Por Federico Espósito
02 Diciembre 2015
Los Pumas podrían incluir en su currículum 2015 el haber logrado unir durante los casi dos meses que duró el Mundial de Inglaterra a un país que todo el tiempo parece estar buscando razones para dividirse. Más aún en épocas de campaña electoral, en los que las diferencias políticas e ideológicas exacerbaron los ánimos de una población ya de por sí muy pasional.
“El deporte tiene eso. También estaría bueno que los valores que enseña el rugby se transmitieran a todos los ámbitos, incluido el de la política. Porque al fin y al cabo, lo importa es ser buena persona, más allá de quién seas o a qué te dediques”, opina Lucas Noguera Paz.
El pilar tucumano es de los que predica con el ejemplo: habiendo alcanzado la categoría de Puma, y ya con un Mundial en el currículum, conserva la humildad y la sencillez de cuando jugaba en las infantiles de Lince.
“Me acuerdo que, de chico, tenía un cuaderno donde pegaba recortes de Los Pumas, entradas y esas cosas. Tengo fotos con muchos de los que vinieron en algún momento a Tucumán. Ya desde entonces soñaba con llegar a esto”, recuerda “Luquitas” la época en la que era un fanático más, como cualquiera de los cientos de chicos que hoy se amontonan para pedirle una foto o un autógrafo.
“Cuando volvimos del Mundial, un montón de chicos del club habían ido a esperarme en el aeropuerto. Y en Concepción (junto a Daniel Hourcade y Nicolás Sánchez recibió una medalla al mérito por iniciativa del concejal Alejandro Molinuevo, ex entrenador de los “naranjas) había muchos infantiles y juveniles. Me siento muy identificado con ellos. Hasta no hace mucho yo estaba de ese lado. Sé lo importante que es para ellos, y por eso trato de cumplirles. Desde sacarme una foto hasta darles la mano y preguntarles cómo están”, explica el primera línea, que con apenas 22 años, acumula éxitos con Los Pumitas, los “naranjas”, los “naranjitas”, los Pampas y los Jaguares. Una foja que muchos históricos envidiarían.
Puerta abierta
Con todo, nada se compara a representar al país en un Mundial. “Fueron dos meses que disfruté mucho, gracias al grupo. Se creó un vínculo muy fuerte de amistad, similar a lo que sentís con tus compañeros de club. Me pasó que hubo giras en las que a los pocos días ya no veía la hora de volver, y hoy siento ganas de volver a encontrarme con los chicos para seguir compartiendo cosas”, describe.
Y es que si fuera por él, volvería a jugar ya mismo, aunque estemos en diciembre. “Por ahí el cansancio es más mental que físico. Aparte, si bien jugué todos los partidos, en casi todos entré en el segundo tiempo. A lo mejor estoy loco, pero tengo muchas ganas de jugar, de seguir entrenándome. Es más, ni me tomaría vacaciones, pero lo voy a hacer porque es necesario. Se viene un año muy cargado”, reconoce Lucas, en referencia al debut argentino en el Súper Rugby, el 26 de febrero frente a Cheetahs.
Por otra parte, el retiro de Marcos Ayerza de Los Pumas le abre una gran puerta a “Luquitas”, quien durante la era Hourcade ha sido el sucesor natural del “Toro”. “Es verdad que tengo una gran oportunidad, pero también soy consciente de que no soy el único que quiere aprovecharla. No es que sale Marcos y entra Lucas. No lo siento así, y me alegra. Si ocupo ese lugar o no, eso se verá más adelante, pero quiero dar todo de mí y sentir que me lo merezco”.
“El deporte tiene eso. También estaría bueno que los valores que enseña el rugby se transmitieran a todos los ámbitos, incluido el de la política. Porque al fin y al cabo, lo importa es ser buena persona, más allá de quién seas o a qué te dediques”, opina Lucas Noguera Paz.
El pilar tucumano es de los que predica con el ejemplo: habiendo alcanzado la categoría de Puma, y ya con un Mundial en el currículum, conserva la humildad y la sencillez de cuando jugaba en las infantiles de Lince.
“Me acuerdo que, de chico, tenía un cuaderno donde pegaba recortes de Los Pumas, entradas y esas cosas. Tengo fotos con muchos de los que vinieron en algún momento a Tucumán. Ya desde entonces soñaba con llegar a esto”, recuerda “Luquitas” la época en la que era un fanático más, como cualquiera de los cientos de chicos que hoy se amontonan para pedirle una foto o un autógrafo.
“Cuando volvimos del Mundial, un montón de chicos del club habían ido a esperarme en el aeropuerto. Y en Concepción (junto a Daniel Hourcade y Nicolás Sánchez recibió una medalla al mérito por iniciativa del concejal Alejandro Molinuevo, ex entrenador de los “naranjas) había muchos infantiles y juveniles. Me siento muy identificado con ellos. Hasta no hace mucho yo estaba de ese lado. Sé lo importante que es para ellos, y por eso trato de cumplirles. Desde sacarme una foto hasta darles la mano y preguntarles cómo están”, explica el primera línea, que con apenas 22 años, acumula éxitos con Los Pumitas, los “naranjas”, los “naranjitas”, los Pampas y los Jaguares. Una foja que muchos históricos envidiarían.
Puerta abierta
Con todo, nada se compara a representar al país en un Mundial. “Fueron dos meses que disfruté mucho, gracias al grupo. Se creó un vínculo muy fuerte de amistad, similar a lo que sentís con tus compañeros de club. Me pasó que hubo giras en las que a los pocos días ya no veía la hora de volver, y hoy siento ganas de volver a encontrarme con los chicos para seguir compartiendo cosas”, describe.
Y es que si fuera por él, volvería a jugar ya mismo, aunque estemos en diciembre. “Por ahí el cansancio es más mental que físico. Aparte, si bien jugué todos los partidos, en casi todos entré en el segundo tiempo. A lo mejor estoy loco, pero tengo muchas ganas de jugar, de seguir entrenándome. Es más, ni me tomaría vacaciones, pero lo voy a hacer porque es necesario. Se viene un año muy cargado”, reconoce Lucas, en referencia al debut argentino en el Súper Rugby, el 26 de febrero frente a Cheetahs.
Por otra parte, el retiro de Marcos Ayerza de Los Pumas le abre una gran puerta a “Luquitas”, quien durante la era Hourcade ha sido el sucesor natural del “Toro”. “Es verdad que tengo una gran oportunidad, pero también soy consciente de que no soy el único que quiere aprovecharla. No es que sale Marcos y entra Lucas. No lo siento así, y me alegra. Si ocupo ese lugar o no, eso se verá más adelante, pero quiero dar todo de mí y sentir que me lo merezco”.
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