29 Noviembre 2015
FUERA DE BUENOS AIRES.- “En el interior de Argentina, un uruguayo se encuentra con un país familiar”.
TUCUMÁN.- “Aquí encuentro un resabio del monocultivo del azúcar, con sus contextos sociales complejos y los resabios de un trabajo esclavizante. Es una sociedad chica, pero fascinante”.
DOS INSTITUCIONES BÁSICAS.- “La institucionalidad uruguaya se apoya sobre dos pilares: los partidos políticos más antiguos del mundo y la escuela pública. El año próximo, los partidos Colorado y Nacional (o Blanco) cumplirán 180 años. Con estas herramientas, Uruguay ha forjado su personalidad: no carece de defectos, por supuesto, pero es un país tolerante, justo, solidario e igualitario”.
NO TAN RETIRADO.- “Empecé a hacer política a los 17, antes de que pudiese votar. Mi abuelo, Luis Alberto Herrera, fue el jefe del Partido Nacional durante buena parte del siglo XX. Competí tres veces para ser presidente: gané una elección y perdí dos. En 2009 resolví que había llegado el momento de hacerme a un lado. A los dos años, mi hijo y homónimo, se postuló y ganó las elecciones internas del partido (luego perdió contra Tabaré Vázquez). Ojo, yo no quería que lo hiciese. Pero, bueno, estoy en un retiro raro: ocupo un despachito en el Partido Nacional y me dedico a la formación de los dirigentes jóvenes. Y sí, hago lo que puedo para evitar que mi mujer me eche de casa”.
TUCUMÁN.- “Aquí encuentro un resabio del monocultivo del azúcar, con sus contextos sociales complejos y los resabios de un trabajo esclavizante. Es una sociedad chica, pero fascinante”.
DOS INSTITUCIONES BÁSICAS.- “La institucionalidad uruguaya se apoya sobre dos pilares: los partidos políticos más antiguos del mundo y la escuela pública. El año próximo, los partidos Colorado y Nacional (o Blanco) cumplirán 180 años. Con estas herramientas, Uruguay ha forjado su personalidad: no carece de defectos, por supuesto, pero es un país tolerante, justo, solidario e igualitario”.
NO TAN RETIRADO.- “Empecé a hacer política a los 17, antes de que pudiese votar. Mi abuelo, Luis Alberto Herrera, fue el jefe del Partido Nacional durante buena parte del siglo XX. Competí tres veces para ser presidente: gané una elección y perdí dos. En 2009 resolví que había llegado el momento de hacerme a un lado. A los dos años, mi hijo y homónimo, se postuló y ganó las elecciones internas del partido (luego perdió contra Tabaré Vázquez). Ojo, yo no quería que lo hiciese. Pero, bueno, estoy en un retiro raro: ocupo un despachito en el Partido Nacional y me dedico a la formación de los dirigentes jóvenes. Y sí, hago lo que puedo para evitar que mi mujer me eche de casa”.
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