31 Enero 2017
PIZARRÓN MÓVIL. Javier Claut, ayudante de Pablo Lavallén, tiene en sus manos la pizarra donde estudiaron a El Nacional. la gaceta / foto de franco vera
Y el día se convierte en noche... “La” noche en la que Atlético escribirá una nueva historia siendo protagonista la renovada Copa Libertadores de América, la primera en jugarse en el año calendario. Estará Atlético, desde las 22 en el Monumental, esperando por El Nacional, de Ecuador, su obstáculo en su anhelo de avanzar a la siguiente ronda, con tal de que el sueño internacional sea eterno.
Se habló mucho en la previa. Se analizó demasiado al contrario, un equipo con rodaje de antaño en la Copa pero hoy vestido de interrogantes por su remozada plantilla. Este “Militar” no es el mismo de fines de 2016. Es otro equipo, prácticamente invisible al conocimiento de un “Decano” que poco pudo estudiarlo.
Los videos recibidos fueron cosa del pasado, cuando en cancha estaban futbolistas como Michael Estrada, estrella y goleador; o Christian Lara, otro gran rompedor de redes y a su vez líder en pases gol. La lista de ausentes continúa y la de preguntas sin respuestas para el “Decanos”, también. “Cuando la pelotita comience a rodar sabremos a qué nos enfrentamos”, así describió Cristian Lucchetti la incertidumbre que les creó, tácticamente hablando, El Nacional en su momento.
Igualmente, los cuestionamientos generados por el visitante son apenas un detalle dentro del mundo de fe donde habita el grupo. Seguridad es su segundo nombre. Y control de pelota y agresividad, sus apellidos.
“La tenencia de la pelota será clave”, asiente Fernando Evangelista, uno de los laterales que irá a la carga barraca esta noche. El 4-3-3 de Atlético puede mutar en un tsunami de camisetas celeste y blanca cuando haya posesión y control en la zona roja de los ecuatorianos.
Pero no sólo los aciertos deben ser en ofensiva, sino también en el mediocampo y en defensa. El Nacional (4-2-3-1) no viene en busca del “palo por palo”. Más bien intentará cerrar sus compuertas y contener al dueño de casa, hasta toparse con una vía de escape que deje a Félix Borja, hombre de la casa que volvió para triunfar en el “Militar” y reemplazar a Estrada, mano a mano con Lucchetti. “No podemos dormirnos ni regalar un centímetro en la cancha”, aseveró el buen arquero “decano”.
La inteligencia es una virtud que Atlético deberá exprimir. Si lo consigue, el siguiente paso será someter a El Nacional. No darle tregua. No menos importante será finalizar la primera batalla de 90 minutos de esta fase dos con el arco invicto y con un par de goles a favor.
Esa sería la mejor noticia para un grupo que entiende que visitar el estadio Nacional de Quito, a 2.800 metros sobre el nivel del mar, el próximo martes, caerá tan pesado como subir a una montaña rusa luego de haber almorzado en un tenedor libre de asado. “A la serie no se la pasa jugando bien sólo 90 minutos. Tenemos que mantener el nivel durante los 180”, sostiene Ignacio Canuto, el último en subirse al tren de los titulares, y tiene razón. Hoy hay que dar el primer paso. Y debe ser firme, para seguir escribiendo la historia
Se habló mucho en la previa. Se analizó demasiado al contrario, un equipo con rodaje de antaño en la Copa pero hoy vestido de interrogantes por su remozada plantilla. Este “Militar” no es el mismo de fines de 2016. Es otro equipo, prácticamente invisible al conocimiento de un “Decano” que poco pudo estudiarlo.
Los videos recibidos fueron cosa del pasado, cuando en cancha estaban futbolistas como Michael Estrada, estrella y goleador; o Christian Lara, otro gran rompedor de redes y a su vez líder en pases gol. La lista de ausentes continúa y la de preguntas sin respuestas para el “Decanos”, también. “Cuando la pelotita comience a rodar sabremos a qué nos enfrentamos”, así describió Cristian Lucchetti la incertidumbre que les creó, tácticamente hablando, El Nacional en su momento.
Igualmente, los cuestionamientos generados por el visitante son apenas un detalle dentro del mundo de fe donde habita el grupo. Seguridad es su segundo nombre. Y control de pelota y agresividad, sus apellidos.
“La tenencia de la pelota será clave”, asiente Fernando Evangelista, uno de los laterales que irá a la carga barraca esta noche. El 4-3-3 de Atlético puede mutar en un tsunami de camisetas celeste y blanca cuando haya posesión y control en la zona roja de los ecuatorianos.
Pero no sólo los aciertos deben ser en ofensiva, sino también en el mediocampo y en defensa. El Nacional (4-2-3-1) no viene en busca del “palo por palo”. Más bien intentará cerrar sus compuertas y contener al dueño de casa, hasta toparse con una vía de escape que deje a Félix Borja, hombre de la casa que volvió para triunfar en el “Militar” y reemplazar a Estrada, mano a mano con Lucchetti. “No podemos dormirnos ni regalar un centímetro en la cancha”, aseveró el buen arquero “decano”.
La inteligencia es una virtud que Atlético deberá exprimir. Si lo consigue, el siguiente paso será someter a El Nacional. No darle tregua. No menos importante será finalizar la primera batalla de 90 minutos de esta fase dos con el arco invicto y con un par de goles a favor.
Esa sería la mejor noticia para un grupo que entiende que visitar el estadio Nacional de Quito, a 2.800 metros sobre el nivel del mar, el próximo martes, caerá tan pesado como subir a una montaña rusa luego de haber almorzado en un tenedor libre de asado. “A la serie no se la pasa jugando bien sólo 90 minutos. Tenemos que mantener el nivel durante los 180”, sostiene Ignacio Canuto, el último en subirse al tren de los titulares, y tiene razón. Hoy hay que dar el primer paso. Y debe ser firme, para seguir escribiendo la historia
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