Por Gustavo Frías Silva
17 Octubre 2014
Las situaciones de sequías temporales que seguimos viviendo desde más de tres años en la mayoría de las zonas productoras de granos del país, en la que Tucumán y el NOA no están exentas, se acentúan, y este efecto climático nos marca a las claras que el principal reto que tiene el país y el mundo es la disponibilidad del recurso agua, y la forma de amortiguar los efectos de este faltante.
Salvo esta campaña gruesa que soportó los efectos de la falta de lluvias, se logró cosechar con mayores rendimientos, pero los costos elevados, tanto de insumos como de fletes, afectaron nuevamente las arcas de los productores. A todo esto se suman los graves problemas financieros y económicos que originaron esos problemas climáticos en la región NOA, por lo que la rentabilidad está cada vez más afectada por las retenciones que se lleva el Gobierno nacional.
En estos momentos, desde los gremios que aglutinan a todos los productores de granos de la región se busca la forma de hacer entender a las autoridades nacionales, que seguir produciendo bajo estas circunstancias sólo dejará en el camino más productores y, por ende, superficies sin sembrar y, por supuesto, menos demanda de mano de obra.
Actualmente, todos están apuntando los cañones hacia un cambio de actitud del Gobierno, pero no por ello deben desatender los aspectos técnicos que ayudan a mejorar la rentabilidad final.
Como dijimos anteriormente, el clima de la región está sufriendo un proceso de cambio respecto del comportamiento que tenía desde 2011 hacia atrás, por lo que todavía se habla que las condiciones de lluvias futuras podrían seguir erráticas, variables y dispersas en toda la región.
Los pronosticadores afirman que no se darían los efectos de las campañas 2011/2012 y 2012/2013, pero no serían las que los productores de granos venían teniendo años anteriores, con cultivos bien llevados y con buenos rendimientos.
Es por ello que, disponer de las herramientas técnicas para afrontar a un clima posiblemente adverso debe ser la prioridad para el productor, y en ese afán, también los técnicos y las instituciones deben seguir trabajando por el sector.
Según diferentes estudios realizados en todas partes del mundo, la disponibilidad del recurso agua se agravará en los próximos años, por lo que desde esta sección venimos afirmando que los productores deben tener conciencia de los efectos de la seca, y que la actitud debe ser defensiva a la hora de tomar la decisión de siembra.
Actualmente, la disponibilidad de tierras y de agua es cada vez más escasa, y se suma que el agua dulce debe a la vez servir para el consumo humano como primera medida, y después para riego, uso industrial y bebida para ganado.
Tecnología aplicada
Por todo ello, una gestión óptima de un recurso tan escaso y valioso como el agua es fundamental para la supervivencia humana. Y a partir de esta premisa, la tecnología aplicada al campo y la biotecnología pueden ayudar a preservar el líquido.
La tecnología aplicada al campo puso al alcance del hombre de campo herramientas como la siembra directa, las rotaciones y los manejos adecuados de los campos, para lograr que estos capten y almacenen de la mejor manera posible el agua de lluvia, que muchas veces precipita en momentos en que el cultivo no necesita, pero queda guardado en el suelo para el momento oportuno.
La biotecnología es hoy un nuevo pilar en el que se asienta el sistema productivo mundial, donde las investigaciones lograron poner al alcance del productor eventos biotecnológicos para mejorar con creces la productividad por unidad de superficie.
La Organización de las Naciones Unida para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que los cultivos transgénicos son herramientas clave para asegurar el suministro alimenticio futuro, en una sociedad mundial que crece año a año y para permitir que la actividad agrícola siga siendo productivamente sustentable, a la vez que se lucha contra los efectos del cambio climático.
El aporte de la biotecnología no es la creación de una única variedad resistente a sequía, sino el desarrollo de un amplio abanico de variedades que se adapten, de una forma óptima, a las condiciones climatológicas extremas de la región donde se vaya a producir dicho cultivo.
Frente al actual contexto internacional que se vive, con récord de aumentos en los precios de los alimentos, la biotecnología es un aliado importantísimo para mitigar los efectos de la sequía, y para permitir que las pérdidas en granos no sean tan altas como las que se hubieran padecido de no contar con las herramientas existentes.
Los productores y los técnicos involucrados deben entender que la escasez de agua durante los períodos críticos de los cultivos es una de las variables que provoca la mayor disminución del rendimiento, y que en muchos casos se dan pérdidas totales del cultivo, por lo que la investigación y desarrollo en pos de lograr un mejor y más eficiente uso del recurso agua, servirá para mitigar -de alguna manera- los efectos de la irregularidad pluviométrica que se viene dando.
Salvo esta campaña gruesa que soportó los efectos de la falta de lluvias, se logró cosechar con mayores rendimientos, pero los costos elevados, tanto de insumos como de fletes, afectaron nuevamente las arcas de los productores. A todo esto se suman los graves problemas financieros y económicos que originaron esos problemas climáticos en la región NOA, por lo que la rentabilidad está cada vez más afectada por las retenciones que se lleva el Gobierno nacional.
En estos momentos, desde los gremios que aglutinan a todos los productores de granos de la región se busca la forma de hacer entender a las autoridades nacionales, que seguir produciendo bajo estas circunstancias sólo dejará en el camino más productores y, por ende, superficies sin sembrar y, por supuesto, menos demanda de mano de obra.
Actualmente, todos están apuntando los cañones hacia un cambio de actitud del Gobierno, pero no por ello deben desatender los aspectos técnicos que ayudan a mejorar la rentabilidad final.
Como dijimos anteriormente, el clima de la región está sufriendo un proceso de cambio respecto del comportamiento que tenía desde 2011 hacia atrás, por lo que todavía se habla que las condiciones de lluvias futuras podrían seguir erráticas, variables y dispersas en toda la región.
Los pronosticadores afirman que no se darían los efectos de las campañas 2011/2012 y 2012/2013, pero no serían las que los productores de granos venían teniendo años anteriores, con cultivos bien llevados y con buenos rendimientos.
Es por ello que, disponer de las herramientas técnicas para afrontar a un clima posiblemente adverso debe ser la prioridad para el productor, y en ese afán, también los técnicos y las instituciones deben seguir trabajando por el sector.
Según diferentes estudios realizados en todas partes del mundo, la disponibilidad del recurso agua se agravará en los próximos años, por lo que desde esta sección venimos afirmando que los productores deben tener conciencia de los efectos de la seca, y que la actitud debe ser defensiva a la hora de tomar la decisión de siembra.
Actualmente, la disponibilidad de tierras y de agua es cada vez más escasa, y se suma que el agua dulce debe a la vez servir para el consumo humano como primera medida, y después para riego, uso industrial y bebida para ganado.
Tecnología aplicada
Por todo ello, una gestión óptima de un recurso tan escaso y valioso como el agua es fundamental para la supervivencia humana. Y a partir de esta premisa, la tecnología aplicada al campo y la biotecnología pueden ayudar a preservar el líquido.
La tecnología aplicada al campo puso al alcance del hombre de campo herramientas como la siembra directa, las rotaciones y los manejos adecuados de los campos, para lograr que estos capten y almacenen de la mejor manera posible el agua de lluvia, que muchas veces precipita en momentos en que el cultivo no necesita, pero queda guardado en el suelo para el momento oportuno.
La biotecnología es hoy un nuevo pilar en el que se asienta el sistema productivo mundial, donde las investigaciones lograron poner al alcance del productor eventos biotecnológicos para mejorar con creces la productividad por unidad de superficie.
La Organización de las Naciones Unida para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que los cultivos transgénicos son herramientas clave para asegurar el suministro alimenticio futuro, en una sociedad mundial que crece año a año y para permitir que la actividad agrícola siga siendo productivamente sustentable, a la vez que se lucha contra los efectos del cambio climático.
El aporte de la biotecnología no es la creación de una única variedad resistente a sequía, sino el desarrollo de un amplio abanico de variedades que se adapten, de una forma óptima, a las condiciones climatológicas extremas de la región donde se vaya a producir dicho cultivo.
Frente al actual contexto internacional que se vive, con récord de aumentos en los precios de los alimentos, la biotecnología es un aliado importantísimo para mitigar los efectos de la sequía, y para permitir que las pérdidas en granos no sean tan altas como las que se hubieran padecido de no contar con las herramientas existentes.
Los productores y los técnicos involucrados deben entender que la escasez de agua durante los períodos críticos de los cultivos es una de las variables que provoca la mayor disminución del rendimiento, y que en muchos casos se dan pérdidas totales del cultivo, por lo que la investigación y desarrollo en pos de lograr un mejor y más eficiente uso del recurso agua, servirá para mitigar -de alguna manera- los efectos de la irregularidad pluviométrica que se viene dando.
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