19 Febrero 2015
JUSTICIA HERIDA. No faltaron las representaciones histriónicas.
Caminaba lento. Convaleciente. Su toga blanca, totalmente empapada por la lluvia, mostraba una profusa herida sangrante. Con sus ojos vendados y portando un suero intravenoso caminaba ella dolorida, en silencio. Los miles de Tucumanos que concurrieron anoche a la plaza Independencia le abrían paso. Caminaba lento. La Justicia, personificada por una mujer que decidió expresarse de esa manera, resumió el sentido de la marcha del silencio de anoche que tuvo lugar en el principal paseo público de la provincia para recordar a Alberto Nisman, el fiscal federal que denunció por encubrimiento a la presidenta Cristina Fernández y que fue encontrado muerto en su departamento hace un mes.
Los nubarrones en lo alto presagiaban lo que ocurriría 30 minutos después. A las 20.30, miles de tucumanos caminaban en silencio, dando vueltas en la plaza. Muchos optaron por transitar solos, con sus hijos en cochecitos o cargados en brazos. Abuelos, estudiantes universitarios y militantes partidarios marchaban al unísono sin pronunciar palabras. Algunos se animaban batir palmas y a recitar el monocorde grito de ¡justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!
El cielo tronó y el aguacero comenzó a caer de manera impune sobre las miles de cabezas. Los más precavidos desplegaron sus paraguas y continuaron la marcha. Mientras las gotas de agua se multiplicaban muchos tucumanos no tuvieron otra opción que refugiarse momentáneamente en los toldos de los quioscos cercanos. Pese a la lluvia no se marcharon a sus casas. Desde los improvisados refugios miraban pasar a la muchedumbre que no se cansaba de dar vueltas alrededor de la plaza Independencia. Una columna de dirigentes políticos se dejaba ver entre la multitud. Los referentes del Acuerdo Cívico y Social (ACyS), Silvia Elías de Pérez (UCR), Oscar Gramajo (Partido Socialista), José Páez (Democracia Cristiana) y Federico Masso (Libres del Sur) cargaban una pancarta con una leyenda alusiva al esclarecimiento de la muerte de Nisman. “No podíamos estar ausentes en una situación de semejante envergadura. Venimos a rendir homenaje a Nisman y en él a todos los demócratas del pueblo argentino”, expresó la senadora radical Elías de Pérez. Luego Páez, referente de la Democracia Cristiana opinó sobre el sentido de la movilización. “Marchamos en homenaje a Nisman, en homenaje a la Justicia, pidiendo el esclarecimiento por la muerte del fiscal federal y del atentado a la AMIA, que ya pasaron 21 años. Y, por sobre todo, por la independencia de la Justicia”, expresó Páez.
Francisco Toledo, un jubilado de 74 años también quiso opinar sobre el motivo que lo llevó a marchar a la plaza. “Con mis años y como jubilado le digo que jamás vi este movimiento de gente que está cansada de que sea esquilada por los gobernantes. Queremos justicia, patria y una Argentina libre de una vez por todas. Que Dios nos proteja”, añoró emocionado.
Cuando promediaba la movilización, algunos tucumanos desplegaron sus banderas celestes y blancas. Entre la multitud sobresalía un féretro con los colores de la enseña nacional y que tenía la leyenda “Por la verdad y justicia a Nisman”.
Además de políticos se pudo ver a dirigentes sociales y representantes de empresarios. “Espero que el Gobierno recapacite y que escuche la demanda del pueblo democrático”, planteó Raúl Fioretti, dirigente de la FET.
Los nubarrones en lo alto presagiaban lo que ocurriría 30 minutos después. A las 20.30, miles de tucumanos caminaban en silencio, dando vueltas en la plaza. Muchos optaron por transitar solos, con sus hijos en cochecitos o cargados en brazos. Abuelos, estudiantes universitarios y militantes partidarios marchaban al unísono sin pronunciar palabras. Algunos se animaban batir palmas y a recitar el monocorde grito de ¡justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!
El cielo tronó y el aguacero comenzó a caer de manera impune sobre las miles de cabezas. Los más precavidos desplegaron sus paraguas y continuaron la marcha. Mientras las gotas de agua se multiplicaban muchos tucumanos no tuvieron otra opción que refugiarse momentáneamente en los toldos de los quioscos cercanos. Pese a la lluvia no se marcharon a sus casas. Desde los improvisados refugios miraban pasar a la muchedumbre que no se cansaba de dar vueltas alrededor de la plaza Independencia. Una columna de dirigentes políticos se dejaba ver entre la multitud. Los referentes del Acuerdo Cívico y Social (ACyS), Silvia Elías de Pérez (UCR), Oscar Gramajo (Partido Socialista), José Páez (Democracia Cristiana) y Federico Masso (Libres del Sur) cargaban una pancarta con una leyenda alusiva al esclarecimiento de la muerte de Nisman. “No podíamos estar ausentes en una situación de semejante envergadura. Venimos a rendir homenaje a Nisman y en él a todos los demócratas del pueblo argentino”, expresó la senadora radical Elías de Pérez. Luego Páez, referente de la Democracia Cristiana opinó sobre el sentido de la movilización. “Marchamos en homenaje a Nisman, en homenaje a la Justicia, pidiendo el esclarecimiento por la muerte del fiscal federal y del atentado a la AMIA, que ya pasaron 21 años. Y, por sobre todo, por la independencia de la Justicia”, expresó Páez.
Francisco Toledo, un jubilado de 74 años también quiso opinar sobre el motivo que lo llevó a marchar a la plaza. “Con mis años y como jubilado le digo que jamás vi este movimiento de gente que está cansada de que sea esquilada por los gobernantes. Queremos justicia, patria y una Argentina libre de una vez por todas. Que Dios nos proteja”, añoró emocionado.
Cuando promediaba la movilización, algunos tucumanos desplegaron sus banderas celestes y blancas. Entre la multitud sobresalía un féretro con los colores de la enseña nacional y que tenía la leyenda “Por la verdad y justicia a Nisman”.
Además de políticos se pudo ver a dirigentes sociales y representantes de empresarios. “Espero que el Gobierno recapacite y que escuche la demanda del pueblo democrático”, planteó Raúl Fioretti, dirigente de la FET.
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