15 Diciembre 2014
EXPECTANTES. En la foto, los miembros de algunas de las familias que recibirán motocarros; creen que esos vehículos mejorarán sus economías. la gaceta / fotos de analia jaramillo
Pablo Ledesma, de 20 años, siempre trabajó sobre el carro tirado por caballos. De chico fue el “copiloto” de su padre. Partían desde La Costanera, donde nació y donde vive, hacia la avenida Kirchner (en ese entonces, Roca), arteria que funcionaba como su principal fuente de trabajo. Por esa zona conseguían fácilmente “changas”, entre ellas, retirar los escombros de diferentes obras para depositarlos en algún descampado. Con los pesos que juntaban comía toda la familia. Luego se prohibió la circulación de vehículos de Tracción a Sangre (TAS) por la Kirchner y el circuito de trabajo se redujo a la zona de El Bajo y a los barrios aledaños. Pablo dice que no sabe trabajar de otra cosa. De eso viven él y su mujer, Celeste. En los últimos días, una propuesta inesperada lo llenó de esperanza, según dijo: lo llamaron desde el Municipio capitalino para avisarle que había sido elegido, junto a otras siete familias, para recibir un motocarro. A cambio deberá entregar su caballo y el carro de madera.
Sucede que mañana arranca el proyecto “Primera sustitución de Tracción a Sangre”. A las 11, el intendente Domingo Amaya entregará las llaves de los vehículos a estas familias que accedieron a dejar de usar carros tirados por caballos.
Según informaron desde el municipio, la Dirección de Familia y Desarrollo Comunitario eligió a estas personas; fueron beneficiadas en el marco del programa de mejoramiento habitacional en La Costanera por la cantidad de hijos que poseen y porque dependen exclusivamente del trabajo que consiguen con sus carros. El Centro de Adaptación y Reubicación Animal (Cenara) ejecutará el programa.
Jorge Pérez Musacchia, titular de esa repartición, explicó que los caballos que serán “jubilados” por los carreros serán sometidos a tratamientos veterinarios. Luego serán insertados en el programa gratuito de equinoterapia que se ejecuta en la sede del Cenara, en avenida Francisco de Aguirre al 1.500 (ver “Equinoterapia...”); aquellos que no ingresen al programa serán donados a escuelas de alta montaña. “Se busca lograr la inclusión social y recuperar los animales de la vía pública. Es el inicio de un programa y tenemos que controlar que ese objetivo se logre y que sea claro. Por ello, los beneficiarios recibirán acompañamiento después de la entrega del vehículo”, indicó Pérez Musacchia.
El funcionario explicó, también, que los adjudicatarios firmaron un convenio con la Intendencia para utilizar los motocarros (el Municipio es el propietario de los vehículos con caja para carga, motor de cuatro tiempos y capacidad de carga de 300 kilos). “La nafta correrá por cuenta de ellos. Pero primero recibirán una capacitación sobre manejo y Educación Vial en la Dirección de Tránsito. Una vez que estén listos y que tengan el carnet de manejo en la mano podrán salir a la calle”, detalló el funcionario. Por último, Pérez Musacchia admitió que todavía no saben el número exacto de personas que subsisten con carros impulsados por TAS.
Esperanzados
El viernes por la mañana, las ocho familias de La Costanera beneficiadas por el programa fueron a conocer los vehículos y a hablar sobre la actividad que desarrollarán con el personal del municipio. Todos los consultados por LA GACETA admitieron que esta posibilidad les genera muchas esperanzas.
“Estamos contentos con esto: lo tomamos como un regalo, porque de otra manera nunca podríamos comprar un motocarro. Estamos muy lejos de juntar tanta plata. Con las motos podremos hacer distancias más largas y quizás consigamos más dinero”, comentó Cristina Rojas, esposa de Cristian Zurita y mamá de nueve niños. La familia recoge todos los días cartones, chatarra y botellas en su carro.
Ideas y campaña
La utilización de carros impulsados por tracción a sangre constituye un problema social que alcanza la categoría de crónico ya que hasta el momento no se ha encontrado una solución definitiva. Por lo tanto, forma parte del paisaje urbano tucumano. A lo largo de los años se han ido proponiendo diferentes proyectos que tuvieron como objetivo terminar con esta situación directamente relacionada con la marginalidad y la desocupación. Pero por distintas razones han fracasado (ver “Polémica...”).
Entre estas iniciativas se encuentra la campaña “Basta de TAS”. Se trata de un programa que busca el fin de la tracción a sangre en todo el país y que está sostenido por la Asociación Animalista Libera! y por la fundación suiza Franz Weber.
Leonardo Anselmi, su coordinador general, transmite el mensaje de la campaña. En mayo de 2012 estuvo Tucumán y enumeró los daños físicos y psicológicos que sufre el animal que tira un carro. “Terminan siendo tremendamente alterados o muy sumisos. En términos físicos, sufren daños graves en la mandíbula, en la columna, en los vasos, en las articulaciones... Pero ningún veterinario sabe muy bien qué les pasa. Porque sus dueños no tienen dinero y no los tratan veterinariamente”, había dicho en aquella oportunidad el dirigente animalista.
Sucede que mañana arranca el proyecto “Primera sustitución de Tracción a Sangre”. A las 11, el intendente Domingo Amaya entregará las llaves de los vehículos a estas familias que accedieron a dejar de usar carros tirados por caballos.
Según informaron desde el municipio, la Dirección de Familia y Desarrollo Comunitario eligió a estas personas; fueron beneficiadas en el marco del programa de mejoramiento habitacional en La Costanera por la cantidad de hijos que poseen y porque dependen exclusivamente del trabajo que consiguen con sus carros. El Centro de Adaptación y Reubicación Animal (Cenara) ejecutará el programa.
Jorge Pérez Musacchia, titular de esa repartición, explicó que los caballos que serán “jubilados” por los carreros serán sometidos a tratamientos veterinarios. Luego serán insertados en el programa gratuito de equinoterapia que se ejecuta en la sede del Cenara, en avenida Francisco de Aguirre al 1.500 (ver “Equinoterapia...”); aquellos que no ingresen al programa serán donados a escuelas de alta montaña. “Se busca lograr la inclusión social y recuperar los animales de la vía pública. Es el inicio de un programa y tenemos que controlar que ese objetivo se logre y que sea claro. Por ello, los beneficiarios recibirán acompañamiento después de la entrega del vehículo”, indicó Pérez Musacchia.
El funcionario explicó, también, que los adjudicatarios firmaron un convenio con la Intendencia para utilizar los motocarros (el Municipio es el propietario de los vehículos con caja para carga, motor de cuatro tiempos y capacidad de carga de 300 kilos). “La nafta correrá por cuenta de ellos. Pero primero recibirán una capacitación sobre manejo y Educación Vial en la Dirección de Tránsito. Una vez que estén listos y que tengan el carnet de manejo en la mano podrán salir a la calle”, detalló el funcionario. Por último, Pérez Musacchia admitió que todavía no saben el número exacto de personas que subsisten con carros impulsados por TAS.
Esperanzados
El viernes por la mañana, las ocho familias de La Costanera beneficiadas por el programa fueron a conocer los vehículos y a hablar sobre la actividad que desarrollarán con el personal del municipio. Todos los consultados por LA GACETA admitieron que esta posibilidad les genera muchas esperanzas.
“Estamos contentos con esto: lo tomamos como un regalo, porque de otra manera nunca podríamos comprar un motocarro. Estamos muy lejos de juntar tanta plata. Con las motos podremos hacer distancias más largas y quizás consigamos más dinero”, comentó Cristina Rojas, esposa de Cristian Zurita y mamá de nueve niños. La familia recoge todos los días cartones, chatarra y botellas en su carro.
Ideas y campaña
La utilización de carros impulsados por tracción a sangre constituye un problema social que alcanza la categoría de crónico ya que hasta el momento no se ha encontrado una solución definitiva. Por lo tanto, forma parte del paisaje urbano tucumano. A lo largo de los años se han ido proponiendo diferentes proyectos que tuvieron como objetivo terminar con esta situación directamente relacionada con la marginalidad y la desocupación. Pero por distintas razones han fracasado (ver “Polémica...”).
Entre estas iniciativas se encuentra la campaña “Basta de TAS”. Se trata de un programa que busca el fin de la tracción a sangre en todo el país y que está sostenido por la Asociación Animalista Libera! y por la fundación suiza Franz Weber.
Leonardo Anselmi, su coordinador general, transmite el mensaje de la campaña. En mayo de 2012 estuvo Tucumán y enumeró los daños físicos y psicológicos que sufre el animal que tira un carro. “Terminan siendo tremendamente alterados o muy sumisos. En términos físicos, sufren daños graves en la mandíbula, en la columna, en los vasos, en las articulaciones... Pero ningún veterinario sabe muy bien qué les pasa. Porque sus dueños no tienen dinero y no los tratan veterinariamente”, había dicho en aquella oportunidad el dirigente animalista.
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Pablo Ledesma