La revancha tucumana

“Verdinegros” punteros y “benjamines” escoltas.

EN CONTACTO. Pedro Mercerat, de La Plata, encuentra la marca “verdinegra” de Gonzalo Manso. la gaceta / foto de héctor peralta EN CONTACTO. Pedro Mercerat, de La Plata, encuentra la marca “verdinegra” de Gonzalo Manso. la gaceta / foto de héctor peralta
12 Abril 2015
Tucumán Rugby y Lawn Tennis conocieron el gusto de la revancha saliendo airosos en sus respectivos partidos, por el Torneo Nacional de Clubes. Los “verdinegros” vencieron, merecidamente, a La Plata RC por 44 a 39 y los “benjamines”, con final dramático, superaron a Hindú por 30 a 27.

En Marcos Paz, el partido fue muy parejo, tanto que al término del primer tiempo la diferencia era de siete puntos. Los dueños de casa encontraron la fórmula de la victoria con el suspenso de las intermitencias. El equipo “canario” solo buscaba el contrataque cada vez que tomaba la pelota su fullback. Ese esfuerzo puso a La Plata RC en algún momento al frente del marcador. El segundo tiempo tuvo intensidad, pero con muchas imprecisiones. Los locales fueron prácticos, por eso ganaron.

El “tennis” cortó el vuelo
Si había alguien capaz de frenar en seco el vuelo ascendente del campeón de Buenos Aires era el campeón del otro bastión rugbístico argentino: el del Noroeste. Tucumán Lawn Tennis, con la sangre en el ojo por la goleada sufrida en el debut en Don Torcuato, pergeñó el operativo revancha en su cancha del parque 9 de Julio, imponiéndose en un final cerradísimo. Con ese trámite, le cortó a Hindú la racha de tres triunfos consecutivos con bonus que llevaba. De paso, se afianzó en el segundo puesto de la zona 1, con 10 puntos, seis menos que su derrotado.

Fue un triunfazo de Lawn Tennis, de esos que se construyen ladrillo por ladrillo. A saber: el trabajo de los forwards fue estupendo en la marca y en el juego corto, “saltaban chispas” en los puntos de contacto y el line local “se aburrió” de robar lanzamientos.

Se preveía un final incierto. Pero no con tanto dramatismo como se dio. Lawn Tennis sacó el as que le quedaba en la manga: el corazón. Totalmente convencido de que podía ganarlo, mandó la caballería al frente, un line a favor lo convirtió en oro: el try de Diego Osa sellaba un triunfo, para no olvidar.

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