“Está ansioso y pidió no saber nada hasta que esté cerrado”: San Martín avanza por un jugador que ilusiona al hincha

La dirigencia ajusta el proyecto deportivo 2026 mientras negocia por un defensor tucumano que expresó su deseo de vestir la camiseta “rojiblanca”.

PRESENTE. Víctor Salazar disputó la temporada con la camiseta de Sportivo Ameliano de Paraguay. PRESENTE. Víctor Salazar disputó la temporada con la camiseta de Sportivo Ameliano de Paraguay.

En San Martín, los teléfonos no descansan. Desde temprano y hasta altas horas de la noche, las reuniones presenciales, las videollamadas y los cruces de mensajes marcan el pulso de una semana frenética. Tanto en el complejo “Natalio Mirkin” como en La Ciudadela, el movimiento es incesante: dirigentes que entran y salen, carpetas sobre la mesa, decisiones urgentes y un proceso de reorganización que todavía no terminó de tomar forma. En medio de ese escenario, una certeza se sostiene desde antes de la asunción formal: Oscar Mirkin prometió que el fútbol sería la prioridad absoluta. En ese sentido, la nueva CD ya empezó a mover las primeras piezas.

Uno de esos movimientos tomó fuerza en las últimas horas: la comunicación entre el club y Víctor “Tucu” Salazar, el lateral de 32 años que viene de disputar la temporada en Sportivo Ameliano, de Paraguay. El futbolista, que debutó profesionalmente en Rosario Central y pasó por San Lorenzo -donde jugó Copa Libertadores y convirtió su primer gol oficial en 2021-, acumula alrededor de 233 partidos profesionales, tres goles y ocho asistencias, con pasos por Olimpia y destacadas participaciones en torneos internacionales. Surgido en el fútbol rosarino pero criado futbolísticamente en un entorno donde nunca ocultó su fanatismo por el “Santo”, Salazar volvió a aparecer en escena como una posibilidad concreta para reforzar al equipo en el ciclo 2026.

En el club valoran no solo su recorrido, sino su historia personal. Salazar es amigo y compadre de Lucas Diarte, ex lateral izquierdo de San Martín y uno de los jugadores identificados con la institución en la última década. Ese vínculo, de hecho, siempre funcionó como puente emocional con La Ciudadela: el “Tucu” ya había sido visto en la popular de calle Pellegrini alentando al equipo en 2017, cuando viajó especialmente para ver un partido del “Santo” contra Mitre de Santiago del Estero. Desde entonces, su nombre aparece cada vez que se habla de futbolistas tucumanos con deseo real de vestir la camiseta.

Pero lo que trascendió en las últimas horas no provino de la boca del jugador, sino de gente de su entorno. Según reveló un allegado muy cercano al lateral, Salazar es fanático, está entusiasmado y “se muere por jugar en San Martín”, pero pidió no recibir información hasta que su representante complete la negociación. El motivo: su ansiedad. “Quiere disfrutar a su familia en las vacaciones y recién enterarse cuando esté todo definido, para bien o para mal”, le confió la misma fuente a LA GACETA. La predisposición está; lo concreto, todavía no.

En ese mismo clima de expectativa, en las últimas horas un gesto del propio futbolista alimentó aún más las especulaciones. Salazar compartió una historia en su cuenta de Instagram con la canción Nunca lo olvides, de Airbag, de fondo, acompañada por una imagen que no pasó desapercibida: él, de chico, en la popular de La Ciudadela, junto a su familia, durante la temporada 2007/2008, justamente un año en el que San Martín también competía en la entonces denominada B Nacional. La publicación, breve y sin texto agregado, fue interpretada puertas adentro como un guiño cargado de simbolismo, una postal de identidad y pertenencia que refuerza el vínculo emocional que siempre mantuvo con el club.

Otros movimientos

Lo que sí parece claro es que su posible llegada está directamente ligada al avance final por el nuevo entrenador. En ese punto, San Martín transita horas determinantes. Recién entonces, con el DT confirmado, Pérez Castro avanzará sobre la siguiente etapa: refuerzos, rescisiones y definición de roles para los futbolistas que continúan bajo vínculo. En ese combo entra Salazar, junto con otros nombres vinculados al exterior y a Primera.

La salida de Mariano Campodónico dejó un vacío inmediato en la conducción y aceleró los tiempos de la nueva gestión. Por eso Pérez Castro, que llegó a Tucumán para asumir oficialmente el rol de director deportivo, ya trabaja a contrarreloj. Las primeras jornadas incluyeron análisis del plantel, reuniones internas y un diagnóstico general del escenario económico del club.

El plan trazado es simple en su forma, pero exigente en su ejecución: cerrar cuanto antes al entrenador, asegurar refuerzos de jerarquía -especialmente en defensa y medio campo- y ordenar la columna vertebral del plantel. En paralelo, Mirkin y la comisión directiva buscan sostener un mensaje unificado: el proyecto 2026 debe generar impacto inmediato, recuperar la confianza del hincha y establecer un camino claro hacia la pelea por el ascenso. 

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