12 Enero 2015
PARÍS.- El ataque al semanario satírico “Charlie Hebdo” y los días de terror islamista dejaron a Francia en estado de shock. Los franceses están despertando de esta pesadilla con sentimientos muy encontrados. Lloran a las víctimas de los terroristas y secuestradores, pero el abrupto final de los dramáticos acontecimientos con el doble golpe de la policía también les dio un poco de alivio. Aun así, el miedo al terrorismo continúa. Alentados por la solidaridad global, los políticos, los medios de comunicación e Internet repiten sobre todo una palabra: “Résister” - al terror, resistir a los enemigos de la democracia y de la república.
Después del ataque a “Charlie Hebdo”, los redactores y dibujantes de la revista encontraron hueco en las oficinas del diario liberal de izquierda “Libération”. Quieren resistir a su manera y esta semana la revista saldrá a la venta el miércoles con un millón de ejemplares. El primer ministro francés, Manuel Valls, realizó una visita de apoyo y aseguró que Charlie Hebdo continuará. El apoyo está también en el espíritu del presidente François Hollande.
La ola de solidaridad quedó clara el sábado, cuando unas 700.000 personas participaron en varias manifestaciones. Un mar de flores y carteles con el lema “Yo soy judío, yo soy Charlie” acompañaron a los cientos de personas que se reunieron frente a la tienda judía de comida kosher en París en la que cuatro personas murieron durante una toma de rehenes el viernes.
Esto representa otro capítulo en la larga lucha de Francia contra el terrorismo y los yihadistas. “Esto no ha terminado”, advirtió Hollande. No es cuestión de volver a sentir alivio y relajarse, agregó.
“El Estado ha tenido la última palabra contra los terroristas”, señaló el conservador “Le Figaro”, un día después de la muerte de los tres secuestradores. Pero añadió: “Este desenlace no marca sin embargo el final de la guerra de los fanáticos contra nuestro país”.
Por eso, además de la notable la movilización política y social, es necesario continuar en estado de alerta. El gobierno francés recalcó una verdad de perogrullo: no existe un riesgo cero.
La entrada a lugares que normalmente son de acceso libre ya no es posible sin control. Tras la reunión de crisis en el Palacio Elíseo entre Hollande y el ministro Bernard Cazeneuve se desplegarán otros 320 efectivos adicionales y se aumentó la vigilancia sobre todo en los lugares de culto. La solidaridad internacional tras el ataque a “Charlie Hebdo” es un bálsamo para el alma francesa.
“Francia no es Michel Houellebecq” dijo Valls. “Soumission” (Sumisión) no está a la orden del día, dijo el primer ministro sobre el reciente libro del escritor francés, en el que plantea la idea de una Francia presidida por un político musulmán para el año 2022.
Después del ataque a “Charlie Hebdo”, los redactores y dibujantes de la revista encontraron hueco en las oficinas del diario liberal de izquierda “Libération”. Quieren resistir a su manera y esta semana la revista saldrá a la venta el miércoles con un millón de ejemplares. El primer ministro francés, Manuel Valls, realizó una visita de apoyo y aseguró que Charlie Hebdo continuará. El apoyo está también en el espíritu del presidente François Hollande.
La ola de solidaridad quedó clara el sábado, cuando unas 700.000 personas participaron en varias manifestaciones. Un mar de flores y carteles con el lema “Yo soy judío, yo soy Charlie” acompañaron a los cientos de personas que se reunieron frente a la tienda judía de comida kosher en París en la que cuatro personas murieron durante una toma de rehenes el viernes.
Esto representa otro capítulo en la larga lucha de Francia contra el terrorismo y los yihadistas. “Esto no ha terminado”, advirtió Hollande. No es cuestión de volver a sentir alivio y relajarse, agregó.
“El Estado ha tenido la última palabra contra los terroristas”, señaló el conservador “Le Figaro”, un día después de la muerte de los tres secuestradores. Pero añadió: “Este desenlace no marca sin embargo el final de la guerra de los fanáticos contra nuestro país”.
Por eso, además de la notable la movilización política y social, es necesario continuar en estado de alerta. El gobierno francés recalcó una verdad de perogrullo: no existe un riesgo cero.
La entrada a lugares que normalmente son de acceso libre ya no es posible sin control. Tras la reunión de crisis en el Palacio Elíseo entre Hollande y el ministro Bernard Cazeneuve se desplegarán otros 320 efectivos adicionales y se aumentó la vigilancia sobre todo en los lugares de culto. La solidaridad internacional tras el ataque a “Charlie Hebdo” es un bálsamo para el alma francesa.
“Francia no es Michel Houellebecq” dijo Valls. “Soumission” (Sumisión) no está a la orden del día, dijo el primer ministro sobre el reciente libro del escritor francés, en el que plantea la idea de una Francia presidida por un político musulmán para el año 2022.