19 Octubre 2014
ACROBACIA. Evangelista, que se anticipa al cruce de un rival de All Boys, intenta rechazar el balón a lo Karate Kid. FOTO DE MATÍAS NAPOLI ESCALERO (ESPECIAL PARA LA GACETA)
BUENOS AIRES, (Andrés Burgo, especial para LG Deportiva).- En el fútbol moderno hay dos tipos de partidos: los que se juegan con los pies y los que se juegan con las palabras. Ayer Atlético perdió el primero (el más importante, desde ya) pero, a la hora de las declaraciones, su técnico y sus jugadores trasmitieron optimismo. Aunque los últimos resultados no ayudan para nada, el plantel de Atlético confía en una pronta recuperación. “No estamos muertos”, advirtió, por ejemplo, Cristian Lucchetti.
El arquero prefirió mirar el vaso medio lleno del presente dual de Atlético, todavía en zona de ascenso pero en medio de una preocupante racha negativa. “El ascenso depende de nosotros. Hay que levantar la cabeza. Esto es fútbol, y lo que estamos viviendo es una situación que está dentro de lo posible”, desdramatizó Lucchetti, que de inmediato le envió un apoyo público al técnico, Héctor Rivoira.
Cuando le comentaron que el entrenador acababa de decir a la salida del vestuario que “moría” por estos jugadores, el arquero ratificó la buena relación entre los jugadores y el cuerpo técnico. “Nosotros también lo bancamos a muerte (a Rivoira). Acá no pasa por un problema interno en el plantel, sino de resultados. Vamos a salir de ésta, no tengo dudas. Ahora tenemos que ganar el viernes”, explicó Lucchetti, ya focalizado en el partido ante Independiente Rivadavia, el próximo viernes, a las 22, en el Monumental.
“Este torneo es muy difícil, e incluso estamos en la zona más complicada. Ayer hablábamos con los chicos de Colón (también de paso en Buenos Aires, aunque para enfrentar a Chicago por la zona A) y nos decían que nuestro grupo (el B) es el más difícil y parejo de los dos. Está todo muy apretado”, contó Lucchetti, que agradeció de antemano el apoyo de los hinchas que el equipo recibirá ante los mendocinos.
No perder la cordura
“No estamos muertos, y lo vamos a demostrar por la gente que nos apoya tanto y que seguramente lo volverá a hacer el viernes. Es impecable. Digo que no estábamos ascendidos cuando en las primeras fechas sacamos tantos puntos de ventaja, ni estamos tan mal ahora”, comentó antes de subirse al colectivo que trasladaría al plantel a un hotel del microcentro porteño donde pasó la noche. El plantel regresará hoy a Tucumán, pasadas las 14, en un vuelo de línea.
Respecto de la derrota de ayer ante All Boys, Lucchetti reconoció que el equipo mostró dos caras. “El primer tiempo no fue bueno, pero en el segundo tiempo mejoramos la actitud. Igual me pregunto qué hizo All Boys para ganar. Y la verdad es que no hizo nada. Casi no nos patearon al arco. Por eso digo que no hay que volverse locos. Lo que nos está pasando es más una cuestión de resultados que de juego”, cerró el arquero, que de haber recibido goles en sólo uno de los primeros cuatro partidos del torneo, pasó a sufrir goles de manera consecutiva en los últimos nueve encuentros de Atlético.
Amén de las palabras del arquero “decano”, el golpe de haber perdido nuevamente fue duro, pero no al punto de noquear a Atlético. Un Atlético que sigue en puestos de ascenso a Primera y que el viernes tendrá la chance de renovar sus votos de intención de llegar a la mejor categoría del fútbol argentino.
El arquero prefirió mirar el vaso medio lleno del presente dual de Atlético, todavía en zona de ascenso pero en medio de una preocupante racha negativa. “El ascenso depende de nosotros. Hay que levantar la cabeza. Esto es fútbol, y lo que estamos viviendo es una situación que está dentro de lo posible”, desdramatizó Lucchetti, que de inmediato le envió un apoyo público al técnico, Héctor Rivoira.
Cuando le comentaron que el entrenador acababa de decir a la salida del vestuario que “moría” por estos jugadores, el arquero ratificó la buena relación entre los jugadores y el cuerpo técnico. “Nosotros también lo bancamos a muerte (a Rivoira). Acá no pasa por un problema interno en el plantel, sino de resultados. Vamos a salir de ésta, no tengo dudas. Ahora tenemos que ganar el viernes”, explicó Lucchetti, ya focalizado en el partido ante Independiente Rivadavia, el próximo viernes, a las 22, en el Monumental.
“Este torneo es muy difícil, e incluso estamos en la zona más complicada. Ayer hablábamos con los chicos de Colón (también de paso en Buenos Aires, aunque para enfrentar a Chicago por la zona A) y nos decían que nuestro grupo (el B) es el más difícil y parejo de los dos. Está todo muy apretado”, contó Lucchetti, que agradeció de antemano el apoyo de los hinchas que el equipo recibirá ante los mendocinos.
No perder la cordura
“No estamos muertos, y lo vamos a demostrar por la gente que nos apoya tanto y que seguramente lo volverá a hacer el viernes. Es impecable. Digo que no estábamos ascendidos cuando en las primeras fechas sacamos tantos puntos de ventaja, ni estamos tan mal ahora”, comentó antes de subirse al colectivo que trasladaría al plantel a un hotel del microcentro porteño donde pasó la noche. El plantel regresará hoy a Tucumán, pasadas las 14, en un vuelo de línea.
Respecto de la derrota de ayer ante All Boys, Lucchetti reconoció que el equipo mostró dos caras. “El primer tiempo no fue bueno, pero en el segundo tiempo mejoramos la actitud. Igual me pregunto qué hizo All Boys para ganar. Y la verdad es que no hizo nada. Casi no nos patearon al arco. Por eso digo que no hay que volverse locos. Lo que nos está pasando es más una cuestión de resultados que de juego”, cerró el arquero, que de haber recibido goles en sólo uno de los primeros cuatro partidos del torneo, pasó a sufrir goles de manera consecutiva en los últimos nueve encuentros de Atlético.
Amén de las palabras del arquero “decano”, el golpe de haber perdido nuevamente fue duro, pero no al punto de noquear a Atlético. Un Atlético que sigue en puestos de ascenso a Primera y que el viernes tendrá la chance de renovar sus votos de intención de llegar a la mejor categoría del fútbol argentino.