Están a miles de kilómetros, pero sufren lo mismo. Un grupo de simpatizantes de San Lorenzo está observando el encuentro en un bar ubicado en 9 de Julio y General Paz. Es cierto, no hay miles como en Marruecos, pero la pasión es la misma.
"Es un partido histórico y difícil. Lo sabemos, pero la tranquilidad se pasa con una cerveza y con saber que somos los mejores de América", sostiene Andrés Villafañe.
En el grupo de simpatizantes, que está integrado por unos 50 "cuervos", sobra la esperanza. "Quién te dice que podamos repetir lo que hizo Boca. Hay que meterles un gol rápido", implora Hernán Aguilar.
Ya con una botella de cerveza agonizando sobre la mesa, ambos coinciden con una idea: "No importa el resultado, lo importante es que ya hicimos historia".
En el primer tiempo todo bien. Hasta que llegó el gol de Sergio Ramos. Bajaron las expectativas, pero la ilusión es lo último que se pierde.