El Papa visitó uno de los barrios más peligrosos del mundo

Estuvo en Bangui, en República Centroafricana. Sorpresa en un hospital. Si la humanidad no cambia seguirán las miserias, dijo

DOLOR. Francisco visitó el único hospital pediátrico de Bangui: bendijo a niños enfermos de malaria y desnutridos. fotos reuters DOLOR. Francisco visitó el único hospital pediátrico de Bangui: bendijo a niños enfermos de malaria y desnutridos. fotos reuters
01 Diciembre 2015
El Papa está de regreso en Roma, pero en Uganda, Kenia y República Centroafricana su voz sigue resonando. Es que en este, su primer viaje apostólico a África, Francisco retomó uno de los objetivos que caracteriza su pontificado: dar relevancia a las periferias por sobre el centro. Por eso, como símbolo, dio inicio anticipado al Año Santo abriendo la puerta de la catedral de Bangui, en la República Centroafricana.

Antes de su misa en la catedral, el Papa visitó en forma sorpresiva un hospital pediátrico que está a cargo de misioneros, llevando cajas con medicinas donadas por el hospital “Bambin Gesù” de Roma. Según la oficina de prensa de la Santa Sede, el Pontífice se detuvo a saludar a los pequeños pacientes y a los trabajadores del hospital, que demostraron su alegría y sorpresa, tanto por el regalo como por su presencia.

Luego, desde uno de los barrios más peligrosos del mundo, llamó a cristianos y musulmanes a poner fin a una espiral de odio, venganza y derramamiento de sangre que ha dejado miles de muertos en los últimos tres años en la República Centroafricana.

En medio de fuertes medidas de seguridad, recorrió la zona PK5, un distrito donde la mayoría de los musulmanes que no han logrado huir de la capital del país han buscado refugio.

El barrio ha sido aislado del resto de la ciudad durante los últimos dos meses por un anillo de seguridad de las milicias cristianas, que bloquean la entrada de suministros y la salida de musulmanes. Un fuerte despliegue de fuerzas de paz de la ONU, con rifles y chalecos antibalas, marcó la visita del pontífice y se podían ver vehículos blindados con ametralladoras montadas a lo largo de la caravana. Francotiradores de la ONU custodiaron los minaretes que coronan una mezquita, donde cientos de musulmanes del lugar escucharon el apasionado llamado de Francisco a poner fin a la violencia. “Cristianos y musulmanes son hermanos y hermanas”, manifestó el Papa, tras el discurso del imán Moussa Tidiani Naibi, uno de los líderes religiosos locales que fomente el diálogo.

La violencia interreligiosa que vive el país provocó el desplazamiento de una cuarta parte de la población, desde marzo de 2013.

En el avión que lo llevó de regreso a Roma, el pontífice recordó aún conmocionado la visita que realizó al hospital, en diálogo con los periodistas que lo acompañaron en la misión: “Fui al hospital infantil, el único pediátrico que existe en Bangui, o del país. En terapia intensiva no tienen instrumentos para el oxigeno. Había muchos niños desnutridos, muchos... y la doctora que los atiende me dijo que la mayoría se va a morir porque tienen malaria fuerte o están desnutridos... si la humanidad no cambia, continuarán las miserias, tragedias, guerras... los niños que mueren de hambre, las injusticias”. (Reuters-DPA)

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios