Lesionados y suspendidos: el saldo negativo de Atlético luego del partido con Argentinos

El "Decano" deberá recuperar a los soldados caídos para el partido del sábado ante Tigre.

ONCE CONTRA ONCE. Álvarez disputa la pelota con Batallini. El volante de Atlético terminó con una dolencia y en la próxima práctica se sabrá cuál es el diagnóstico. télam ONCE CONTRA ONCE. Álvarez disputa la pelota con Batallini. El volante de Atlético terminó con una dolencia y en la próxima práctica se sabrá cuál es el diagnóstico. télam

BUENOS AIRES (Andrés Burgo, especial para LG Deportiva).- La salida de los vestuarios de Argentinos se parece a un museo del fútbol. De las paredes cuelgan gigantografías de las máximas figuras de un club que, con orgullo, se presume “el semillero del mundo”. Hay fotos de Diego Maradona, Juan Román Riquelme, Claudio Borghi, Fernando Redondo y otras estrellas, todas con la camiseta de Argentinos, que serían la envidia de cualquier equipo. Ayer, debajo de esas fotos, los jugadores de Atlético dejaron el estadio como si además de un templo del fútbol también estuviesen dejando una sala de primeros auxilios. El partido había sido tan caliente que incluyó un parte de guerra.

Quien tenía más molestias, o al menos quién más las mostraba, era Augusto Batalla. Al arquero le costaba hasta caminar: salió con ojotas para no calzarse las zapatillas y renqueaba visiblemente. Le dolía uno de los empeines, producto de una de las tantas jugadas del primer tiempo en que tuvo que salir a sofocar las chambonadas iniciales de sus centrales. “Tengo un golpe que me duele, voy a esperar que pasen unas horas a ver qué es”, explicó Batalla, quien ayer, además de ser la figura de Atlético, tuvo un espectador muy especial en la cancha: su padre.

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“El viejo es hincha de Argentinos, así que me trajo a este estadio muchas veces en mi vida. Eso sí, de acá nos íbamos a ver a River”, recordó el arquero. Respecto del partido, Batalla reconoció que el empate fue un buen negocio. “Argentinos fue un poco más, pero también es cierto que estuvimos cerca de ganar nosotros. Siempre es importante sumar”.

Pero de quien habrá que estar más atento en la semana es de Favio Álvarez, quien pidió el cambio a los pocos minutos del segundo tiempo. “Ya en el vestuario, en el entretiempo, avisé que tenía una molestia, y que creía que no iba a poder seguir mucho. Fue en el nervio ciático por un golpe apenas comenzó el partido. Jugué casi siempre con dolor, hasta que no aguanté más”, indicó el cordobés.

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A la espera de las evoluciones de Álvarez y de Batalla, quien no podrá jugar contra Tigre el próximo sábado, a las 21.30, en el Monumental, es Rodrigo Aliendro, quien sumó la quinta tarjeta amarilla. “El segundo tiempo fue muy intenso, los jugadores de ellos estaban nerviosos. Por un lado se hizo feo porque se habló mucho, aunque también hubo muchas situaciones de gol. Ojalá se puedan ver muchos más como este”, señaló Aliendro, mientras detrás de él, Maradona y Riquelme en formato de gigantografías parecían asentir.

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