No somos mejores o más éticos cuando tenemos menos. La idea es poseer exactamente el número correcto de cosas, y ese número será diferente para cada uno.
Si uno quiere focalizarse en viajar como yo, probablemente querrá tener menos, porque todo lo que tengas tendrás que cargarlo o guardarlo. Si necesitas equipo para hacer tu trabajo, si tu pasión es coleccionar estatuillas de unicornios, si te sientes realizado por conservar todos los libros que leíste, entonces debes hacerlo; solamente no compres el televisor grande que se supone deberías tener. Guarda el dinero para más estatuillas de unicornios.
Esto significa que uno debe priorizar su tiempo, energía y recursos para las cosas que de verdad te importan. Pueden ser cosas materiales, relaciones, hobbies o proyectos.
No necesitas poseer unas pocas docenas de cosas para ser un minimalista. Solo debes enfocarte en las cosas vitales y actuar de acuerdo a ello.
* Fragmento de Exile Lifestyle.
Colin Wright tomó la decisión de vivir con las cosas que entraran en dos bolsos chicos. Llegó a 51 cosas. Varias remeras, tres pantalones, medias, ropa interior, ropa deportiva, un par de zapatillas, un par de zapatos, un abrigo, una cámara, una laptop y un par de anteojos. Nada más.
La cantidad de cosas que fueran compatibles con su decisión de vivir viajando, volcando sus experiencias en un blog (Exile Lifestyle) y decidiendo cada tres meses, junto a sus seguidores, cuál sería su siguiente destino.
Esta y otras historias son reflejadas en Minimalismo, documental de Netflix que muestra a diversas personas que eluden la “trampa de las cosas”.
En la película Fuego contra fuego, el personaje de Robert De Niro -un ladrón de bancos muy profesional- cuenta el secreto para que no lo atrapen: “Nunca tengo nada, en ningún lado, que me lleve más de 10 minutos empacar y desparecer para siempre”.
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Roberto Molina - Periodista.