Ian recibió el alta en el hospital y pudo volver a casa

Ayer por la mañana dejó el Hospital de Niños. Volverá a un control con el neumonólogo. Un gran susto con final feliz

SANO. Ian se recuperó luego de haber aspirado purpurina y ayer pudo salir del hospital después de casi 10 días.  SANO. Ian se recuperó luego de haber aspirado purpurina y ayer pudo salir del hospital después de casi 10 días.
26 Marzo 2015
Natalia Quiroga y el pequeño Ian, de tres años, estaban sentados en la cama tres de la sala 1 del Hospital de Niños esperando la ansiada noticia: el alta. Después de 10 días de internación y de angustia, finalmente, ayer por la mañana le dijeron que podía volver a casa. Ian ingresó a terapia intensiva el 16 de marzo tras haber aspirado, accidentalmente, purpurina. Apenas ingresó al hospital se le realizó un lavaje broncoalveolar. Su estado fue crítico durante un par de días hasta que de a poco se fue recuperando y ya no necesitó el respirador artificial.

Los dos solitos sentados en la cama del hospital esperaban el permiso para retirarse, que llegó a media mañana. “Me dijeron que durante la semana debo traerlo a control con un neumonólogo”, explicó la mamá, esta vez con cara de alivio.

En el barrio 76 viviendas, al suroeste de la capital, su papá Silvio lo esperaba ansioso. “Ahora lo están esperando en la casa también sus hermanos, que estaban en la casa de mi cuñada”, contó Natalia.

Un gran susto
Natalia sabe que la vida de su hijo estuvo en riesgo. Se maldijo varias veces por haber comprado la purpurina para hacer unas tareas manuales en la casa. Movido por la curiosidad, Ian alcanzó la caja en la que su mamá había guardado el polvito de colores y se la tiró encima al destaparla. Cuando su papá lo encontró, Ian estaba cubierto de color dorado y al rato le manifestó que le dolía la panza.

Fue el almacenero del barrio el que alertó a Silvio y lo llevó hasta el hospital de niños.

Otro caso
A fines del año pasado, Mauro López, un niño de Santiago del Estero murió por la misma causa. Había colocado purpurina en un silbato y lo aspiró mientras estaba jugando. Durante dos semanas estuvo en terapia intensiva, pero no se recuperó. Le detectaron muerte cerebral y murió a los pocos días.

El director del hospital de Niños, Oscar Hilal, explicó que la purpurina contiene metales pesados como el cobre y el aluminio. “Es grave porque cuando el chico la aspira llega al nivel de los bronquios y alvéolos y altera el intercambio gaseoso que se produce a nivel alveolar, en los pulmones, lo cual lleva a que el paciente tenga dificultades respiratorias que van en constante aumento, hasta llegar a una situación crítica que necesite un respirador. A veces no hay ningún síntoma”, dijo el médico.

Antes de conocer la peligrosidad de este material era muy frecuente que en las escuelas y colegios se lo pidiera para las actividades prácticas o se lo usara como un reemplazo de la brillantina o el gibré.

“El riesgo de la purpurina radica en que el producto se adhiere a los tejidos alveolares impide el intercambio de gases entre la sangre y los pulmones, y el signo más notable es la disminución de oxígeno en la sangre”, explicó el toxicólogo Alfredo Córdoba.

En Entre Ríos ya se prohibió el uso de purpurina y brillantina en los establecimientos escolares y la venta de esos productos a menores de edad.

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