“Los personajes están muertos hasta que el actor les da vida”

El director presenta un libro que reúne tres de sus producciones como dramaturgo

POLIFACÉTICO. Rafael Nofal es investigador, director, dramaturgo y profesor en la Licenciatura de Teatro de la Facultad de Artes de la UNT. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso POLIFACÉTICO. Rafael Nofal es investigador, director, dramaturgo y profesor en la Licenciatura de Teatro de la Facultad de Artes de la UNT. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
15 Mayo 2014
Rafael Nofal es un hombre inquieto. Profesor de teatro, investigador, director y dramaturgo con cuatro décadas de trayectoria y varios reconocimientos y premios, tiene en escena su obra “El tiempo de las mandarinas” (dirigida por Jorge de Lassaletta) y, en paralelo, repuso “El misachiquitito”, en la que dirige un texto de Manuel Maccarini. Para completar su actualidad, esta noche se presentará el libro que reúne a tres de sus creaciones: “El tiempo...”, “Envejecer con vos” y “Siempre nos quedará París”.

- ¿Qué valor le das a este libro?

- Publicar es casi un acto de amor a la letra impresa. La obra teatral escrita no deja de ser literatura, mientras que el teatro es un hecho vivo. Los personajes escritos están muertos hasta que llega el actor y les da vida.

- ¿Cuáles son tus expectativas?

- Tenerlo impreso es el comienzo del camino, lleva unos dos años saber cómo anda el libro. Pero quiero hacer presentaciones y distribuirlo por la región, quiero ser un productor de mi zona. Las obras se conocen y circulan por Internet, pero a mí me sigue gustando el libro. Por ejemplo, “El tiempo...” va a integrar la colección de dramaturgia del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (Celcit), de cuyo sitio web se la puede bajar.

- Tenés una actividad constante en la escena local, pero no dirigís las obras que escribís.

- Me cuesta hacerlo, por lo que agradezco a De Lassaletta estar al frente de “El tiempo...”. Él encontró recursos en la puesta que yo nunca hubiese aplicado. Pero mi relación con mis textos es compleja: nunca pude ver en escena, ni quiero hacerlo, “Envejecer”, una obra que se puso acá, en Catamarca y en México. Y Maccarini está trabajando sobre “Siempre...” con la idea de estrenarla a fin de año; tiene partes musicales, lo que es extraño para mí.

- ¿Qué te resulta más placentero: escribir o dirigir?

- Son dos cosas bien distintas. Cuando escribo, no lo hago sobre el escenario y con los actores, sino que me encierro en mi casa, es un producto de laboratorio. Dirigir, en cambio, es un acto creativo grupal, en el cual no funciono si no hay actores que aportan lo suyo en una actitud comunitaria. Con los años me voy poniendo más ermitaño, pero el vicio de ir al teatro vacío dos horas antes de la función es muy movilizante y maravilloso. Es parte de mi vida.

- ¿Hay algún hilo conductor que hilvana las tres obras?

- La mujer y el espacio que ocupa. En su esencia, no son obras tan distintas entre sí: “El tiempo...” habla más de la posición de la mujer en la sociedad que de las desaparecidas; “Siempre...” aborda la mujer invisibilizada en la sociedad, y “Envejecer...” se refiere al poder de la mujer en una pareja. Socialmente, se la ubica como la persona que no tiene fuerza ni usa la violencia física para tener un lugar.

- Como docente de la carrera de teatro de la UNT, ¿qué significa que cumpla 30 años?

- Pese a todas las fallas que tiene, sigue siendo el lugar que nutre de teatristas a todo el NOA. Hay un egresado ocupando un lugar importante en todas las provincias de la región, y también es productora de público. Por algo la oferta teatral es tan grande en Tucumán, incluso es superior a la demanda. Luego de Buenos Aires y de Rosario, es la tercera plaza nacional de producción teatral.

- ¿Tus obras reflejan la identidad teatral tucumana?

- El teatro tucumano no tiene una identidad propia, está muy atravesado por las nuevas tendencias que vienen de afuera y por pensamientos hegemónicos.

PRESENTAN HOY

• A las 21, en el espacio cultural Aureliano Buendía, Córdoba 1.059.

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