05 Enero 2015
LO DEJÓ A PIE. El Mini debió completar casi todo el especial a la velocidad del remolque (poco más de 40 kilómetros por hora). Roma no quiso abandonar, pero su objetivo será practicar para 2016. foto del twitter de @dakar
Lo que tarda un Mini preparado para volar sobre las arenas del desierto en recorrer 10 kilómetros de terreno accesible. Eso, apenas eso, duró el sueño de Joan Roma de retener el título que conquistó por primera vez en la categoría Autos el año pasado. Una falla en el motor le impidió al catalán alcanzar siquiera el primer puesto de control, antes de tener que ser remolcado.
No le salió absolutamente nada a “Nani”. Su Mini empezó a mostrar malos síntomas ya en los primeros tres kilómetros, por lo que debió detenerse a cambiar sensores y resetear sistema para poder continuar. Sin embargo, no llegó mucho más lejos antes de que la miniatura X Raid lo dejara a pie definitivamente.
“No tenía sentido forzarlo más y cargármelo del todo. Estoy muy desanimado”, expresó. El resto del camino hasta San Nicolás de los Arroyos debió completarlos a la velocidad del remolque, de poco más de 40 kilómetros por hora. Para colmo, la organización le aplicó además una penalización de una hora, por lo que Roma terminó con un acumulado de 8hs.38’57”, a 7hs.25’45” del líder y compañero de equipo Orlando Terranova, en un inimaginable puesto 135. Números demasiado crueles para las ilusiones del catalán. En apenas un día, su lucha por el bicampeonato se convirtió en un entrenamiento in situ y en tiempo real para el Dakar del año que viene.
“Hemos estando reparando todo lo que hemos sabido y más, hemos cambiado unos sensores, todo, y nada, todo ha sido inútil”, se lamentó el campeón defensor.
“Uno tiene asumido que este deporte es así y que cualquier día puedes sufrir un revés, pero no esperaba que fuera tan pronto. Quedarse en el primer especial de un Dakar es duro”, expresó Roma, que ya en las jornadas previas había manifestado su preocupación por las dificultades de esta edición, principalmente en las etapas “maratón”, que deben ser completadas sin asistencia mecánica. Nunca imaginó que la desgracia lo esperaba mucho antes.
“Lo importante ahora es llegar y trabajar para el equipo. Otra motivación ahora será apoyar a Rosa (su mujer, que corre en motos), darle ánimo y ayudarla en lo que pueda. Quiero seguir disfrutando de esta carrera hasta el final”, aseguró.
Sus colegas lamentaron el infortunio de “Nani”. Su compatriota Carlos Sainz, opinó: ”no es normal tener un problema mecánico al inicio sin ningún motivo porque la pista era excelente”.
Por su parte, el qatarí Nasser Al Attiyah declaró: “es realmente una lástima y me siento muy desilusionado por su suerte. Fue un imponderable técnico imposible de prever”.
No le salió absolutamente nada a “Nani”. Su Mini empezó a mostrar malos síntomas ya en los primeros tres kilómetros, por lo que debió detenerse a cambiar sensores y resetear sistema para poder continuar. Sin embargo, no llegó mucho más lejos antes de que la miniatura X Raid lo dejara a pie definitivamente.
“No tenía sentido forzarlo más y cargármelo del todo. Estoy muy desanimado”, expresó. El resto del camino hasta San Nicolás de los Arroyos debió completarlos a la velocidad del remolque, de poco más de 40 kilómetros por hora. Para colmo, la organización le aplicó además una penalización de una hora, por lo que Roma terminó con un acumulado de 8hs.38’57”, a 7hs.25’45” del líder y compañero de equipo Orlando Terranova, en un inimaginable puesto 135. Números demasiado crueles para las ilusiones del catalán. En apenas un día, su lucha por el bicampeonato se convirtió en un entrenamiento in situ y en tiempo real para el Dakar del año que viene.
“Hemos estando reparando todo lo que hemos sabido y más, hemos cambiado unos sensores, todo, y nada, todo ha sido inútil”, se lamentó el campeón defensor.
“Uno tiene asumido que este deporte es así y que cualquier día puedes sufrir un revés, pero no esperaba que fuera tan pronto. Quedarse en el primer especial de un Dakar es duro”, expresó Roma, que ya en las jornadas previas había manifestado su preocupación por las dificultades de esta edición, principalmente en las etapas “maratón”, que deben ser completadas sin asistencia mecánica. Nunca imaginó que la desgracia lo esperaba mucho antes.
“Lo importante ahora es llegar y trabajar para el equipo. Otra motivación ahora será apoyar a Rosa (su mujer, que corre en motos), darle ánimo y ayudarla en lo que pueda. Quiero seguir disfrutando de esta carrera hasta el final”, aseguró.
Sus colegas lamentaron el infortunio de “Nani”. Su compatriota Carlos Sainz, opinó: ”no es normal tener un problema mecánico al inicio sin ningún motivo porque la pista era excelente”.
Por su parte, el qatarí Nasser Al Attiyah declaró: “es realmente una lástima y me siento muy desilusionado por su suerte. Fue un imponderable técnico imposible de prever”.