15 Mayo 2017
COMPENETRADO. Gallardo se cansó de dar indicaciones y festejó los goles que hizo River para su primer triunfo en La Boca. dyn
BUENOS AIRES.- ¿Qué queda del Gallardo que, en uno de los más bochornosos episodios del Superclásico, lastimó desde atrás a Roberto Abbondanzieri en aquella épica semifinal de Copa Libertadores? Nada. Ayer, 13 años después e incluso muy alejado de ese feo reflejo, borró la última mancha que lo separaba de ser una de las leyendas en la historia de River como técnico: ganar en la cancha de Boca. “Siempre hay una primera vez. Eso es para la estadísticas. Yo cada vez que vengo acá tengo el estímulo de ganar. Justicamos el triunfo y ahora vamos a intentar pelear el campeonato”, dijo un regocijado “Muñeco” luego del 3-1 en La Bombonera.
En su dorado camino como entrenador había conseguido casi todo menos esto. Ganar la Copa Argentina y torneos internacionales (Libertadores y Sudamericana) y hasta eliminar a Boca en dos ocasiones, algo de lo que no se puede jactar, por ejemplo, Ramón Díaz.
Un partido clave
River, abocado a la Copa en este 2017, casi que había dejado de lado a finales del año pasado, el torneo local. Hoy, luego de esta victoria y con el partido ante Atlético todavía pendiente, está a cuatro puntos de su máximo enemigo, el líder.
“No jugamos un partido más, jugamos un partido que nos daba la posibilidad de meternos de lleno en la lucha por el título. Cuando se reanudó el campeonato estábamos muy lejos, pero en base a un rendimiento y una confianza que fuimos encontrando nos metimos en la doble competencia”, aseguró Gallardo.
Quizás esto -remontar un torneo y “robarle” el título a Boca- sea lo único que le falte para pasar a formar parte del Olimpo. Por ahora, está en un lugar muy cercano. (Especial)
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