12 Marzo 2014
CONFERENCIA EPISCOPAL. Monseñor Arancedo preside la asamblea de obispos que ayer analizó los efectos sociales del tráfico de la droga. dyn
BUENOS AIRES.- La Iglesia Católica insistió, en reclamar que se instrumenten “medidas urgentes” para combatir el narcotráfico y que la lucha contra esta problemática se convierta en “política de Estado”.
“Los obispos siguen preocupados por el alarmante avance del narconegocio, y quiere que se tomen medidas urgentes para combatirlo”, dijo el vocero episcopal, Jorge Oesterheld, al comenzar la 167° reunión de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Argentina.
El vocero destacó, sin embargo, la repercusión que tuvo el documento que la Iglesia difundió en noviembre, al asegurar que “sirvió para que la sociedad y las autoridades tomen conciencia de la gravedad del problema de las drogas y del narcotráfico”.
Una veintena de obispos, presididos por monseñor José María Arancedo, de Santa Fe, comenzaron a analizar, ayer, temas de actualidad y eclesiales en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro. Las sesiones se iniciaron con un intercambio, en el que surgió “tangencialmente” la cuestión de la reforma al Código Penal, y “con más fuerza”, el tema del narcotráfico, confirmó Oesterheld. El sacerdote precisó que el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, informará a sus pares sobre los alcances que tuvo el compromiso suscripto hace tres meses con los partidos políticos de la oposición, para que el Estado instrumente medidas para combatir el narcotráfico. “Debemos pensar en políticas nuevas que ayuden a que la juventud y los niños sean defendidos de este flagelo. A veces hay leyes, pero quedan en el aire, porque no son bajadas a la realidad concreta”, cuestionó hace unos días el vicepresidente primero del Episcopado, monseñor Virginio Bresanelli, al ser consultado sobre el tema.
En el documento, difundido el 7 de noviembre el Episcopado criticó la “ausencia del Estado” en la lucha contra el narcotráfico, y afirmó que se alcanzó una “situación de desborde por la complicidad y corrupción de algunos dirigentes”. “Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio”, advirtió en aquella oportunidad. (DyN)
“Los obispos siguen preocupados por el alarmante avance del narconegocio, y quiere que se tomen medidas urgentes para combatirlo”, dijo el vocero episcopal, Jorge Oesterheld, al comenzar la 167° reunión de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Argentina.
El vocero destacó, sin embargo, la repercusión que tuvo el documento que la Iglesia difundió en noviembre, al asegurar que “sirvió para que la sociedad y las autoridades tomen conciencia de la gravedad del problema de las drogas y del narcotráfico”.
Una veintena de obispos, presididos por monseñor José María Arancedo, de Santa Fe, comenzaron a analizar, ayer, temas de actualidad y eclesiales en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro. Las sesiones se iniciaron con un intercambio, en el que surgió “tangencialmente” la cuestión de la reforma al Código Penal, y “con más fuerza”, el tema del narcotráfico, confirmó Oesterheld. El sacerdote precisó que el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, informará a sus pares sobre los alcances que tuvo el compromiso suscripto hace tres meses con los partidos políticos de la oposición, para que el Estado instrumente medidas para combatir el narcotráfico. “Debemos pensar en políticas nuevas que ayuden a que la juventud y los niños sean defendidos de este flagelo. A veces hay leyes, pero quedan en el aire, porque no son bajadas a la realidad concreta”, cuestionó hace unos días el vicepresidente primero del Episcopado, monseñor Virginio Bresanelli, al ser consultado sobre el tema.
En el documento, difundido el 7 de noviembre el Episcopado criticó la “ausencia del Estado” en la lucha contra el narcotráfico, y afirmó que se alcanzó una “situación de desborde por la complicidad y corrupción de algunos dirigentes”. “Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio”, advirtió en aquella oportunidad. (DyN)