Por Carlos Werner
17 Julio 2016
LA CITA IDEAL. Un rally suele ser la mejor excusa para que amigos decidan armar el programa de seguir la carrera en grupo, entre asados y buenas historias. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll
Rally, fernet, las sierras, el cuarteto, los choripanes, los criollos, los alfajores, una palabra que empieza con “c” y es muletilla permanente… Hay tantas palabras que se identifican con Córdoba y con su gente que, a veces, resulta casi un ejercicio interminable enumerarlas. Pero como dice un eslogan, “Córdoba va”. O viene, según el caso.
En Tafí del Valle los cordobeses son algo así como conquistadores entrando en terreno desconocido. Es que, debido a la carrera, son muchos, muchísimos los oriundos de La Docta que llegaron a trabajar, abajo y arriba de los autos. Pero también están los turistas-fanáticos del rally que, al escuchar un poco de ruido, pusieron rumbo a los caminos “a despuntar el vicio”.
Los Albornoz son de Río Ceballos (papá Héctor, hijo Esteban y sobrino Juan). Se fueron tempranísimo al tramo Casas Viejas-San Cayetano. Sintieron el rigor del frío tafinisto como todo el mundo. Lo mitigaron, claro, con fernet y algún cafecito. “Esto es vida”, dijo el más experimentado del grupo de visitantes.
“Tucumán es una locura, tierra de rally al mejor nivel” se explayó su heredero. Y mientras se frotaban las manos debido a la temperatura bajo cero que llegó con el Alpa Puyo impiadoso, se dispusieron a ver el paso de las máquinas y de sus pilotos, que son muchos.
Más tarde, aparecieron en escena los Scoponi, oriundos de Bell Ville. El papá, Elvio, la mamá Débora y el pequeño Bruno, abrigados “de pe a pa”, esperando en la segunda pasada en el tramo Costa 1-Costa 2 al ídolo cordobés, Federico Villagra.
“Vendo autos, vine a cobrar una cuota y traje a mi familia. Ni por asomo sabía que había fecha del rally. Cuando nos enteramos, no lo dudamos. No hay mucho para hacer en Tafí, salvo descansar y mirar este maravilloso paisaje, así que no vino mal un poco de acción de la mejor”, contó Elvio, orgulloso de venir de las tierras que vieron nacer nada menos que al “Matador” Mario Kempes. Cordobeses sí, pero también santiagueños, chaqueños, catamarqueños, santafesinos y una larga lista de espectadores de distintas procedencias. La ciudad les abrió sus brazos y los turistas llegaron en cantidad. Es que más allá de que cada lugar de la Argentina tenga sus costumbres y sus particularidades, también Tafí del Valle tiene mucho por mostrar. Y si es con rally, mejor.
En Tafí del Valle los cordobeses son algo así como conquistadores entrando en terreno desconocido. Es que, debido a la carrera, son muchos, muchísimos los oriundos de La Docta que llegaron a trabajar, abajo y arriba de los autos. Pero también están los turistas-fanáticos del rally que, al escuchar un poco de ruido, pusieron rumbo a los caminos “a despuntar el vicio”.
Los Albornoz son de Río Ceballos (papá Héctor, hijo Esteban y sobrino Juan). Se fueron tempranísimo al tramo Casas Viejas-San Cayetano. Sintieron el rigor del frío tafinisto como todo el mundo. Lo mitigaron, claro, con fernet y algún cafecito. “Esto es vida”, dijo el más experimentado del grupo de visitantes.
“Tucumán es una locura, tierra de rally al mejor nivel” se explayó su heredero. Y mientras se frotaban las manos debido a la temperatura bajo cero que llegó con el Alpa Puyo impiadoso, se dispusieron a ver el paso de las máquinas y de sus pilotos, que son muchos.
Más tarde, aparecieron en escena los Scoponi, oriundos de Bell Ville. El papá, Elvio, la mamá Débora y el pequeño Bruno, abrigados “de pe a pa”, esperando en la segunda pasada en el tramo Costa 1-Costa 2 al ídolo cordobés, Federico Villagra.
“Vendo autos, vine a cobrar una cuota y traje a mi familia. Ni por asomo sabía que había fecha del rally. Cuando nos enteramos, no lo dudamos. No hay mucho para hacer en Tafí, salvo descansar y mirar este maravilloso paisaje, así que no vino mal un poco de acción de la mejor”, contó Elvio, orgulloso de venir de las tierras que vieron nacer nada menos que al “Matador” Mario Kempes. Cordobeses sí, pero también santiagueños, chaqueños, catamarqueños, santafesinos y una larga lista de espectadores de distintas procedencias. La ciudad les abrió sus brazos y los turistas llegaron en cantidad. Es que más allá de que cada lugar de la Argentina tenga sus costumbres y sus particularidades, también Tafí del Valle tiene mucho por mostrar. Y si es con rally, mejor.