26 Febrero 2014
"YACALO". Franco Alejandro Villagra lleva dos años en Villa Urquiza. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
Con gritos, insultos y hasta golpes de puño. Así comenzó ayer el juicio por el crimen de Constanza Lucía González (“Conty”), la adolescente de 14 años que murió con un disparo en la cabeza en la puerta de su casa de Alderetes cuando intentaron robarle el celular y la cámara de fotos. Un enfrentamiento entre familiares de la víctima y del único imputado, Franco Alejandro Villagra (“Yacalo”), demoró el inicio del debate y obligó al tribunal a restringir el acceso del público.
El incidente que marcó la jornada ocurrió durante el primer cuarto intermedio, cuando el abogado defensor Roberto Flores solicitó una serie de medidas. Los jueces de la Sala III° (Carlos Caramuti, Dante Ibáñez y Juana Juárez) se retiraron a analizar ese pedido y tanto el público como las partes permanecieron en la sala de juicio. Minutos después, el imputado pidió permiso para ir al baño. Los dos policías que lo custodiaban le colocaron las esposas y lo sacaron de la sala.
El público lo siguió con la mirada hasta que la puerta se cerró detrás de Villagra. Pasaron tres segundos y se escuchó un golpe seguido de alaridos. Los familiares de ambas partes, que habían colmado la sala, salieron en forma de estampida y se sumaron a una pelea que duró varios minutos. Personas que estaban en el hall del segundo piso del Palacio de Tribunales contaron que dos hombres se le fueron encima al imputado cuando caminaba hacia el baño. Lo tiraron al piso de una trompada -según relataron los testigos- y pronto se sumaron los allegados de ambas partes.
Cuando entre todos -familiares, funcionarios judiciales y policías- lograron calmar las aguas, la incertidumbre en cuanto a la continuidad del juicio se instaló en los pasillos de tribunales durante más de una hora. Finalmente, los jueces decidieron reanudar el debate con la condición de que sólo ingresaran cinco personas por el imputado y cinco por la víctima.
Dos testimonios
El juicio se reanudó cerca del mediodía. Caramuti anunció que no se hacía lugar al pedido de la defensa y advirtió a los presentes que el debate continuaría sin público en caso de producirse otro incidente. Luego escuchó dos relatos.
Villagra, quien está acusado de homicidio doblemente agravado, aceptó declarar. Se sentó frente al tribunal y negó cualquier tipo de vinculación con el crimen de “Conty”, ocurrido el 15 de enero de 2012. “Quiero que encuentren al culpable porque yo he pasado muchas cosas ahí adentro (en el penal de Villa Urquiza) estos dos años”, manifestó el hombre que tiene 27 años, aunque no los aparenta.
El imputado habló de una persecución policial. Dijo que cada vez que ocurría un robo en Alderetes la Policía lo acusaba y allanaba su casa. “No sé qué tiene la Policía contra mí”, expresó. Y aclaró que tiene otro juicio pendiente por robo, aunque tampoco se hizo cargo de ese delito. “Sobre lo que le ha pasado a la finadita ‘Conty’, no sé quién habrá sido” (sic), remarcó Villagra.
Después vino el turno de José González, querellante y padre de la víctima. Representado por la abogada Teresita Mendilaharzu, trató de reconstruir lo que sucedió la mañana del asesinato de su hija. Pero el hombre estaba nervioso, la voz se le entrecortaba y en algunos momentos rompió en llanto. Sin embargo, respondió a todas las preguntas y finalizó su declaración. El debate continuará hoy con las declaraciones de los testigos.
Irán a buscar a un testigo clave
Son 17 los testigos que deben declarar en el juicio. Sin embargo, ayer se presentaron solamente 13. El tribunal ordenó que fueran a buscar con la fuerza pública a los ausentes, entre ellos el dueño del relato más importante. Se trata del amigo de “Conty” que vive a 30 metros de su casa. Él la dejó en la puerta aquella trágica mañana, escuchó el disparo, vio al homicida y reconoció al imputado en rueda de personas.
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