Marcharon contra el Gobierno y la corrupción

Miles de paulistas manifestaron en las calles, como en otras 65 ciudades brasileñas, contra “las mentiras electorales” de Rousseff En la mayoría de los casos pidieron la destitución o renuncia de la Presidenta. Pancartas y colores de la bandera, en todo el país

EN BRASILIA. Frente al Congreso brasileño, piden que Rousseff “se vaya”. EN BRASILIA. Frente al Congreso brasileño, piden que Rousseff “se vaya”.
16 Marzo 2015
BRASILIA.- Casi 1,5 millón de brasileños salieron ayer a las calles en decenas de ciudades del país para protestar contra el Gobierno de Dilma Rousseff, por la desaceleración económica, el alza de los precios y la corrupción y para pedir la renuncia o destitución de la Presidenta.

Sólo en San Pablo un millón de personas, según la policía militarizada, acudieron a la avenida Paulista y adyacencias con carteles y pancartas para expresar su insatisfacción por la política económica y la corrupción.

Además de la metrópolis, otras 65 ciudades del país fueron escenario de multitudinarias protestas que se desarrollaron en forma pacífica y sin ningún tipo de disturbios. En todos los actos, la demanda que más se hizo sentir fue la de renuncia o destitución de la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT).

Para una Presidenta reelegida hace cinco meses, las protestas son una señal de un país polarizado y cada vez más descontento con su liderazgo. Rousseff fue abucheada recientemente en sus apariciones públicas y a inicios de este mes, cuando durante un discurso televisado, se pudo oír cacerolazos en algunas ciudades.

Las protestas de ayer fueron en general pacíficas y festivas, con poco de la violencia que empañó una ola de manifestaciones masivas en 2013, cuando los brasileños protestaron contra los gastos para la Copa Mundial 2014 de fútbol y por mejores servicios públicos (salud y educación).

Colores y cánticos

La sensación de haber sido engañados durante la campaña electoral de 2014, que culminó con un triunfo apretado de Rousseff, se hizo presente a través de innumerables carteles, ilustraron la insatisfacción generalizada. “Por robar en las urnas, por tanta corrupción, por mentirle a una nación, fuera Dilma”, rezaba una de las pancartas.

Los manifestantes también expresaron su repudio por el megaescándalo en la estatal Petrobras, donde una red ilegal de políticos y partidos oficialistas desvió millonarias sumas en los gobiernos de Rousseff y su antecesor Luiz Lula da Silva.

En Río de Janeiro, unas 20.000 personas recorrieron la avenida paralela a la playa de Copacabana, mientras que en la capital federal, Brasilia, más de 45.000 manifestantes se concentraron en la sede gubernamental.

En al menos dos ciudades, Belo Horizonte y Río, pequeños grupos participaron en las marchas pidiendo la intervención de los militares y el regreso de la dictadura para “salvar a Brasil”. Además de esas dos capitales provinciales, hubo protestas en Fortaleza, Recife, Goiás, Pará y Porto Alegre, entre otras.

En la mayoría de las concentraciones, predominaba el “verdeamarelo” de la selección nacional, portaban banderas de Brasil y entonaron el himno. (DPA-Reuters)

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