11 Marzo 2015
A dos años del crimen de Aníbal Abel Álvarez, quien murió tras recibir el disparo de un policía, la causa parece estar frenada. Mientras todavía están pendientes algunas nulidades presentadas por la defensa, la familia de la víctima exige un juicio oral. El caso está en la Fiscalía de Instrucción de la III° Nominación, en la cual no hay un fiscal designado desde la jubilación de Teresita Marnero, hace casi dos años.
Álvarez tenía 28 años y murió el 10 de marzo de 2013, cuando regresaba junto a un grupo de amigos de un baile de carnaval en el Club San Antonio de Ranchillos. Los jóvenes circulaban en camioneta por la ruta 302 cuando se produjo una discusión y una pelea con el conductor de otro vehículo, quien sacó un arma y le disparó a Álvarez en la cabeza.
El autor del tiro sería Carlos Alberto Reyna, un empleado de la Policía que disparó con su arma reglamentaria. Su abogado, Cergio Morfil, aseguró ayer que la camioneta en la que viajaba Álvarez chocó desde atrás al vehículo de su cliente. Luego se produjo una discusión, a la altura de la entrada al barrio Aeropuerto, donde Reyna sacó el arma. De acuerdo a las declaraciones de Morfil, su defendido no tuvo intenciones de disparar, sino que solo pretendía amedrentar a los jóvenes para ponerle fin a la discusión. “El tiro se escapó. Como está prácticamente probado que el disparo fue accidental, le dieron la libertad. Presentamos unos planteos pero como no hay fiscal, no se avanza”, explicó el letrado.
Álvarez tenía 28 años y murió el 10 de marzo de 2013, cuando regresaba junto a un grupo de amigos de un baile de carnaval en el Club San Antonio de Ranchillos. Los jóvenes circulaban en camioneta por la ruta 302 cuando se produjo una discusión y una pelea con el conductor de otro vehículo, quien sacó un arma y le disparó a Álvarez en la cabeza.
El autor del tiro sería Carlos Alberto Reyna, un empleado de la Policía que disparó con su arma reglamentaria. Su abogado, Cergio Morfil, aseguró ayer que la camioneta en la que viajaba Álvarez chocó desde atrás al vehículo de su cliente. Luego se produjo una discusión, a la altura de la entrada al barrio Aeropuerto, donde Reyna sacó el arma. De acuerdo a las declaraciones de Morfil, su defendido no tuvo intenciones de disparar, sino que solo pretendía amedrentar a los jóvenes para ponerle fin a la discusión. “El tiro se escapó. Como está prácticamente probado que el disparo fue accidental, le dieron la libertad. Presentamos unos planteos pero como no hay fiscal, no se avanza”, explicó el letrado.
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Teresita Marnero