04 Abril 2016
El tironeo por el rol que desempeña la esposa del intendente Germán Alfaro en la gestión municipal monopoliza la atención política en la capital. La ex legisladora Beatriz Ávila preside una fundación y, según los partes de prensa institucionales que difunde la Municipalidad, supervisa acciones oficiales de esa administración en representación de su marido.
El concejal Ricardo Bussi, quien advirtió públicamente sobre esta situación, le pidió al intendente que separe sus acciones privadas de las públicas. “No se puede confundir Estado con familia, tal vez el intendente Alfaro deba recordar al gobernador de Córdoba Amadeo Sabattini, famoso por su conducta intachable, quien no permitía a su esposa siquiera usar el automóvil de la Gobernación porque entendía que no correspondía, ya que era un bien del Estado. En Tucumán observamos cómo el intendente delega en su mujer, que es una ciudadana de a pie, el control de las obras públicas y el rédito político que ello le ocasiona, y no sólo lo naturalizan sino que lo justifican”, insistió el ex senador.
Alfaro había justificado el papel de Ávila, y desestimado que utilice recursos públicos. “Como intendente las actividades son muchísimas y el tiempo no alcanza para atender a todas. En muchas áreas tengo colaboradores de confianza que me ayudan a dar respuestas, pero en el área social, por ser la más sensible y la más urgente, me colabora Beatriz”, había dicho.
También el subsecretario operativo de Tránsito y Transporte municipal, Enrique Romero, replicó a Bussi. “Al hijo del ‘Familiar’ se le saltó la cadena nuevamente dando inicio a una nueva era de taradez política. Beatriz Ávila tuvo un gesto de renunciar a su banca de concejal y hoy es el cable a tierra del Intendente. ¿Qué mejores ojos para supervisar una obra que los de ella?”, afirmó el peronista.
El concejal Ricardo Bussi, quien advirtió públicamente sobre esta situación, le pidió al intendente que separe sus acciones privadas de las públicas. “No se puede confundir Estado con familia, tal vez el intendente Alfaro deba recordar al gobernador de Córdoba Amadeo Sabattini, famoso por su conducta intachable, quien no permitía a su esposa siquiera usar el automóvil de la Gobernación porque entendía que no correspondía, ya que era un bien del Estado. En Tucumán observamos cómo el intendente delega en su mujer, que es una ciudadana de a pie, el control de las obras públicas y el rédito político que ello le ocasiona, y no sólo lo naturalizan sino que lo justifican”, insistió el ex senador.
Alfaro había justificado el papel de Ávila, y desestimado que utilice recursos públicos. “Como intendente las actividades son muchísimas y el tiempo no alcanza para atender a todas. En muchas áreas tengo colaboradores de confianza que me ayudan a dar respuestas, pero en el área social, por ser la más sensible y la más urgente, me colabora Beatriz”, había dicho.
También el subsecretario operativo de Tránsito y Transporte municipal, Enrique Romero, replicó a Bussi. “Al hijo del ‘Familiar’ se le saltó la cadena nuevamente dando inicio a una nueva era de taradez política. Beatriz Ávila tuvo un gesto de renunciar a su banca de concejal y hoy es el cable a tierra del Intendente. ¿Qué mejores ojos para supervisar una obra que los de ella?”, afirmó el peronista.
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