11 Septiembre 2016
ERNESTO WAYAR. Retrato de archivo del titular de la Cámara.
Las dificultades recurrentes para integrar la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán y el peligro de interrupción de la administración de justicia precipitaron una decisión con escasos precedentes en el país: la convocatoria a los magistrados jubilados. El 19 de mayo, Ernesto Wayar, presidente de la Cámara, dispuso el llamado de tres ex jueces para que actúen como subrogantes: Graciela Fernández Vecino, Oscar Emilio Sarrulle y Ángel Jesús Toledo (Santiago del Estero).
Los magistrados jubilados han de intervenir cuando no sea posible constituir el tribunal de alzada con los magistrados de primera instancia de Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca, y de los tribunales orales (TOF) de las provincias mencionadas. Ello ocurre con más frecuencia de lo que parece debido a que la Cámara de Apelaciones exhibe una vocalía acéfala desde 2015 por la jubilación con el beneficio del 82% móvil de Fernández Vecino. Ese panorama se complica con la licencia especial del camarista Raúl Mender, quien lleva 571 días sin trabajar (ver “El juez Mender...”). A esto se suma que el juez federal N°2, Fernando Luis Poviña, actúa como magistrado subrogante en Jujuy, en forma permanente.
La posibilidad de constituir la Cámara con vocales de los TOF también es limitada puesto que los tres cargos del estrado de Santiago del Estero están vacantes. Por esta razón, Gabriel Casas y Alicia Noli, vocales del TOF tucumano, ejercen funciones jurisdiccionales en aquella provincia. Y también hay que considerar que los integrantes de los TOF no pueden fallar en la etapa de apelación en las causas en las que luego intervendrán como jueces del juicio oral.
Ese rompecabezas complejo repercute en los tiempos de los procesos, ya de por sí lentos. Sobre todo, en aquellos en los que hay inhibiciones. La situación se agrava con la ralentización del trámite de cobertura de vacantes en el Consejo de la Magistratura de la Nación.
Los magistrados jubilados han de intervenir cuando no sea posible constituir el tribunal de alzada con los magistrados de primera instancia de Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca, y de los tribunales orales (TOF) de las provincias mencionadas. Ello ocurre con más frecuencia de lo que parece debido a que la Cámara de Apelaciones exhibe una vocalía acéfala desde 2015 por la jubilación con el beneficio del 82% móvil de Fernández Vecino. Ese panorama se complica con la licencia especial del camarista Raúl Mender, quien lleva 571 días sin trabajar (ver “El juez Mender...”). A esto se suma que el juez federal N°2, Fernando Luis Poviña, actúa como magistrado subrogante en Jujuy, en forma permanente.
La posibilidad de constituir la Cámara con vocales de los TOF también es limitada puesto que los tres cargos del estrado de Santiago del Estero están vacantes. Por esta razón, Gabriel Casas y Alicia Noli, vocales del TOF tucumano, ejercen funciones jurisdiccionales en aquella provincia. Y también hay que considerar que los integrantes de los TOF no pueden fallar en la etapa de apelación en las causas en las que luego intervendrán como jueces del juicio oral.
Ese rompecabezas complejo repercute en los tiempos de los procesos, ya de por sí lentos. Sobre todo, en aquellos en los que hay inhibiciones. La situación se agrava con la ralentización del trámite de cobertura de vacantes en el Consejo de la Magistratura de la Nación.