La crisis de la política

La democracia implica la comprensión lúcida y emancipada de nuestro contexto. El demagogo resuelve el miedo de manera infantil con consignas sencillas que organizan el discurso.

28 Octubre 2018

Por Carlos Pagni.-

Las formas de comunicarse, de hacer la guerra o de transportarse no cambiaron mucho en 7.000 años. Pero en los últimos tiempos lo hicieron radicalmente. La masa de información que hoy tenemos es equivalente a 4.500 pilas desde la Tierra hasta el sol. Y esa masa se duplica cada dos años. Y en los últimos dos, la humanidad generó la misma cantidad que en todos los siglos previos.

La política hoy crece regida por la negatividad. Es el caso de Bolsonaro. También el de Macri, cuyo electorado votó contra Cristina.

Esas polarizaciones producen muchas distorsiones. Cuando Macri cumple con la función de vencer a Cristina (pasó en 2017), aparece un problema para el presidente y aquí está una de las raíces de la crisis económica actual.

La frustración y el miedo de buena parte de la sociedad al cambio es un motor poderoso. El ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti dice: “Todos tenemos un Uber en nuestro futuro”.

Estados Unidos, Brasil y Argentina arrastran largas recesiones. La sociedad atemorizada recibe respuestas demagógicas. Respuestas que en lugar de explicar el fenómeno, identifican culpables. Los nuevos actores usan un lenguaje que logra una identificación con la gente. Les hablan sobre la globalización y sus víctimas.

Hay una crisis de confianza en la democracia. Y hay un modelo no democrático muy exitoso que es China.

Perspectivas argentinas

El mejor homenaje que puede haberle hecho la prensa a CFK fue atacarla con más virulencia por los mismos pecados que cometieron otros políticos. El populismo triunfa cuando saca al periodismo de su eje. En 2011, los medios creían que CFK no ganaba como ganó porque no comprendían el fenómeno. El riesgo de los medios es embaderarse.

Un Bolsonaro en la Argentina no parece probable. Primero por la plasticidad del peronismo. Luego porque Kirchner y Macri ya implicaron impugnaciones a la política.

Hay dos incógnitas en nuestro país: la primera es cuánto afectará la recesión a la alianza gobernante y cómo afectará a Macri como candidato. La segunda: si esta recesión es suficiente para que el peronismo resuelva su enorme crisis de representación. Los Kirchner no resolvieron el problema del empleo, que está en el corazón de la propuesta peronista. Se parece al agotamiento del PRI mexicano, que requirió una remodelación. Si el peronismo no resuelve esta crisis, seguirá ganando Macri.

* Exposición en la asamblea de la Sociedad Americana de Prensa en Salta.

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