"La gente reaccionó con mucho enojo", contó una tucumana que trabaja en Bruselas

La oficina de Florencia Silva se encuentra muy cerca del aeropuerto, donde se produjeron al menos dos explosiones.

BRUSELAS. Cientos de personas abandonan el aeropuerto tras los atentandos; en el extremo superior de la imagen, Florencia Silva. BRUSELAS. Cientos de personas abandonan el aeropuerto tras los atentandos; en el extremo superior de la imagen, Florencia Silva.
22 Marzo 2016
Florencia Silva es una ingeniera industrial tucumana, de 26 años. Hace cinco meses tomó la decisión de irse a vivir a Amberes, en Bélgica, y apostar por el amor, porque su novio, Sebastien De Deken, de 27 años, es belga. Nunca imaginó que en ese país iba a vivir una de las experiencias más extremas de su vida.

Hace un mes consiguió trabajo en el área de logística de Toyota Motor Europe. Las oficinas están en Brusuelas, a 45 minutos de su casa en tren. Todos los días usa este medio de transporte para llegar a tiempo. Sin embargo, hoy no lo logró.

Una parada antes de llegar a destino, anunciaron por los parlantes que el tren no llegaría al aeropuerto, en Zaventem, hacia donde ella se dirigía, porque su oficina queda muy cerca de ahí. El motivo que le dieron: problemas técnicos. Minutos después se enteró de la verdad. "Hubo un atentado", le comentaron los pasajeros.

"La gente se mantuvo bastante tranquila, en general", contó Florencia. Pero ella admitió que se asustó, porque los hechos ocurrieron en lugares que ella deberá seguir transitando.

"Mis colegas y amigos también están asustados, pero tratan de seguir su rutina y no quieren generar estado de pánico", le cuenta la ingeniera a LA GACETA.com. Agrega que la tranquilidad demorará en llegar, porque la situación sigue siendo complicada en la zona. Uno de los motivos es que el transporte público no funciona.

"La mayoría reaccionó con asombro y, sobre todo, con enojo. Inclusive mis compañeros, que escucharon las explosiones antes de que yo llegara a la oficina", contó esta tucumana.

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