Por Gustavo Rodríguez
31 Julio 2014
SOCIEDAD. Julio Grondona siempre peleó para concretar la reestructuración que soñó Néstor Kirchner y pidió Cristina.
“Sería una canallada que quieran cambiar todo ahora que Don Julio (Grondona) murió”, aseguró Mario Leito, presidente de Atlético y integrante del Comité Ejecutivo de AFA. Ni bien se confirmó el fallecimiento del dirigente, muchos se hicieron la misma pregunta: ¿qué pasará con la reestructuración del fútbol argentino? “No debería pasar nada, porque cuando él vivía, los que se oponían terminaron aceptando los cambios”, agrega el mandamás “decano” antes de partir a Buenos Aires para asistir al velorio del directivo.
La reestructuración fue el proyecto que Grondona soñó durante mucho tiempo. Era el viejo anhelo de Néstor Kirchner que después potencializó Cristina cuando el Estado se transformó, en 2009, en el principal socio de la AFA.
Lo presentó en 2012 y se tragó el sapo cuando le dijeron que no. Les pidió a los directivos opositores que se pusieran las pilas y que resolvieran cuanto antes el problema y, como no lo hicieron en tiempo y forma, terminó tomando la batuta y resolviendo que a partir del 2015 el torneo de Primera se jugaría con 30 equipos.
El problema es que la aceptación llegó después de una polémica reunión -algunos directivos reconocen en off que se sintieron amenazados por algunos pares en el encuentro- que se desarrolló en Ezeiza, lejos del ruido.
Don Julio, en esta historia, jugó un papel clave: les mostró los números que le hicieron llegar desde Casa Rosada a través del Fútbol Para Todos. Había $ 1.000 millones de razones para aceptar y más aún cuando los representantes de los clubes de categorías del ascenso renunciaron a recibir una mejora en sus ingresos por derechos televisivos en la primera temporada de este formato si es que no se acuerda un nuevo y más jugoso contrato con FPT.
“No van a dar marcha atrás. Ya tienen gastada la plata y si es que no aparece alguien con más plata, seguirán con este formato, por más que no les guste”, aseguró un directivo cordobés que tiene muy buena llegada en AFA.
Leito y los hinchas que imploran para que no haya marcha atrás en la reestructuración, tienen un gran aliado. Se llama Luis Segura y es uno de los máximos referentes del “grondonismo” -habrá que ir aprendiendo ese término- que con seguridad no tocará ni una coma de lo que hizo su amigo y ex jefe.
El presidente de Argentinos, además de bancar el nuevo formato de competencia que posiblemente será nuevamente cuestionado por sus opositores, tendrá que terminar de resolver algunos problemas que Grondona dejó inconclusos.
El más importante es terminar de aceitar la relación con la Casa Rosada -asegurará un mayor ingreso de dinero por el FPT viejo pedido de los directivos- y el más ambicioso, terminar de organizar el sistema de apuestas que Don Julio pretendía poner en marcha con el certamen de 30 equipos para obtener más recursos.
Segura, que comandará los destinos de la AFA durante casi 90 días, deberá moverse con más cintura que Lionel Messi. Su trabajo será duro: reemplazará a un hombre que durante 35 años manejó a su antojo los destinos del fútbol argentino sin importarle nada y utilizando el terror como herramienta de convencimiento. Tendrá que silenciar a los opositores que ahora serán más y buscarán ganar protagonismo para quedarse con el poder. Y, fundamentalmente, buscar el hombre del “grondonismo” que se haga cargo de hacer cumplir el sueño de Don Julio.
La reestructuración fue el proyecto que Grondona soñó durante mucho tiempo. Era el viejo anhelo de Néstor Kirchner que después potencializó Cristina cuando el Estado se transformó, en 2009, en el principal socio de la AFA.
Lo presentó en 2012 y se tragó el sapo cuando le dijeron que no. Les pidió a los directivos opositores que se pusieran las pilas y que resolvieran cuanto antes el problema y, como no lo hicieron en tiempo y forma, terminó tomando la batuta y resolviendo que a partir del 2015 el torneo de Primera se jugaría con 30 equipos.
El problema es que la aceptación llegó después de una polémica reunión -algunos directivos reconocen en off que se sintieron amenazados por algunos pares en el encuentro- que se desarrolló en Ezeiza, lejos del ruido.
Don Julio, en esta historia, jugó un papel clave: les mostró los números que le hicieron llegar desde Casa Rosada a través del Fútbol Para Todos. Había $ 1.000 millones de razones para aceptar y más aún cuando los representantes de los clubes de categorías del ascenso renunciaron a recibir una mejora en sus ingresos por derechos televisivos en la primera temporada de este formato si es que no se acuerda un nuevo y más jugoso contrato con FPT.
“No van a dar marcha atrás. Ya tienen gastada la plata y si es que no aparece alguien con más plata, seguirán con este formato, por más que no les guste”, aseguró un directivo cordobés que tiene muy buena llegada en AFA.
Leito y los hinchas que imploran para que no haya marcha atrás en la reestructuración, tienen un gran aliado. Se llama Luis Segura y es uno de los máximos referentes del “grondonismo” -habrá que ir aprendiendo ese término- que con seguridad no tocará ni una coma de lo que hizo su amigo y ex jefe.
El presidente de Argentinos, además de bancar el nuevo formato de competencia que posiblemente será nuevamente cuestionado por sus opositores, tendrá que terminar de resolver algunos problemas que Grondona dejó inconclusos.
El más importante es terminar de aceitar la relación con la Casa Rosada -asegurará un mayor ingreso de dinero por el FPT viejo pedido de los directivos- y el más ambicioso, terminar de organizar el sistema de apuestas que Don Julio pretendía poner en marcha con el certamen de 30 equipos para obtener más recursos.
Segura, que comandará los destinos de la AFA durante casi 90 días, deberá moverse con más cintura que Lionel Messi. Su trabajo será duro: reemplazará a un hombre que durante 35 años manejó a su antojo los destinos del fútbol argentino sin importarle nada y utilizando el terror como herramienta de convencimiento. Tendrá que silenciar a los opositores que ahora serán más y buscarán ganar protagonismo para quedarse con el poder. Y, fundamentalmente, buscar el hombre del “grondonismo” que se haga cargo de hacer cumplir el sueño de Don Julio.