Son más que amigos

Los hinchas de Boca encontraron una nueva familia en la Agrupación Tucumán Xeneize.

COMO EL GOL. Cuando Mora erró el penal, los integrantes de la Agrupación Tucumán Xeneize festejaron tanto como en el gol de Magallán. Algunos se mofaron frente a los LCD haciendo el aleteo de las gallinas. COMO EL GOL. Cuando Mora erró el penal, los integrantes de la Agrupación Tucumán Xeneize festejaron tanto como en el gol de Magallán. Algunos se mofaron frente a los LCD haciendo el aleteo de las gallinas.
“Son un grupo de amigos que se reúnen para ver los partidos”, fue la primera percepción que quedó tras el empate en el superclásico. Cuando escuchó la conclusión, Francisco Garro no estuvo de acuerdo. El hincha de Boca clavó sus ojos en la periodista y encaró el diálogo con una seriedad filosófica. “No somos amigos. Somos una familia; la familia de Boca”, corrigió.

Así de simple para ellos, y complejo para el resto de los mortales, es ser simpatizante de Boca. “No es la familia ni de mamá, ni de papá, es de Boca”, insiste Francisco. El joven descubrió hace dos meses la Agrupación Tucumán Xeneize y no se despegó más de su nueva familia. “Nos juntamos siempre. Así Boca juegue 10 minutos, si no hay cuestiones de trabajo, nos juntamos. Para los 34’ minutos contra Racing también nos reunimos”, reveló Giselle Sánchez. Ella es la que comandó la organización para ver River-Boca y una de las cinco personas que fundó la agrupación en 2011. En avenida Sarmiento 718 se estableció “La Bombonera” del grupo. “El bar es ideal porque no molestamos con los instrumentos”, explicó.

Bombos, redoblantes, bombas de estruendo y mucho azul y oro se unen para que Rafael Arcángel se sienta en la cancha del barrio de La Boca. “Es como estar en ‘La Bombonera’”, reconoce uno de los más activos de la batucada. Todo cambió con Tucumán Xeneize para “Rafa”, que fue uno de los fundadores. Ver un partido de su equipo cobró otro significado. “Antes veía los partidos solo en casa. Vivirlo con otros ‘bosteros’ que ya no son amigos, sino hermanos, es algo único. Hace mucho quería algo así”, se emocionó Arcángel.

Francisco Llovera se suma a la charla. Su concepto de lo que es ser hincha de Boca va más allá de lo terrenal. “Es una bendición de arriba”, dijo mirando al cielo en señal de agradecimiento. Ese cielo que mira con tanto sentimiento, es el mismo desde donde Nicolás Herrera seguirá alentando al “xeneize”. No lo dice él, lo dice su piel porque lo tiene escrito en su espalda. “Estuve cuatro horas un miércoles y otras tres más al día siguiente”, detalló el tiempo que le llevó el gigantesco tatuaje. La frase “ni la muerte nos va separar, desde el cielo te voy a alentar” rodea las iniciales de su club, C.A.B.J, con dos estrellas a sus costados. “Sí, dolió, pero valió la pena porque Boca es un sentimiento”, justificó.

El que pasó otro poco de angustia por los colores fue “Rafa”. “Fue un partido medio sufrido. Un empate que no fue muy merecido para River”, consideró. “Boca dio cátedra”, se animó a establecer Garro. Aunque grandilocuente, el diagnóstico del hincha puede ser aprobado según los motivos que dio. “Era River, jugaba de local y estuvimos con uno menos mucho tiempo”, detalló. Con ese análisis se quedó toda la Agrupación Tucumán Xeneize que festejó el empate como una victoria. Aunque en el entretiempo, Giselle ya lo había anticipado: “gane o pierda, acá habrá fiesta”. Y la hubo nomás.

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