No es fácil jugar un torneo cuando lo que verdaderamente importa es otra cosa. Desde que San Martín perdió su lugar en la Superliga, en La Ciudadela no piensan en otra cosa que no sea en la receta exacta para volver a jugar en la elite del fútbol argentino.
Por eso, si bien esta Copa de la Superliga sí importa por los motivos que explicamos en la edición de ayer, a los jugadores también les cuesta entrar en sintonía. Anoche eso quedó demostrado porque el “Santo” necesitó bastante tiempo para comenzar a enderezar las acciones ante un Unión “muleto” que pegó primero gracias a esas lagunas mentales que le costaron más de un dolor de cabeza a San Martín en esta temporada.
Le costó mucho el juego a los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi, pero también es cierto que no merecían perder el duelo de ida de la primera fase de la Copa. Por eso, ese soberbio testazo de Lucas Acevedo se festejó tanto en Bolívar y Pellegrini. Por si tendría que haber habido un ganador, el “mereciometrómeto” indicaría que ese debía haber sido San Martín. Todo esto porque creó las mejores situaciones, porque se lo llevó por delante al “Tatengue” en el complemento, porque Silvio Trucco tuvo otra noche pésima (invalidó, a instancias de su asistente, un gol legítimo de Lucas González) y porque el gol de Maximiliano Cuadra fue casi un hecho aislado en el contexto general del partido.
Pero el “Santo” regaló un tiempo, al igual que en el juego contra San Lorenzo, y esa es otra muestra de que los jugadores sufren todas las incógnitas que rodean al mundo San Martín. A saber; Caruso no seguirá en el cargo al final de esta temporada, por lo que no será quien decida la continuidad de los jugadores y eso puede influir en la mente de los que saltan al campo. Muchos futbolistas (la gran mayoría del plantel) no tienen certeza qué es lo que sucederá con ellos una vez que se termine la participación en esta Copa.
¿No sería mejor que en San Martín definan cuanto antes el entrenador que tendrá la misión de devolver a la Superliga al equipo? Si eso sucediera, esa persona podría comenzar a hablar con los jugadores que podrían quedarse a formar parte del nuevo plantel y a aceitar una pequeña base de esa estructura.
Pero como nada de eso ocurrió y el equipo termina sufriendo esos signos de pregunta en lo ajeno a lo que sucede dentro del campo.
Aunque, más allá de todo eso, lo que no se le puede regañar a este grupo de jugadores es el empuje, la actitud y el tesón que mostraron anoche. Porque aunque por momentos faltó fútbol, nadie sacó el pie del acelerador para ir a buscar el empate, ni tampoco “mezquinó” una pierna cuando hubo que trabar o jugar una pelota como si fuera la última.
Los hinchas volvieron a despedir con aplausos al equipo y ovacionaron a Acevedo, pidiéndole entre líneas a los dirigentes que aseguren cuanto antes su lugar en el plantel que jugará la B.
Con el central confirmado, sería bueno que sigan los pasos naturales y comiencen a darle forma al equipo que buscará la vuelta. Le servirá a futuro al “Santo”, pero también les dará tranquilidad a muchos jugadores de cara a los juegos que faltan.