18 Julio 2014
CONFIANZA. “Ganar el clásico sería un lindo premio al esfuerzo que venimos realizando en pretemporada”, dijo Augusto Max. la gaceta / foto de héctor peralta (archivo)
Los cambios vienen con sorpresas, con metas a cumplir. Es una nueva etapa la de Augusto Max, hoy vistiendo la camiseta de Atlético cuando hasta hace no mucho tiempo estaba en la vereda del frente siendo capitán y protagonista en San Martín.
Independientemente de lo que pasó, de por qué no siguió en La Ciudadela, el volante que jugó en Newell’s, en su época de juvenil, encara esta nueva vida sabiendo que nada le será sencillo, que deberá ganarse un lugar en la óptica del cuerpo técnico desde bien abajo.
No estuvo en la lista preliminar de futbolistas pedidos por Héctor Rivoira (el mismo DT lo confirmó), entonces sabe que su carrera quizás sea un poco más extensa que la del resto de sus compañeros. El hombre está acostumbrado a los desafíos, y puede que por esa razón se haya tomado con “soda” el hecho de haber jugado en otra posición en el segundo amistoso del miércoles con Gimnasia y Tiro en Salta. Dejó el puesto de volante central y cubrió el lateral derecho de la defensa.
“Estamos en una etapa preparatoria y estamos bien físicamente. Demostramos que podemos jugar 60 minutos con mucha dinámica y ritmo, y eso es lo importante en este momento”, fue su análisis sobre la performance del plantel en general, antes de abocarse a repasar en limpio su función en la cancha.
“Creo que hoy es una necesidad que tiene el técnico en el equipo suplente. Está faltando un lateral derecho y como hay mucha gente en ofensiva y no tenemos quién lo haga, yo lo hice solamente para cubrir sus necesidades. Si él me necesita ahí, lo haré hasta tener mi chance en el puesto de volante central”.
Cauteloso y pensante
Max no gambetea su realidad. Tiene chances que el domingo sea uno de los suplentes que visite el estadio de Bolívar y Pellegrini en lo que será el primero de dos clásicos de invierno por la “Copa Pálpitos 24”. “He jugado muchos clásicos”, anticipa la jugada el “Jefecito”. Apela a las palabras justas, a no irse del eje, sabiendo que el clima por su traspaso aún está caldeado con los ahora hinchas rivales.
“(Los clásicos) son partidos que hay que ganar, partidos en los que hay que dejar todo y regalar una victoria”, agrega el volante y recién sube la apuesta. “Más que nada porque venimos trabajando mucho y sería un lindo premio a nuestro esfuerzo”. Max está en Atlético, Max defenderá a Atlético. Es su misión, su nueva meta, y como todo profesional está preparado para hacerlo. El destinó dirá después si logra convencer o no a “Chulo”.
Independientemente de lo que pasó, de por qué no siguió en La Ciudadela, el volante que jugó en Newell’s, en su época de juvenil, encara esta nueva vida sabiendo que nada le será sencillo, que deberá ganarse un lugar en la óptica del cuerpo técnico desde bien abajo.
No estuvo en la lista preliminar de futbolistas pedidos por Héctor Rivoira (el mismo DT lo confirmó), entonces sabe que su carrera quizás sea un poco más extensa que la del resto de sus compañeros. El hombre está acostumbrado a los desafíos, y puede que por esa razón se haya tomado con “soda” el hecho de haber jugado en otra posición en el segundo amistoso del miércoles con Gimnasia y Tiro en Salta. Dejó el puesto de volante central y cubrió el lateral derecho de la defensa.
“Estamos en una etapa preparatoria y estamos bien físicamente. Demostramos que podemos jugar 60 minutos con mucha dinámica y ritmo, y eso es lo importante en este momento”, fue su análisis sobre la performance del plantel en general, antes de abocarse a repasar en limpio su función en la cancha.
“Creo que hoy es una necesidad que tiene el técnico en el equipo suplente. Está faltando un lateral derecho y como hay mucha gente en ofensiva y no tenemos quién lo haga, yo lo hice solamente para cubrir sus necesidades. Si él me necesita ahí, lo haré hasta tener mi chance en el puesto de volante central”.
Cauteloso y pensante
Max no gambetea su realidad. Tiene chances que el domingo sea uno de los suplentes que visite el estadio de Bolívar y Pellegrini en lo que será el primero de dos clásicos de invierno por la “Copa Pálpitos 24”. “He jugado muchos clásicos”, anticipa la jugada el “Jefecito”. Apela a las palabras justas, a no irse del eje, sabiendo que el clima por su traspaso aún está caldeado con los ahora hinchas rivales.
“(Los clásicos) son partidos que hay que ganar, partidos en los que hay que dejar todo y regalar una victoria”, agrega el volante y recién sube la apuesta. “Más que nada porque venimos trabajando mucho y sería un lindo premio a nuestro esfuerzo”. Max está en Atlético, Max defenderá a Atlético. Es su misión, su nueva meta, y como todo profesional está preparado para hacerlo. El destinó dirá después si logra convencer o no a “Chulo”.
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