24 Agosto 2015
IMPRESIONANTE. La caballería avanza sobre los manifestantes. FOTO DIEGO ARÁOZ.
Una pesadilla se vivió esta noche en el corazón de San Miguel de Tucumán, durante la movilización de miles de tucumanos que salieron a la calle a protestar por lo que consideran que los comicios de ayer se desarrollaron con irregularidades. Las consignas cargaron contra el gobernador José Alperovich y contra su candidato a la sucesión, Juan Manzur, quien se adjudicó el triunfo electoral. Familias, jóvenes estudiantes, simpatizantes partidarios y jubilados colmaron el microcentro de la ciudad que se convirtió en un infierno tras la reacción policial contra la protesta. Gases lacrimógenos y balas de goma de un lado eran respondidos por piedras y naranjazos desde las columnas de manifestantes.
Se trata de la segunda situación de tensión en menos de un mes para la Casa de Gobierno que, hasta la semana pasada, tuvo que soportar la instalación de carpas por parte de productores que reclamaron políticas activas que permitan salir de la crisis a las economías regionales, particularmente al sector cañero.
Cacerolas, tarros, cucharas, cucharones y botellas de plásticos fueron los elementos utilizados durante el masivo cacerolazo contra el Gobierno. “¿Dónde están nuestros votos?”, interrogó a los gritos Delia, que fue acompañada de sus hijas. “Cómo es posible que hagan oídos sordos frente a este reclamo”, se despachó un jubilado instalado frente a la iglesia San Francisco, a metros del Palacio de Gobierno. “Este no es un pueblo sumiso; que todo el país mire que no aceptamos las trampas ni la corrupción”, sentenció un joven universitario de cara al despacho del gobernador.
Tras dos horas de gritar consignas contra el Poder Ejecutivo, se sucedieron los incidentes, con la reacción de los efectivos apostados en la sede del Ejecutivo y de los efectivos de la Caballería que embistieron contra los manifestantes. “No daba para más y había que actuar”, justificó uno de los encargados del operativo de la fuerza de seguridad ante los reclamos de los ciudadanos apostados en la esquina del edificio oficial. Corridas por el frente de la Casa de Gobierno y por las calles aledañas terminaron con personas desvanecidas, la intervención del 107 y de los mismos efectivos policiales apostados para la custodia. Una noche de furia que algunos lo tildaron como un “tucumanazo”, con una decena de adultos y dos niños atendidos por personal de emergencia sanitaria y al menos cuatro detenidos, según fuentes oficiales.
Se trata de la segunda situación de tensión en menos de un mes para la Casa de Gobierno que, hasta la semana pasada, tuvo que soportar la instalación de carpas por parte de productores que reclamaron políticas activas que permitan salir de la crisis a las economías regionales, particularmente al sector cañero.
Cacerolas, tarros, cucharas, cucharones y botellas de plásticos fueron los elementos utilizados durante el masivo cacerolazo contra el Gobierno. “¿Dónde están nuestros votos?”, interrogó a los gritos Delia, que fue acompañada de sus hijas. “Cómo es posible que hagan oídos sordos frente a este reclamo”, se despachó un jubilado instalado frente a la iglesia San Francisco, a metros del Palacio de Gobierno. “Este no es un pueblo sumiso; que todo el país mire que no aceptamos las trampas ni la corrupción”, sentenció un joven universitario de cara al despacho del gobernador.
Tras dos horas de gritar consignas contra el Poder Ejecutivo, se sucedieron los incidentes, con la reacción de los efectivos apostados en la sede del Ejecutivo y de los efectivos de la Caballería que embistieron contra los manifestantes. “No daba para más y había que actuar”, justificó uno de los encargados del operativo de la fuerza de seguridad ante los reclamos de los ciudadanos apostados en la esquina del edificio oficial. Corridas por el frente de la Casa de Gobierno y por las calles aledañas terminaron con personas desvanecidas, la intervención del 107 y de los mismos efectivos policiales apostados para la custodia. Una noche de furia que algunos lo tildaron como un “tucumanazo”, con una decena de adultos y dos niños atendidos por personal de emergencia sanitaria y al menos cuatro detenidos, según fuentes oficiales.
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Juan Manzur