecido el jueves a los 95 años, y velado en el primer día de capilla la ardiente instalada en el Union Buildings, la sede del gobierno sudafricano. A través de una cubierta de vidrio, los visitantes pudieron ver el rostro de Mandela, quien se encuentra vestido con una de sus características camisas batik de Indonesia, en tonalidades marrón y amarillo.
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, fue el primero en presentar sus respetos ante el féretro, seguido de la viuda de Mandela, Graça Machel, y de su ex mujer Winnie Madikizela-Mandela, ambas vistiendo turbantes negros. Les siguieron decenas de miembros de la familia y líderes sudafricanos, incluido el último presidente del Apartheid, FW De Klerk, además de autoridades africanas, como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y su mujer Grace. También el cantante de U2, Bono, y la modelo Naomi Campbell pasaron ante el ataúd, y lo mismo hicieron dignatarios llegados de todo el mundo.
Tras el paso de las autoridades y la familia, la capilla ardiente quedó abierta al público. Los visitantes se detenían por un instante ante el ataúd, algunos hacían reverencias o se colocaban la mano sobre el corazón. Mandela transmitía paz y dignidad, relataron. Portia Motsepe, una maestra retirada de 60 años, llegó para ver a Mandela junto con su sobrino, llevando vestimenta verde, negra y amarilla, los colores del partido gobernante Congreso Nacional Africano, del que Mandela formó parte. “No sabemos quién llevará la batuta. Pero nosotros sostendremos su legado”, afirmó.
Motsepe era uno de los miles de sudafricanos que formaron fila durante el día para ver el cadáver. La hilera llegó a rodear la calle frente al edificio gubernamental dio la vuelta a la manzana. El ministro Collins Chabane dijo que al menos 2.000 personas podrán contemplar el cuerpo cada hora. Un funcionario gubernamental calculó que al finalizar del primer día, con algo más de cinco horas para que el público pueda despedirse de Mandela, habrán ingresado más de 12.000 personas. Algunos no pudieron entrar y deberán regresar mañana por la mañana, tras alcanzarse el límite diario.
A primera hora de la mañana, una comitiva militar llevó el ataúd desde el hospital militar de la capital hasta el anfiteatro del Union Buildings, al que ahora se dio el nombre de Nelson Mandela. Cientos de personas aguardaron el paso del cortejo fúnebre, aunque las calles no estaba llenas.
“Tan sólo pude dar un vistazo al féretro con la bandera”, explicó Nelson Machaka, de 46 años y miembro del gobernante Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela. “Madiba fue mi padre. Incluso me pusieron su nombre. Por eso necesito ver su cuerpo”, señaló.
La zona fue cerrada al tráfico por el Ejército y el féretro, cubierto con la bandera sudafricana, era custodiado también desde el cielo por helicópteros. Cuando el cuerpo de Mandela llegó al complejo gubernamental se hizo el silencio, sonó el himno nacional y los policías y soldados presentaron sus respetos.
El nieto mayor del ex presidente sudafricano, Mandla Mandela, estuvo al frente del pequeño grupo que caminó tras el ataúd mientras éste entraba en la sala donde quedó expuesto.
Hasta el viernes, el féretro estará en el edificio del gobierno y tras esos tres días, el cuerpo de Mandela será llevado a Qunu, el pueblo en el que creció y vivió los últimos años y donde será enterrado el domingo. (DPA)
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, fue el primero en presentar sus respetos ante el féretro, seguido de la viuda de Mandela, Graça Machel, y de su ex mujer Winnie Madikizela-Mandela, ambas vistiendo turbantes negros. Les siguieron decenas de miembros de la familia y líderes sudafricanos, incluido el último presidente del Apartheid, FW De Klerk, además de autoridades africanas, como el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y su mujer Grace. También el cantante de U2, Bono, y la modelo Naomi Campbell pasaron ante el ataúd, y lo mismo hicieron dignatarios llegados de todo el mundo.
Tras el paso de las autoridades y la familia, la capilla ardiente quedó abierta al público. Los visitantes se detenían por un instante ante el ataúd, algunos hacían reverencias o se colocaban la mano sobre el corazón. Mandela transmitía paz y dignidad, relataron. Portia Motsepe, una maestra retirada de 60 años, llegó para ver a Mandela junto con su sobrino, llevando vestimenta verde, negra y amarilla, los colores del partido gobernante Congreso Nacional Africano, del que Mandela formó parte. “No sabemos quién llevará la batuta. Pero nosotros sostendremos su legado”, afirmó.
Motsepe era uno de los miles de sudafricanos que formaron fila durante el día para ver el cadáver. La hilera llegó a rodear la calle frente al edificio gubernamental dio la vuelta a la manzana. El ministro Collins Chabane dijo que al menos 2.000 personas podrán contemplar el cuerpo cada hora. Un funcionario gubernamental calculó que al finalizar del primer día, con algo más de cinco horas para que el público pueda despedirse de Mandela, habrán ingresado más de 12.000 personas. Algunos no pudieron entrar y deberán regresar mañana por la mañana, tras alcanzarse el límite diario.
A primera hora de la mañana, una comitiva militar llevó el ataúd desde el hospital militar de la capital hasta el anfiteatro del Union Buildings, al que ahora se dio el nombre de Nelson Mandela. Cientos de personas aguardaron el paso del cortejo fúnebre, aunque las calles no estaba llenas.
“Tan sólo pude dar un vistazo al féretro con la bandera”, explicó Nelson Machaka, de 46 años y miembro del gobernante Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela. “Madiba fue mi padre. Incluso me pusieron su nombre. Por eso necesito ver su cuerpo”, señaló.
La zona fue cerrada al tráfico por el Ejército y el féretro, cubierto con la bandera sudafricana, era custodiado también desde el cielo por helicópteros. Cuando el cuerpo de Mandela llegó al complejo gubernamental se hizo el silencio, sonó el himno nacional y los policías y soldados presentaron sus respetos.
El nieto mayor del ex presidente sudafricano, Mandla Mandela, estuvo al frente del pequeño grupo que caminó tras el ataúd mientras éste entraba en la sala donde quedó expuesto.
Hasta el viernes, el féretro estará en el edificio del gobierno y tras esos tres días, el cuerpo de Mandela será llevado a Qunu, el pueblo en el que creció y vivió los últimos años y donde será enterrado el domingo. (DPA)
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