Alejo Distaulo, el pibe que sueña en grande en River

El tucumano juega en la Reserva "Millonaria", que causa sensación, y tiene a Ortega como técnico.

PACIENCIA. Distaulo encara al “Malevo” Ferreyra en una práctica. El tucumano sabe que cuando llegue su chance deberá aprovecharla. PACIENCIA. Distaulo encara al “Malevo” Ferreyra en una práctica. El tucumano sabe que cuando llegue su chance deberá aprovecharla.
Cuando hace unos meses armó sus valijas y se fue a Buenos Aires en busca de un mejor porvenir, nunca se imaginó que en tan poco tiempo iba a experimentar tantos momentos impactantes. Acostumbrado a vivir en la tranquilidad de su San Pablo querido, Alejo Distaulo llegó al vértigo de Buenos Aires y al mundo River para conquistarlo. El ex delantero de Almirante Brown, de 19 años, es uno de los integrantes, junto a otro comprovinciano, Víctor Cabrera, de la Reserva “millonaria” que, de la mano de Víctor Zapata y Ariel Ortega, llegó a acumular 23 encuentros invicto en el certamen de AFA. Venían dulces hasta que “los millonarios” cayeron contra Newell’s.

En un diálogo telefónico con LG Deportiva, Distaulo contó detalles sobre su experiencia en Buenos Aires.

-¿Cómo fue tu adaptación en un club con tanta historia?

- Todo se simplificó porque estoy en una institución donde te hacen sentir como si estuvieras en casa. El grupo humano de la Reserva, así como el cuerpo técnico, es muy bueno. Por eso no es casualidad que el equipo tenga este rendimiento. Nuestra meta es salir campeones y estamos en ese camino.

-¿Estás jugando de titular?

- Estoy tratando de ganarme un lugar en el equipo. Acá no es fácil, teniendo en cuenta la calidad del plantel. Es una competencia linda la que existe entre los muchachos que quieren estar entre los 18 convocados de cada encuentro. Fui titular en el partido que le ganamos 4-2 a Tigre. Tuve la suerte de anotar un gol. En los partidos que jugamos contra Lanús e Independiente estuve en el banco de relevos.

-¿Cómo es tu vínculo con la entidad de Núñez?

- Al poco tiempo que llegué al club me hicieron un contrato profesional que se prolongará hasta 2016. Ya está asentado en la AFA. El dinero que cobro lo ocupo en su mayoría para ayudar a mi madre que vive en San Pablo y el resto lo ahorro para comprarme un auto.

-¿ Y los estudios ?

- Ahora que me acomodé un poco mejor, voy a buscar un lugar donde pueda terminar mis estudios de mecánico dental. Pretendo que ese sea mi medio de vida cuando deje de jugar activamente al fútbol.

-¿Cómo es la relación con tus técnicos?

- Con ‘Orteguita’ tengo la mejor. Siempre está pendiente que termine la jugada. Aunque tengo que aclarar que mi tarea acá no tiene nada que ver con lo que fue la forma de jugar que tenía Ariel. Realizo un juego parecido al de Radamel Falcao, jugando entre dos centrales rivales. Con Zapata suelo conversar mucho. Cuando quiere hacer una broma, lo hace, pero es muy serio a la hora de trabajar. Es muy buen técnico, prolijo en cada detalle de su tarea y de lo que nos pide.

-¿Superaste el desarraigo?

- Haber tenido a Víctor (Cabrera) cerca, a poco de mi llegada al club, fue determinante para no extrañar. Pero es común que mi familia venga a visitarme desde Tucumán. Eso me ayuda a cargar las pilas para el día a día que acá es exigente. En estos meses vinieron mi papá Héctor, mi mamá Melina, mis tíos Jorge y Diego. Quien todavía no pudo venir por razones laborales es mi tío Pablo.

Con los amigos

Distaulo comentó que hace tres semanas recibió las visitas de sus amigos José Luis “El Puma” Rodríguez, que juega de enganche en San Pablo, y de Cristian Orellana. También lo hicieron Andrés Quintana y Pablo Graneros, los delanteros de Almirante Brown que fueron sus compañeros en su paso por los “marinos”.

“Ellos vinieron a presenciar el clásico con Boca, en el Monumental. Les conseguí entradas. Al partido lo vimos en la tribuna Centenario Alta; era impresionante cómo llovía, pero también incomparable el aliento de la gente. No quiero imaginarme lo que me puede llegar a pasar si algún día consigo cumplir el sueño de jugar contra Boca en Primera”. Paso a paso, Distaulo cumple sus sueños.

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