29 Enero 2015
La Presidenta propone a un penalista de 33 años para reemplazar a Zaffaroni en la Corte nacional
El letrado elegido por el Gobierno coordinó la redacción del anteproyecto de reforma del Código Penal, bloguea y usa Twitter El oficialismo necesita del concurso de opositores para aprobar el pliego de Carlés en el Senado. Con y contra el papa Bergoglio
ACTIVO EN LAS REDES SOCIALES. El Gobierno quiere convertir a Roberto Carlés en el ministro más joven en la historia de la Corte Suprema de Justicia. telam
No es mujer ni del interior. Con la postulación de Roberto Carlés como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner develó la intención de sustituir a un penalista varón y porteño, Raúl Zaffaroni, por otro. Julio Alak, ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, anunció el nombre del candidato ayer en una conferencia de prensa.
El propio Alak destacó que si Carlés, de 33 años, era finalmente designado, iba a convertirse en el miembro más joven de la historia del máximo tribunal del país. El abogado elegido es doctor en Derecho y preside el Comité de Jóvenes Penalistas de la Asociación Internacional de Derecho Penal. Su antecedente más relevante es haber coordinado la comisión de redacción del controvertido anteproyecto de Código Penal (aún no fue tratado en el Congreso de la Nación). Integraron ese comité el mismo Zaffaroni, Federico Pinedo (PRO), Ricardo Gil Lavedra (UCR) y María Elena Barbagelata (ex diputada socialista).
En más de un aspecto, Carlés puede ser considerado un discípulo de Zaffaroni. Para empezar, comulga con la doctrina garantista y defiende ideas progresistas como el matrimonio igualitario. Además, su cuenta de Twitter (@robertinocarles) muestra numerosas coincidencias con el discurso kirchnerista. El 26 de enero pasado, por ejemplo, Carlés apoyó la nueva política de Fernández de Kirchner en materia de inteligencia. “Si la investigación de delitos es tarea de los fiscales, es razonable que la inteligencia judicial dependa del Ministerio Público”, escribió el abogado.
La gran diferencia entre Zaffaroni y su potencial sustituto es el papa Francisco. Mientras que el primero siempre se mostró crítico de la Iglesia y distante del Sumo Pontífice argentino, Carlés se presenta como un hincha de Bergoglio. El joven penalista incluso puso una fotografía con el ex arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires como imagen de perfil en Twitter. Pero esta comunión con la Santa Sede fue puesta en duda apenas se supo que el Gobierno proponía a Carlés mediante la divulgación de un tuit de 2011, donde el letrado dijo: “¿Cómo puede Bergoglio hablar de trabajo y a los trabajadores? Bergoglio, que no laburó nunca en su vida!”. Esa publicación fue contrapuesta con otra de marzo del año pasado, que revelaría el cambio de posición -o la conversión-: “el Papa me manifestó esta tarde su preocupación por el giro punitivista de las reformas penales en América Latina”.
Con cuatro funciona
Además de tuitear, Carlés tiene un blog (schifosascienza.blogspot.com.ar) y es hincha de San Lorenzo -como el Papa-. Su candidatura dejó en principio afuera a los otros letrados barajados para el ex despacho de Zaffaroni: entre ellos, Julio Maier, el penalista propuesto por el propio sustituido; el ex juez León Arslanián; la procuradora general Alejandra Gils Carbó y Mónica Pinto, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Más de una voz se había pronunciado a favor de elegir a una mujer para el puesto.
Alfredo Dato, diputado nacional por Tucumán (FpV), incluso había presentado un proyecto de ley para aplicar el cupo femenino en la composición de la Corte de la Nación (Dato pedía un 30% de ministras, o sea, dos de los cinco miembros actuales). Pero la iniciativa no prosperó en parte por diferencias en el oficialismo: en la comisión de Justicia, la ultrakirchnerista Diana Conti le bajó el pulgar porque, según su criterio, el cupo afectaba la facultad de la Presidenta para nombrar a los integrantes del máximo tribunal.
La Constitución Nacional prescribe que la jefa del Poder Ejecutivo nombra a los magistrados de la Corte con el acuerdo de los dos tercios de los miembros presentes en el Senado. En la Cámara Alta, el oficialismo conforma el bloque mayoritario pero no reúne el número de votos exigido por la Constitución. Para designar al reemplazante de Zaffaroni tendrá sí o sí que conseguir apoyos en la oposición, que ya se comprometió a vetar los candidaturas impulsadas por Fernández de Kirchner. Las minorías consideran que la vacante debe ser llenada en virtud de la propuesta que elabore el próximo Gobierno. Por esa posición, el abogado oficialista Eduardo Barcesat denunció a los senadores opositores por sedición. “Sin experiencia y con militancia activa en La Cámpora, @CFKArgentina ofende y agravia con la propuesta de Carlés”, opinó Gerardo Morales, presidente del bloque de senadores de la UCR, en su cuenta de Twitter.
El penalista propuesto reúne, en principio, los requisitos previstos en la Constitución para integrar la Corte: ser abogado de la Nación con ocho años de ejercicio y tener las calidades requeridas para acceder a una banca en el Senado (30 años de edad y seis de ciudadanía, además de una entrada anual equivalente de 2.000 pesos fuertes).
El 31 de diciembre, el máximo tribunal se quedó con cuatro miembros por la renuncia de Zaffaroni. Antes, habían fallecido Carmen Argibay y Enrique Petracchi. En funciones quedan el presidente Ricardo Lorenzetti, el longevo Carlos Fayt (97 años), Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco. Aunque el ex presidente Néstor Kirchner dispuso que la Corte tenga cinco miembros, Lorenzetti dijo que el cuerpo puede funcionar perfectamente con cuatro hasta tanto se den las condiciones políticas para cubrir la vacante de Zaffaroni.
El propio Alak destacó que si Carlés, de 33 años, era finalmente designado, iba a convertirse en el miembro más joven de la historia del máximo tribunal del país. El abogado elegido es doctor en Derecho y preside el Comité de Jóvenes Penalistas de la Asociación Internacional de Derecho Penal. Su antecedente más relevante es haber coordinado la comisión de redacción del controvertido anteproyecto de Código Penal (aún no fue tratado en el Congreso de la Nación). Integraron ese comité el mismo Zaffaroni, Federico Pinedo (PRO), Ricardo Gil Lavedra (UCR) y María Elena Barbagelata (ex diputada socialista).
En más de un aspecto, Carlés puede ser considerado un discípulo de Zaffaroni. Para empezar, comulga con la doctrina garantista y defiende ideas progresistas como el matrimonio igualitario. Además, su cuenta de Twitter (@robertinocarles) muestra numerosas coincidencias con el discurso kirchnerista. El 26 de enero pasado, por ejemplo, Carlés apoyó la nueva política de Fernández de Kirchner en materia de inteligencia. “Si la investigación de delitos es tarea de los fiscales, es razonable que la inteligencia judicial dependa del Ministerio Público”, escribió el abogado.
La gran diferencia entre Zaffaroni y su potencial sustituto es el papa Francisco. Mientras que el primero siempre se mostró crítico de la Iglesia y distante del Sumo Pontífice argentino, Carlés se presenta como un hincha de Bergoglio. El joven penalista incluso puso una fotografía con el ex arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires como imagen de perfil en Twitter. Pero esta comunión con la Santa Sede fue puesta en duda apenas se supo que el Gobierno proponía a Carlés mediante la divulgación de un tuit de 2011, donde el letrado dijo: “¿Cómo puede Bergoglio hablar de trabajo y a los trabajadores? Bergoglio, que no laburó nunca en su vida!”. Esa publicación fue contrapuesta con otra de marzo del año pasado, que revelaría el cambio de posición -o la conversión-: “el Papa me manifestó esta tarde su preocupación por el giro punitivista de las reformas penales en América Latina”.
Con cuatro funciona
Además de tuitear, Carlés tiene un blog (schifosascienza.blogspot.com.ar) y es hincha de San Lorenzo -como el Papa-. Su candidatura dejó en principio afuera a los otros letrados barajados para el ex despacho de Zaffaroni: entre ellos, Julio Maier, el penalista propuesto por el propio sustituido; el ex juez León Arslanián; la procuradora general Alejandra Gils Carbó y Mónica Pinto, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Más de una voz se había pronunciado a favor de elegir a una mujer para el puesto.
Alfredo Dato, diputado nacional por Tucumán (FpV), incluso había presentado un proyecto de ley para aplicar el cupo femenino en la composición de la Corte de la Nación (Dato pedía un 30% de ministras, o sea, dos de los cinco miembros actuales). Pero la iniciativa no prosperó en parte por diferencias en el oficialismo: en la comisión de Justicia, la ultrakirchnerista Diana Conti le bajó el pulgar porque, según su criterio, el cupo afectaba la facultad de la Presidenta para nombrar a los integrantes del máximo tribunal.
La Constitución Nacional prescribe que la jefa del Poder Ejecutivo nombra a los magistrados de la Corte con el acuerdo de los dos tercios de los miembros presentes en el Senado. En la Cámara Alta, el oficialismo conforma el bloque mayoritario pero no reúne el número de votos exigido por la Constitución. Para designar al reemplazante de Zaffaroni tendrá sí o sí que conseguir apoyos en la oposición, que ya se comprometió a vetar los candidaturas impulsadas por Fernández de Kirchner. Las minorías consideran que la vacante debe ser llenada en virtud de la propuesta que elabore el próximo Gobierno. Por esa posición, el abogado oficialista Eduardo Barcesat denunció a los senadores opositores por sedición. “Sin experiencia y con militancia activa en La Cámpora, @CFKArgentina ofende y agravia con la propuesta de Carlés”, opinó Gerardo Morales, presidente del bloque de senadores de la UCR, en su cuenta de Twitter.
El penalista propuesto reúne, en principio, los requisitos previstos en la Constitución para integrar la Corte: ser abogado de la Nación con ocho años de ejercicio y tener las calidades requeridas para acceder a una banca en el Senado (30 años de edad y seis de ciudadanía, además de una entrada anual equivalente de 2.000 pesos fuertes).
El 31 de diciembre, el máximo tribunal se quedó con cuatro miembros por la renuncia de Zaffaroni. Antes, habían fallecido Carmen Argibay y Enrique Petracchi. En funciones quedan el presidente Ricardo Lorenzetti, el longevo Carlos Fayt (97 años), Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco. Aunque el ex presidente Néstor Kirchner dispuso que la Corte tenga cinco miembros, Lorenzetti dijo que el cuerpo puede funcionar perfectamente con cuatro hasta tanto se den las condiciones políticas para cubrir la vacante de Zaffaroni.