19 Febrero 2015
Hace 91 años, en un Estados Unidos que no pensaba aún en la gran depresión y donde los diarios eran una de las principales fuentes de diversión popular, el dibujante y guionista Harold Gray comenzó a publicar su tira cómica “Annie, la huerfanita”, sobre las peripecias y aventuras de una niña de 10 años desde que vive en un orfanato hasta que finalmente es adoptada.
Gray no fue original: tomó prestada la historia de un poema de 1885 de James Whitcomb Riley. Su repercusión fue veloz desde la aparición en el Daily News de Nueva York y se convirtió en una de las historietas más seguidas. Su decadencia llegó recién en este siglo y su última presencia en las páginas de 20 periódicos fue el 13 de junio de 2010, más de 40 años después de la muerte de su creador.
Del éxito en el papel se pasó al éxito en el vivo y directo de Broadway, cuando “Annie” se transformó en una comedia musical gracias Thomas Mehan. En 1982, la historia tuvo su primera versión en el cine, de la mano del brillante John Huston, y en 1999 hubo una producción destinada a la televisión de los estudios Disney.
La nueva Annie, abandonada por sus padres cuando era bebé, ansía tener una familia y todo parece encararse en ese sentido cuando un político fastidioso pero con necesidades de figurar en la carrera rumbo a la intendencia la salva de sufrir un accidente de tránsito. A partir de entonces, se forma la pareja central basada en las necesidades de cada uno, donde el cariño y el afecto crecen a partir de las diferencias, pero todo se altera cuando aparecen unos inesperados posibles padres biológicos de ella.
Lo previsible del argumento se articula a partir de los antagónicos: la pequeña dulce y alegre, que suele cometer picardías de menor grado y errores por su inexperiencia; el poderoso que no le cae bien a casi nadie, y una desagradable y maltratadora encargada del hogar de los menores. Pero para encarar estos papeles se buscó a eficientes actores de Hollywood, con capacidad probada en la pantalla grande: el trío lo integran la pequeña Quvenzhané Wallis, nominada al Globo de Oro de este año por esta película y a los Oscar por la gran “Bestias del sur salvaje”, Jamie Foxx y Cameron Díaz. Mención aparte para el perro Sandy.
El cambio de siglo influyó también en parte del argumento. El magnate del siglo pasado había construido su fortuna gracias a la venta de armamento en tiempos de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial; ahora, el dinero del candidato le llegó a través de una empresa de celulares.
Gray no fue original: tomó prestada la historia de un poema de 1885 de James Whitcomb Riley. Su repercusión fue veloz desde la aparición en el Daily News de Nueva York y se convirtió en una de las historietas más seguidas. Su decadencia llegó recién en este siglo y su última presencia en las páginas de 20 periódicos fue el 13 de junio de 2010, más de 40 años después de la muerte de su creador.
Del éxito en el papel se pasó al éxito en el vivo y directo de Broadway, cuando “Annie” se transformó en una comedia musical gracias Thomas Mehan. En 1982, la historia tuvo su primera versión en el cine, de la mano del brillante John Huston, y en 1999 hubo una producción destinada a la televisión de los estudios Disney.
La nueva Annie, abandonada por sus padres cuando era bebé, ansía tener una familia y todo parece encararse en ese sentido cuando un político fastidioso pero con necesidades de figurar en la carrera rumbo a la intendencia la salva de sufrir un accidente de tránsito. A partir de entonces, se forma la pareja central basada en las necesidades de cada uno, donde el cariño y el afecto crecen a partir de las diferencias, pero todo se altera cuando aparecen unos inesperados posibles padres biológicos de ella.
Lo previsible del argumento se articula a partir de los antagónicos: la pequeña dulce y alegre, que suele cometer picardías de menor grado y errores por su inexperiencia; el poderoso que no le cae bien a casi nadie, y una desagradable y maltratadora encargada del hogar de los menores. Pero para encarar estos papeles se buscó a eficientes actores de Hollywood, con capacidad probada en la pantalla grande: el trío lo integran la pequeña Quvenzhané Wallis, nominada al Globo de Oro de este año por esta película y a los Oscar por la gran “Bestias del sur salvaje”, Jamie Foxx y Cameron Díaz. Mención aparte para el perro Sandy.
El cambio de siglo influyó también en parte del argumento. El magnate del siglo pasado había construido su fortuna gracias a la venta de armamento en tiempos de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial; ahora, el dinero del candidato le llegó a través de una empresa de celulares.