02 Diciembre 2015
Sofía Goyeneche ya está acostumbrada a esperar pacientemente a un costado mientras su novio cumple con sus deberes de ídolo. “No me molesta para nada; al contrario, lo disfruto. Digamos que yo también soy su fan, je”, sostiene ella, que lo conoció en el colegio Guillermina y lo acompaña desde hace más de cuatro años.
“Ah, ¿sí? Mirá vos, no sabía”, bromea Lucas. “Hablando en serio, ella me banca siempre y yo valoro mucho eso. Es una relación difícil, porque no es mucho el tiempo que podemos pasar juntos”, destaca él, que reparte sus horas entre ella, su familia, Los Pumas y su ya avanzada carrera de Medicina. Por si quedaba algún espacio sin usar, desde el 1° de enero de 2016 será jugador de la franquicia profesional de la UAR en el Súper Rugby, y deberá fijar residencia en Buenos Aires.
“Será un gran cambio en mi vida. Además de buscar departamento, tendré que aprender a manejarme allá, y al principio rendir las materias a distancia. Nunca me tocó vivir solo, y creo que uno se da cuenta de ciertas cosas cuando ya no las tiene. Eso de volver a tu casa y encontrar siempre un plato de comida hecha por tu mamá, o de sentarte en la mesa y tener con quién conversar. Aparte, mis habilidades para la cocina son muy básicas: bife, milanesas, fideos y memorizarme el número del delivery, je. Por suerte, tengo una novia que es chef y va a estar conmigo el primer mes para ayudar a acomodarme”, agradece con sonrisa cómplice a Sofi.
“Ah, ¿sí? Mirá vos, no sabía”, bromea Lucas. “Hablando en serio, ella me banca siempre y yo valoro mucho eso. Es una relación difícil, porque no es mucho el tiempo que podemos pasar juntos”, destaca él, que reparte sus horas entre ella, su familia, Los Pumas y su ya avanzada carrera de Medicina. Por si quedaba algún espacio sin usar, desde el 1° de enero de 2016 será jugador de la franquicia profesional de la UAR en el Súper Rugby, y deberá fijar residencia en Buenos Aires.
“Será un gran cambio en mi vida. Además de buscar departamento, tendré que aprender a manejarme allá, y al principio rendir las materias a distancia. Nunca me tocó vivir solo, y creo que uno se da cuenta de ciertas cosas cuando ya no las tiene. Eso de volver a tu casa y encontrar siempre un plato de comida hecha por tu mamá, o de sentarte en la mesa y tener con quién conversar. Aparte, mis habilidades para la cocina son muy básicas: bife, milanesas, fideos y memorizarme el número del delivery, je. Por suerte, tengo una novia que es chef y va a estar conmigo el primer mes para ayudar a acomodarme”, agradece con sonrisa cómplice a Sofi.
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