06 Diciembre 2016
Franco Pizzicannella, ex delantero de Atlético, atiende el timbre que toca LG Deportiva. Llama a su hermano, Franco, que el domingo fue agredido por la hinchada de Deportivo Aguilares, jugando justamente para el “Decano”. El arquero abre el portón desde la puerta, con un control remoto. Acaba de levantarse de una siesta. Está un poco abombado, como todavía despertándose. Parece una recreación de la situación en la cancha del “Depor” (hasta viste una remera y un short de su equipo) después de que cayeran una bomba de estruendo al lado suyo y una serpentina de papel sin enrollar en el pómulo. Sin dudas que las consecuencias son muy diferentes: la siesta reparó un poco ese cuerpo mientras que el anónimo ataque lo marcó negativamente y no solo en el rostro.
“Me siento muy mal”, son las palabras que elige para describir su estado. Las razones son varias. “Quería seguir jugando pero cuando estaba en el piso ya me sentí mareado después de la bomba y del proyectil que impactó en mi rostro”, explica.
“Nunca me había pasado algo así. Siempre en este tipo de partidos te escupen, te tiran papeles o piedritas chiquitas pero algo así nunca”, recuerda Franco que ayer tuvo que hacerse una tomografía para descartar lesiones mayores. La previa del partido supo avisar el incidente. “Desde un principio se veía que no había garantías para que el partido terminara. Ya en la entrada en calor había gente adentro que no tenía nada que hacer, tratando de meternos miedo”, señaló Pizzicannella.
Las agresiones, para colmo, siguieron fuera del campo. Diego Erroz tomó el mando de su camioneta el domingo, tras la suspensión, para llevar en camilla a “Pizzi” y los ánimos seguían caldeados. “Volaron botellazos y hasta un pedazo de tribuna. Menos mal que pegó en la lona de la camioneta porque era enorme”, rememoró sobre esos 60 minutos que parecieron miles.
Días antes del partido, cuenta el jugador, les habían llegado mensajes de voz por WhatsApp desde Aguilares, amedrentándolos. “Imaginábamos que esto podía pasar. La gente de ahí tiene fama de promover incidentes pero igual nosotros estábamos metidos en la nuestra. Queríamos coronar en la cancha un año muy duro y sacrificado”, aseguró.
¿Y ahora?
El Tribunal de Disciplina decidirá mañana que sucederá con el resto del partido. Si lo da por terminado y, por ende, Alético se queda con el título o si hace jugar los 45 minutos restantes. Todo indica que será la primera opción pero nunca se sabe. Obviamente, Franco tiene opinión formada al respecto.
“Para mí sería injusto si nos hacen jugar. Hay que decirle basta a la violencia de una vez por toda. Tienen que aprender por las buenas o por las malas”, analizó el arquero.
“El capitán de ellos (Deportivo) me decía que me levante y juegue pero si lo hacía iba a estar dando ventaja. Tenía el ojo hinchado y me molestaba al abrirlo. Tenía que cerrarlo para que no me duela”, explicó.
Pizzicannella además se apoya en el campeonato que redondeó Atlético y el juego desplegado en lo que pudo jugarse de la final. “Somos justos ganadores. Fuimos superiores en la ida y durante todo el torneo demostramos que fuimos un equipo que juega bien al fútbol como quiere Martín (Anastasio)”, agregó.
“Me siento muy mal”, son las palabras que elige para describir su estado. Las razones son varias. “Quería seguir jugando pero cuando estaba en el piso ya me sentí mareado después de la bomba y del proyectil que impactó en mi rostro”, explica.
“Nunca me había pasado algo así. Siempre en este tipo de partidos te escupen, te tiran papeles o piedritas chiquitas pero algo así nunca”, recuerda Franco que ayer tuvo que hacerse una tomografía para descartar lesiones mayores. La previa del partido supo avisar el incidente. “Desde un principio se veía que no había garantías para que el partido terminara. Ya en la entrada en calor había gente adentro que no tenía nada que hacer, tratando de meternos miedo”, señaló Pizzicannella.
Las agresiones, para colmo, siguieron fuera del campo. Diego Erroz tomó el mando de su camioneta el domingo, tras la suspensión, para llevar en camilla a “Pizzi” y los ánimos seguían caldeados. “Volaron botellazos y hasta un pedazo de tribuna. Menos mal que pegó en la lona de la camioneta porque era enorme”, rememoró sobre esos 60 minutos que parecieron miles.
Días antes del partido, cuenta el jugador, les habían llegado mensajes de voz por WhatsApp desde Aguilares, amedrentándolos. “Imaginábamos que esto podía pasar. La gente de ahí tiene fama de promover incidentes pero igual nosotros estábamos metidos en la nuestra. Queríamos coronar en la cancha un año muy duro y sacrificado”, aseguró.
¿Y ahora?
El Tribunal de Disciplina decidirá mañana que sucederá con el resto del partido. Si lo da por terminado y, por ende, Alético se queda con el título o si hace jugar los 45 minutos restantes. Todo indica que será la primera opción pero nunca se sabe. Obviamente, Franco tiene opinión formada al respecto.
“Para mí sería injusto si nos hacen jugar. Hay que decirle basta a la violencia de una vez por toda. Tienen que aprender por las buenas o por las malas”, analizó el arquero.
“El capitán de ellos (Deportivo) me decía que me levante y juegue pero si lo hacía iba a estar dando ventaja. Tenía el ojo hinchado y me molestaba al abrirlo. Tenía que cerrarlo para que no me duela”, explicó.
Pizzicannella además se apoya en el campeonato que redondeó Atlético y el juego desplegado en lo que pudo jugarse de la final. “Somos justos ganadores. Fuimos superiores en la ida y durante todo el torneo demostramos que fuimos un equipo que juega bien al fútbol como quiere Martín (Anastasio)”, agregó.
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