27 Junio 2014
CRECIMIENTO. Las nuevas variedades producen, entre otros efectos, un mayor desarrollo vegetativo de las plantas. la gaceta / archivo
Los productores siempre estamos buscando hacer más eficiente nuestro sistema productivo y, para ello, las herramientas tecnológicas que fueron apareciendo, año tras año, constituyeron una gran ayuda para lograr aumentar nuestros rindes y bajar nuestros costos productivos, afirmó Sebastián Robles Terán, presidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT).
La pregunta que los productores siempre nos hacemos, a la hora de decidir el uso de nuevas herramientas biotecnológicas en nuestro campo, es saber “cuáles serán las mejoras que me dará el uso de esta herramienta”, planteó.
Sin duda que “el uso de biotecnología nos ayudó a mejorar nuestro margen bruto, a obtener una producción diferenciada” en lo referente por ejemplo, a un mejor contenido proteico, y a “hacer más eficiente un control de malezas o de insectos”.
“El uso de nuevas alternativas biotecnológicas me dio una sustancial mejora, con respeto a cultivares o variedades que anteriormente se usaba, y esto es algo que siempre lo tenemos en cuenta a la hora de decidir por otro evento o cultivar nuevo que pueda llegar a salir”, dijo Robles Terán. O sea que “siempre buscamos, en la elección de un nuevo cultivar biotecnológico o no, el que se adecue lo mejor posible a nuestro campo y que, a la vez, mejore nuestra ecuación”.
Soja RR
El productor reconoció que “la aparición del evento RR, en soja, fue el gran salto que tuvimos los productores para lograr una mayor eficiencia”, pero también sirvió para lograr ampliar la frontera agropecuaria del país, ya que permitió que zonas nuevas pudieran cultivarse con estas sojas biotecnológicas.
Este evento RR logró que el productor tenga que adaptarse a su uso, y lograr obtener un sinfín de beneficios, ya que “se cambiaron los sistemas de cultivos, se disminuyeron las distancias de siembra y se modificaron las densidades, pero por sobre todo permitió que el uso de la siembra directa apareciera con fuerza y se lograra obtener un mayor beneficio ambiental”, debido a “su sistema conservacionista en el uso de suelo”.
“La soja RR fue el puntapié al uso de eventos biotecnológicos en los cultivos extensivos, con lo que los productores pudieron adaptarse rápidamente a su uso”, y que ya cumpla más de tres décadas.
Desde la aparición de esta herramienta, fueron surgiendo otros eventos como resistencia a otros herbicidas e insectos, que permitieron al productor optimizar su rendimiento y mejorar su margen bruto.
Sin duda que, a la aparición de nuevos eventos o diferentes cultivares que tengan uno u otro evento, solo o combinado, “otorga al productor mayores alternativas para elegir aquello que él necesita en su campo para producir mejor y más eficiente”.
La investigación
Todo este mosaico de elección de cultivares y variedades, con o sin evento biotecnológicos, que hoy dispone el hombre de campo, es porque alguien está trabajando en esto y es aquí donde intervienen técnicos, investigadores y empresas, que todo el tiempo están buscando nuevas alternativas de semillas o productos para el productor.
“Aquí empieza el cuello de botella que todavía en nuestro país no podemos solucionar, y que está referido a la Ley de Patentes”; todavía no tenemos una que nos reglamente. Veo que “los productores, en cierta medida, aceptan utilizar estas herramientas y pagar por ellas o sea que aceptan la propiedad intelectual, pero la discusión y los desencuentros que se generan son a la hora de cómo se debe reconocer por este trabajo de investigación y desarrollo” que lograron para obtener nuevas herramientas tecnológicas.
En otros países este tema ya lo tienen solucionado y, por ello, siempre tienen al alcance de la mano las nuevas tecnologías a disposición, mientras nosotros seguimos discutiendo, observó.
Sin duda que “los que investigan y trabajan en obtener nuevas herramientas buscan el reconocimiento de su trabajo, y si el sector aporta por su trabajo, seguramente seguirá en este proceso de obtener nuevas herramientas” que necesite el sector productivo.
“Los productores reconocemos la propiedad intelectual al comprar cualquier producto, pero a la hora de hablar de material genético vienen los problemas”, dijo.
Lógicamente, que la actividad agrícola ganadera siempre sufre variaciones a lo largo del tiempo y la necesidad de herramientas que hagan más eficiente su sistema productivo es permanente, por lo que los trabajos de estas empresas o instituciones en desarrollar nuevos cultivares, variedades o productos nuevos es una necesidad permanente. Por ello, “debemos tener una herramienta que los proteja de su trabajo intelectual”.
La pregunta que los productores siempre nos hacemos, a la hora de decidir el uso de nuevas herramientas biotecnológicas en nuestro campo, es saber “cuáles serán las mejoras que me dará el uso de esta herramienta”, planteó.
Sin duda que “el uso de biotecnología nos ayudó a mejorar nuestro margen bruto, a obtener una producción diferenciada” en lo referente por ejemplo, a un mejor contenido proteico, y a “hacer más eficiente un control de malezas o de insectos”.
“El uso de nuevas alternativas biotecnológicas me dio una sustancial mejora, con respeto a cultivares o variedades que anteriormente se usaba, y esto es algo que siempre lo tenemos en cuenta a la hora de decidir por otro evento o cultivar nuevo que pueda llegar a salir”, dijo Robles Terán. O sea que “siempre buscamos, en la elección de un nuevo cultivar biotecnológico o no, el que se adecue lo mejor posible a nuestro campo y que, a la vez, mejore nuestra ecuación”.
Soja RR
El productor reconoció que “la aparición del evento RR, en soja, fue el gran salto que tuvimos los productores para lograr una mayor eficiencia”, pero también sirvió para lograr ampliar la frontera agropecuaria del país, ya que permitió que zonas nuevas pudieran cultivarse con estas sojas biotecnológicas.
Este evento RR logró que el productor tenga que adaptarse a su uso, y lograr obtener un sinfín de beneficios, ya que “se cambiaron los sistemas de cultivos, se disminuyeron las distancias de siembra y se modificaron las densidades, pero por sobre todo permitió que el uso de la siembra directa apareciera con fuerza y se lograra obtener un mayor beneficio ambiental”, debido a “su sistema conservacionista en el uso de suelo”.
“La soja RR fue el puntapié al uso de eventos biotecnológicos en los cultivos extensivos, con lo que los productores pudieron adaptarse rápidamente a su uso”, y que ya cumpla más de tres décadas.
Desde la aparición de esta herramienta, fueron surgiendo otros eventos como resistencia a otros herbicidas e insectos, que permitieron al productor optimizar su rendimiento y mejorar su margen bruto.
Sin duda que, a la aparición de nuevos eventos o diferentes cultivares que tengan uno u otro evento, solo o combinado, “otorga al productor mayores alternativas para elegir aquello que él necesita en su campo para producir mejor y más eficiente”.
La investigación
Todo este mosaico de elección de cultivares y variedades, con o sin evento biotecnológicos, que hoy dispone el hombre de campo, es porque alguien está trabajando en esto y es aquí donde intervienen técnicos, investigadores y empresas, que todo el tiempo están buscando nuevas alternativas de semillas o productos para el productor.
“Aquí empieza el cuello de botella que todavía en nuestro país no podemos solucionar, y que está referido a la Ley de Patentes”; todavía no tenemos una que nos reglamente. Veo que “los productores, en cierta medida, aceptan utilizar estas herramientas y pagar por ellas o sea que aceptan la propiedad intelectual, pero la discusión y los desencuentros que se generan son a la hora de cómo se debe reconocer por este trabajo de investigación y desarrollo” que lograron para obtener nuevas herramientas tecnológicas.
En otros países este tema ya lo tienen solucionado y, por ello, siempre tienen al alcance de la mano las nuevas tecnologías a disposición, mientras nosotros seguimos discutiendo, observó.
Sin duda que “los que investigan y trabajan en obtener nuevas herramientas buscan el reconocimiento de su trabajo, y si el sector aporta por su trabajo, seguramente seguirá en este proceso de obtener nuevas herramientas” que necesite el sector productivo.
“Los productores reconocemos la propiedad intelectual al comprar cualquier producto, pero a la hora de hablar de material genético vienen los problemas”, dijo.
Lógicamente, que la actividad agrícola ganadera siempre sufre variaciones a lo largo del tiempo y la necesidad de herramientas que hagan más eficiente su sistema productivo es permanente, por lo que los trabajos de estas empresas o instituciones en desarrollar nuevos cultivares, variedades o productos nuevos es una necesidad permanente. Por ello, “debemos tener una herramienta que los proteja de su trabajo intelectual”.