Madres con hijos adictos apoyan la adhesión a la ley nacional

Según una asociación civil, se descomprimirán los juzgados federales

14 Marzo 2014
Ellas han visto de todo. En cualquier casa humilde de sus barrios hay puertas que se abren y se cierran constantemente. El desfile de chicos y jóvenes es constante. Son adictos, pero también venden para poder consumir. Arman listas con los apodos de los vendedores y se los acercan a la Policía y a la Justicia Federal. Las madres de jóvenes adictos están desesperadas. “Cada vez hay más familias que se dedican a vender droga”, dicen. Por eso, la nueva ley que se aprobó ayer en la Legislatura significa para ellas una luz de esperanza en la lucha que llevan adelante desde hace más de cinco años.

“La idea de que las investigaciones por comercio de cantidades menores de droga pasen de la Justicia federal a la Justicia provincial significa más frentes para atacar a los dealers y eso está bueno”, expresó Edith Haberte, fundadora de la Asociación Madres de la Esperanza. “Tuvimos reuniones con jueces federales y les planteamos que estamos cansadas de que la droga en nuestros barrios se siga vendiendo como cualquier cosa. Nos dijeron que están abarrotados de causas. Si los fueros provinciales empiezan a trabajar en las causas menores, tal vez la Justicia Federal se descomprima y pueda atacar a los peces gordos. Pero lo bueno sería que trabajen en contacto permanente los dos tribunales”, opinó.

“En esta problemática hay muchas cosas que ver cómo se van a tratar: los casos de mujeres que están frente al negocio narco porque saben que al ser detenidas vuelven a sus casas porque tienen hijos. Caen muchas veces, pero nunca cumplen sus penas”, remarcó.

Según Elsa Juárez, integrante de las “Madres del Pañuelo Negro”, podría significar un avance que las causas de narcomenudeo pasen a manos del poder judicial de la provincia. “Tal vez así los adictos dejen de ser perseguidos y sean tratados como se lo merecen, puedan recibir un tratamiento por ejemplo”, señaló.

Elsa se refiere a los “soldaditos del paco”, como llaman en la Costanera a los adolescentes que “trabajan” haciendo delivery de droga en la zona. Son jóvenes adictos que conforman una red de vigilancia para los “transas”. Como contrapartida, los dealers les dan droga para consumir. “Generalmente son los que caen presos. A los dealers para los que trabajan les hacen allanamientos en sus casas, pero al poco tiempo están vendiendo de nuevo. Los soldaditos suelen tener otras causas penales, por robo, entonces nunca reciben el tratamiento que necesitan. Ellos están desesperados por la droga, por eso venden y roban. Son el último eslabón de la cadena. Es hora que la Justicia Federal ponga los ojos y todas sus herramientas para atacar los eslabones principales del narcotráfico”, opinó. Elsa, al igual que muchas otras mamás, viven amenazadas por los dealers ya que ellas constantemente están denunciando diferentes puntos de venta. “Nos sentimos solas en esta lucha. Hacen operativos, se llevan detenidos y a los pocos días están en la calle. ¿Si eso no es corrupción, qué es?”, se pregunta. “Deberían investigar mejor para que las causas no caigan por falta de pruebas. Y también aumentar las penas”, añade.

Todo seguirá igual

“No creo que esta nueva ley vaya a generar grandes cambios o soluciones. Van a recargar a un poder judicial para que el otro no haga mucho. Sabemos que mientras haya corrupción seguirán cayendo los consumidores y los que se dedican al narcomenudeo. Lo bueno de esta ley sea quizás que va a dejar más en evidencia esta situación”, resaltó Carolina. Tiene 28 años y le tocó estar frente a los Tribunales Federales por una causa de tenencia y cultivo de marihuana. En realidad, primero la detuvieron junto a dos amigas por cultivo y venta de esta sustancia. Más de 25 policías irrumpieron en su vivienda con orden del juez para hacer un allanamiento. “Lo publicitaron como un súper operativo. Encontraron 10 plantas de marihuana que eran para consumo personal. Estuvimos procesadas un año y medio. Nunca pudieron probar la venta de droga, entonces le cambiaron la carátula a la causa y después nos sobreseyeron. Nuestra causa demostró la ineficacia de una fuerza que debería investigar las grandes causas, pero que está detrás de los consumidores”, añadió.

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