Llantos, vientos huracanados, lluvia y granizo durante una tarde de terror en Famaillá

El barrio San Francisco fue el más afectado, informó Defensa Civil. Unas 23 casas se quedaron sin techo y cuatro personas fueron derivadas al hospital.

DESOLADO. Ninguna habitación de la casa de la familia Ibarra quedó con techo luego de la tormenta del lunes. la gaceta / fotos de antonio ferroni DESOLADO. Ninguna habitación de la casa de la familia Ibarra quedó con techo luego de la tormenta del lunes. la gaceta / fotos de antonio ferroni

Eran las 15 del lunes, pero para los habitantes del barrio San Francisco, de Famaillá, parecían las 20. Se había venido la noche de la mano de una violenta tormenta. Fue por culpa de un tornado, afirmaron los vecinos. Entonces se sintieron como en una película de catástrofe, en la que todo vuela por los aires, la gente grita y llora en medio de la lluvia y las piedras de hielo. Eso pasó en el caserío que ayer estaba destartalado, con chapas por doquier hechas un nudo, colchones empapados y muebles y electrodomésticos ya inservibles fuera de los humildes hogares.

En la esquina de la casa de los Ibarra había tres ollas humeantes, con guiso de fideos que el municipio puso a disposición de los damnificados. De allí salía el almuerzo para quienes se han quedado en la calle. Son en total 23 casas que están sin techo, según contabilizó personal del Siprosa. Ellos también dieron detalles de otro saldo desafortunado: cuatro personas fueron trasladadas al hospital de Famaillá, con diferentes traumatismos. A una de esas personas se le cayó una pared encima, por el viento, lo que le causó un fuerte golpe en la cabeza. En otro barrio cercano -añadieron los agentes sanitarios-, Colonia 8, dos casas quedaron sin techo, y una mujer fue hospitalizada: una embarazada de seis meses.

OLLA POPULAR. El municipio proveyó de alimentos a los damnificados. OLLA POPULAR. El municipio proveyó de alimentos a los damnificados.

“Todo comenzó a las 15 y a los pocos minutos ya se había volado mi techo. Por un momento no se escuchaba nada a causa del viento. Como si hubiésemos estado en medio de un tornado. Igual salí corriendo de mi casa a ver a mis abuelos: estaban atrapados por una morera que se había caído en la puerta de la casa de ellos. Ahí vi mi techo que había llegado a la ruta. Después se empezaron a escuchar los llantos. Fue un desastre”, describió Keila Ibarra. Su hogar parecía una obra inconclusa, sin techo, sin muebles, todo al aire y mojado. Son muchos los que ayer estaban así en San Francisco, un barrio de 50 casas y 220 personas en total.

A unos pocos metros, Antonia Ibarra, pariente de Keila, mostraba cómo se derrumbó la pared de su galería, que cayó sobre su auto. Quedó todo destrozado. Luego contó que durmió en la casa de otros vecinos que tuvieron más suerte que ella. Sus sobrinos tuvieron pesadillas durante toda la noche. “Gritaban y lloraban. Todavía no se les ha ido el miedo”, agregó.

Ayuda

Arriba de una cornisa, bien alta, Sebastián Suárez le daba una mano a la familia Zelaya que se quedó, como muchas otras, sin techo luego de la tormenta del lunes. “El dueño de casa está en Río Negro, trabajando en la cosecha. Y para que él no se venga desde tan lejos, decidí arreglar yo. Trataré de colocarles el techo, aunque dijeron de la comuna que ayudarán. Está difícil. También por un largo tiempo estas personas estarán sin luz, sin agua, porque los servicios básicos están cortados”, describió el hombre, con martillo en mano. Luego agregó que la familia todavía paga un crédito que solicitó a un banco para hacer el comedor, que hoy está destartalado.

Desde lo alto, Sebastián saludaba a otro damnificado: Agustín Ríos, que vive en el barrio hace cinco años. “Esto nos costará caro, pero estamos bien los tres (su esposa y su hija), que es lo que importa”, lamentó Agustín.

A pesar de la fuerza del viento, que volteó árboles y se llevó techos, y de lo que opinan los vecinos del barrio San Francisco, el meteorólogo Juan Minetti sostuvo que no vio evidencia de un tornado. “Se parecía más a vientos huracanados producto de una tormenta (turbonada)”, resaltó el experto, titular del Laboratorio Climatológico Sudamericano.

RUINAS. Un corralón se desplomó encima de unos tractores. RUINAS. Un corralón se desplomó encima de unos tractores.

“Fue muy intenso”

La tormenta del lunes también afectó otros municipios, en los que se registraron casas destruidas, techos volados, árboles caídos y servicios en baja, entre otros incidentes. Fernando Torres, director de Defensa Civil de la Provincia, contó que el barrio más afectado fue San Francisco, de Famaillá, con más de 20 familias anegadas que fueron asistidas. Agregó que otra zona notablemente perjudicada fue la que une Famaillá con Monteros: “allí cayó muchísima agua. Es donde mayor lluvia se registró. En Bella Vista también”.

Vecinos de esos lugares enviaron fotos al Whastapp de LA GACETA en las que se muestran cómo quedaron sus barrios. Entre ellas, aparece una casa destruida al costado de una ruta. Torres explicó que allí “algo se huracanó. Fue muy intenso”.

En la Capital y en Yerba Buena, las autoridades sólo registraron árboles y ramas caídas, y el servicio eléctrico resultó afectado en algunos sectores. Se acumularon unos 60 milímetros de agua en total, afirmó Torres, teniendo en cuenta la tormenta del lunes por la tarde y la lluvia de la madrugada de ayer.

Además, un lector registró con su celular la caída de un cartel en pleno centro de San Miguel de Tucumán: en la esquina de Santiago del Estero y 25 de Mayo.

“Se está trabajando para restablecer los servicios en donde se cortó el suministro eléctrico y el de agua”, finalizó Torres.

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