Boca hace culto a la efectividad

Aunque Boca ganó por dos goles de diferencia, no estuvo cómodo en La Bombonera. ¿Podría presumir ese marcador? No, porque por más victoria que signifique Boca es Boca y no lo dejó evidenciado en su cancha. Y su rival, Godoy Cruz, fue Godoy Cruz y lo dejó en claro: los mendocinos con poco complicaron al “xeneize”.

Boca entró sabiendo que si no ganaba cedía terreno ante el líder San Lorenzo que ahora tiene la compañía “xeneize”. Los primeros 10 minutos del partido no fueron presagio de lo que se aproximaba. Los mendocinos pusieron en problemas a Boca presionando. Al mismo tiempo, los de Rodolfo Arruabarrena contribuían a la causa “tomba”: tenían la pelota, pero no sabían qué hacer con ella.

La espera era la propuesta mendocina y con esa tónica de juego la sensación era que el que primero marcaba, ganaba. Si ese salto solitario que dio Esteban Burgos hubiese sido más preciso, quizás los tres puntos tendrían otro dueño. Pero no. Y si Daniel Díaz no hubiese estado a las espaldas de Guillermo Sara en el minuto 23 del primer tiempo para despejar la pelota que se iba suavemente hacia el arco, el final hubiese sido otro.

Pero el potencial no sirve ante Boca. Es imperdonable. Godoy Cruz no aprovechó y por eso hoy se escribe sobre la habilidad de Marcelo Meli para cabecear de palomita con marca encima y de si el penal a Cristian Erbes, convertido en gol por Carlos Tévez, fue un 99.9 o un 100 % justo. Ese segundo destello de lucidez fue el que le dio calma a Boca que no habrá sido el mejor, pero sí el más efectivo.

Gol de Meli


Gol de Tevez