Erks, Acoglanis y el mito OVNI

El cerro Uritorco y un gurú que dice conectarse con extraterrestres.

URITORCO. Según los ufólogos, dentro del cerro hay una ciudad intraterrena. credito URITORCO. Según los ufólogos, dentro del cerro hay una ciudad intraterrena. credito
13 Enero 2019

Por MatÍas Carnevale.-

Sebastiano De Filippi acaba de publicar La ciudad de la llama azul: luces y sombras sobre el cerro Uritorco, resultado de una investigación exhaustiva sobre la legendaria ciudad cordobesa.

Para el interesado en cuestiones ufológicas, antroposóficas y temas afines, Erks (Encuentro de Remanentes Kósmikos Siderales) es un nombre familiar. Para quien no esté versado en este enigmático sitio, baste describirlo como una ciudad intraterrena que se supone dentro y debajo del cerro Uritorco, Capilla del Monte, donde los avistamientos de OVNIS parecen ser eventos cotidianos. En su libro, De Filippi emplea herramientas de la antropología de la religión para dar cuenta de un misterio fascinante, en torno a la vida de Ángel Cristo Acoglanis, un buscavidas rosarino devenido en gurú de fama internacional.

Idioma inventado

En las tradiciones esotéricas, la nueva lengua que debe adquirir el iniciado -en forma de mantras, encantaciones o invocaciones-cumple al menos una función central: otorga al simpatizante un sentido de pertenencia, al incluirlo en una jerga que deja afuera a los profanos, resaltando así la importancia de haber sido “elegido”. Acoglanis no sólo convenció a miles de la existencia de una ciudad ficticia, también inventó el “irdin”, lenguaje que articulaba las creencias del iluminado maestro. En El día que paralizaron la Tierra, film de 1951, Klaatu, el visitante extraterrestre que arriba con un mensaje cósmico de paz, encarga a una viuda que pronuncie la frase Klaatu barada nikto para evitar que el robot Gort destruya el planeta. Acoglanis llamaba a los hermanos superiores con palabras igualmente extrañas, aunque también empleaba el castellano en composiciones como “No estamos solos / No estamos solos / Vienen por nosotros / Ya están aquí”. En esta cosmovisión, la búsqueda de vida extraterrestre con radiotelescopios y otros instrumentos científicos es del todo infructuosa; debemos abrir nuestras mentes a estas realidades ocultas para el ojo mundano.

Los mantras y cánticos que Acoglanis empleaba para convencer a sus seguidores de la realidad de estar haciendo contacto con seres superiores representan un caso digno de estudio psicolingüístico: Santi mana ata / Santi mana ata muc / Santi mana ata muc / Santimana santimanau. La jerigonza que De Filippi saca a la luz, una mezcla de sánscrito con lo que suena a lenguas indígenas, de un contenido franciscano-cósmico, al menos parece reflejar fenómenos lingüísticos reales como la derivación.

El mito y el negocio

De Filippi, si bien fue respetuoso, metódico y honesto en su estudio, aduce haber recibido amenazas por la publicación del libro, lo cual, aunque indignante, no es descabellado. Una ciudad de 12.000 habitantes convertida en “una especie de Roswell sudamericana”, que vea afectada su principal fuente de ingresos, puede instar a algunos a tomar medidas desesperadas. Se sabe que la verdad puede ser amarga e irremediable. El investigador considera que la carrera de Acoglanis no es diferente a otros casos de embaucadores espiritualoides: un “lumpen” de Rosario acaba su carrera firmando como médico sanador.

Coordenadas fantásticas

Pero, ¿existe Erks? Al igual que El Dorado, Shangri-La y Xanadu, las ciudades legendarias dicen mucho sobre las sociedades que las buscan. El desprestigio de las religiones tradicionales, atacadas por todos los flancos, y de las ciencias duras deja un vacío que se llena con creencias más o menos estrafalarias. La contaminación, el ruido y la desesperación de las grandes urbes espolean el deseo de quienes aspiran una vida más conectada con la naturaleza y lo agreste, y aquí entra en juego Erks, en un entorno envidiable. Las artesanías, los distintos tipos de alimentación alternativa y de meditación se combinan con la creencia en vida extraterrestre, en un negocio redondo. La New Age platillista es el culto de nuestro tiempo y, según De Filippi, perdurará por los años venideros, gracias a su plasticidad y capacidad de adaptación.

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