26 Julio 2015
INSACIABLE. Cavenaghi venía de hacerle cuatro goles a Rafaela y ayer repitió. dyn
BUENOS AIRES.- Todos los instrumentos de la orquesta del director Marcelo Gallardo suenan afinados por estos días. Por eso, no extrañó que tras un primer tiempo en el que algunos acordes dejaron que desear, el “millonario” vuelva a interpretar la dulce melodía del triunfo frente a un Colón que no guarda correspondencia con el famoso teatro.
Mejor imposible. Porque antes de irse de copas a México, River dejó la casa en orden. El 3-1 sobre el “sabalero” en el Monumental depositó al conjunto del “Muñeco”, al menos por unas horas, en la cima de las posiciones junto al Boca de Carlos Tevez.
Pero también sirvió para confirmar que ahora Gallardo tiene variantes de todo tipo a su disposición. Menudo lío para decidir, por ejemplo, quién jugará por la banda izquierda en Monterrey. Porque Gonzalo Martínez, partícipe activo en los tres goles, arrasó en el complemento.
Porque Tabaré Viudez esta vez tuvo media hora en cancha y ratificó que esos 20 minutos ante Guaraní no fueron una mera lluvia del eterno veranito de Asunción: debut en la red y aceitado engranaje en la usina que sirvió para dejar en anécdota aquel gol de Germán Conti en la etapa inicial.
Porque Nicolás Bertolo volvió a vestir la banda roja tras su lesión. Y si bien se lo vio algo falto de ritmo (y se comió un gol de aquellos), es una opción más para llenar el vacío dejado por la partida de Ariel Rojas. Ah, y además está Sebastián Driussi, quien para igualar le dio de primera con alma y vida, así como había jugado hasta entonces.
Y por si fuera poco, entre las variantes de ataque, volvió a anotarse un Fernando Cavenaghi intratable, más “Cavegol” que nunca, con ese cabezazo para cambiar de palo la pelota que le sirvió Javier Saviola, en una conexión de otros tiempos, reminiscencias de principios de siglo.
Así, con el ánimo por las nubes de Buenos Aires, River embarcará hoy hacia Monterrey. Llega la parada más brava del año: concretar ante Tigres el sueño del pueblo “millonario”, velado con persistencia durante dos largas décadas. Por eso, los cantos del final recordaron que la ópera más importante se llama Libertadores.
Mejor imposible. Porque antes de irse de copas a México, River dejó la casa en orden. El 3-1 sobre el “sabalero” en el Monumental depositó al conjunto del “Muñeco”, al menos por unas horas, en la cima de las posiciones junto al Boca de Carlos Tevez.
Pero también sirvió para confirmar que ahora Gallardo tiene variantes de todo tipo a su disposición. Menudo lío para decidir, por ejemplo, quién jugará por la banda izquierda en Monterrey. Porque Gonzalo Martínez, partícipe activo en los tres goles, arrasó en el complemento.
Porque Tabaré Viudez esta vez tuvo media hora en cancha y ratificó que esos 20 minutos ante Guaraní no fueron una mera lluvia del eterno veranito de Asunción: debut en la red y aceitado engranaje en la usina que sirvió para dejar en anécdota aquel gol de Germán Conti en la etapa inicial.
Porque Nicolás Bertolo volvió a vestir la banda roja tras su lesión. Y si bien se lo vio algo falto de ritmo (y se comió un gol de aquellos), es una opción más para llenar el vacío dejado por la partida de Ariel Rojas. Ah, y además está Sebastián Driussi, quien para igualar le dio de primera con alma y vida, así como había jugado hasta entonces.
Y por si fuera poco, entre las variantes de ataque, volvió a anotarse un Fernando Cavenaghi intratable, más “Cavegol” que nunca, con ese cabezazo para cambiar de palo la pelota que le sirvió Javier Saviola, en una conexión de otros tiempos, reminiscencias de principios de siglo.
Así, con el ánimo por las nubes de Buenos Aires, River embarcará hoy hacia Monterrey. Llega la parada más brava del año: concretar ante Tigres el sueño del pueblo “millonario”, velado con persistencia durante dos largas décadas. Por eso, los cantos del final recordaron que la ópera más importante se llama Libertadores.
NOTICIAS RELACIONADAS