Cuando el corazón habla

El caso de Iker Casillas volvió a traer a escena un tema con numerosos aristas, que no siempre tuvieron un final feliz, como le pasó al español.

ESTRELLA EN DIFICULTADES. El rápido accionar de los médicos de FC Porto y del sanatorio de Lisboa adonde fue trasladado, permitieron que Casillas salve su vida. ESTRELLA EN DIFICULTADES. El rápido accionar de los médicos de FC Porto y del sanatorio de Lisboa adonde fue trasladado, permitieron que Casillas salve su vida.
Por Mariana Apud y Carlos Werner 04 Mayo 2019

La situación sorprendió al mundo del fútbol, primero por el hecho en sí mismo, luego porque el protagonista es un deportista de elite y, finalmente, por el ámbito donde se produjo. La noticia recorrió el mundo y todos se preguntaron cómo fue que Iker Casillas, la estrella de la selección española campeona del mundo y del multicampeón con Real Madrid, sufrió un infarto de miocardio en plena práctica de FC Porto, su actual club en Portugal.

El arquero español, que cumple 38 años este mes, se sintió indispuesto en el entrenamiento. Sintió algo extraño en su cuerpo, por dolores en el pecho, la boca y los brazos. Y acudió inmediatamente a los médicos del club. Tras ser observado, fue derivado de urgencia al hospital. Al llegar, cuando los doctores vieron que estaba sufriendo un proceso de infarto con obstrucción de la arteria coronaria derecha, enseguida se le practicó un cateterismo para revertir la situación.

El agente de Casillas, Carlo Cutropia, fue claro sobre lo sucedido: “Tuvo toda la suerte del mundo de que esto sucedió en el entrenamiento, con los médicos del FC Porto presentes. Si hubiera ocurrido en casa, las consecuencias habrían sido imprevisibles, esto es más importante que ganar un Mundial”.

El ejercicio periodístico lleva a preguntarse si un deportista que haya recibido un stent coronario puede volver a la acción de manera profesional. Y hay disparidad de criterios. Salvada la vida, lo que sigue es un campo fértil en conjeturas. Pero queda claro que hay que darle tiempo al tiempo.

Están los que consideran que depende de varios factores, de la medicación que necesite, de la evaluación del paciente, en situación de reposo, pero también con estrés y con actividad física. Y también es importante la voluntad que ponga el deportista en seguir. Lo que sí queda claro es que se puede hacer una vida normal fuera de los campos de juego.

¿Por qué ocurren estos casos con protagonistas que, en principio, cuentan con todos los estudios médicos? También hay disparidad de criterios. Están los que sostienen que se está sobrecargando al deportista de alto rendimiento con demasiados torneos, un germen para los problemas de salud. Una “salida” que muchos encuentran es acudir a fármacos para superar la fatiga, algo que puede terminar en un paro cardíaco.

Hace varios años, en un congreso médico organizado por la FIFA en México, el cardiólogo belga Michell de Ceunick advirtió que el riesgo relativo de sufrir muerte súbita es dos veces mayor en atletas que en los que no lo son. “El ejercicio sistemático dispara incrementos en el grosor de la pared cardíaca en los atletas, que parece que siempre es algo benigno, pero hay estudios que dicen lo contrario, por ello la muerte súbita es un caso muy complejo”, advirtió. Y recomendó el ABC para todo atleta: contar con una historia clínica, un examen físico y un electrocardiograma, porque con las simples radiografías no basta.

Punto de vista

El deporte no es un riesgo

Por Agustina Abalsa, Médica-Cardióloga-Deportóloga

Hay que recalcar siempre hacerse los controles cardiovasculares, sobre todo, a partir de los 30 años y en los menores de 30 que van a hacer actividad física. Últimamente, salieron a las luz muchos casos de deportistas que tienen estos eventos cardiovasculares, sin embargo, nosotros en la unidad coronaria, lo vemos todos los días en personas obesas, sedentarias, tabaquistas y diabéticas. Es muy común ver esto en las coronarias. O sea, el deporte no es un factor de riesgo, al contrario, el deporte nos protege de los eventos cardiovasculares, pero no significa que uno no esté exento porque también hay factores genéticos predisponentes, antecedentes familiares, alguna cardiopatía o problemas de colesterol o triglicéridos. Todos esos son muchos factores que la actividad física los atenúa. Hago hincapié en la necesidad de hacer los estudios cardiovasculares anuales por lo menos. Es eso lo que no pude encontrar en las noticias sobre el caso Casillas: qué tipo de estudios les hacen. Estimo, por el nivel en el que se desempeñan estos jugadores, que sí les hacen. Con todos los estudios, hay posibilidad de tener un evento cardíaco, pero en menor proporción. Hay casos en un muy pequeño porcentaje que escapan a esto y, a veces, con estudios de rutina pasa esto, pero es mínimo. Lo que hay que hacer es concientizar que hay que tener estilos de vida saludables. La actividad física no es un riesgo, el riesgo es no hacerse los exámenes cardiovasculares correspondientes.

Las instituciones deben controlar

Dr. Ramón Adrián Araujo Especialista en medicina del deporte

El caso de Casillas tuvo un diagnóstico rápido y oportuno. Habrá una historia posterior de qué va a pasar con él: si va a dejar o va a seguir. No conocemos su historia médica, no sabemos sus antecedentes familiares, su nivel de estrés, su calidad de vida porque, él puede ser un excelente atleta, pero no lo conocemos en su forma integral. La rehabilitación cardiovascular toma entre uno y dos meses después de un evento como el de Casillas y ya no sabemos si podrá regresar a tener ese mismo nivel de exigencia extrema que mantuvo. Eso quedará en debate entre decisiones del club y él porque también es un riesgo tener un atleta con este antecedente.

Por otro lado, tenemos que hablar que el infarto agudo de miocardio es la primera causa de muerte en el adulto en el mundo, sobre todo en el hombre y alrededor de los 50 años. Sabemos que un atleta está alejado un poco de todo esto, pero, insisto, no conocemos la historia familiar ni de vida de este atleta. Un atleta de alto rendimiento que desarrolle un infarto ya me dice que hay un desequilibrio de uno o más factores y alguna historia heredo-familiar de enfermedades cardiovasculares. También es muy importante la sobrecarga de estrés ya sea emocional o psíquico.

Yo mantengo una postura de no alarmar, en estos casos, pero sí concientizar, actuar en base a esto: hacer un apto médico, buena calidad de vida, con la prescripción adecuada de actividad física, carga de entrenamiento y descanso. A mí me tocó ver muchos descuidos no sólo en deportistas, también en instituciones que son las encargadas también de controlar a los atletas y su historia clínica-deportiva. Eso es muy importante, más en la actualidad, porque el ser humano viene evolucionando año a año en todas sus prácticas deportivas. Los deportistas baten récords, implementamos nuevas dietas y formas de entrenamiento, por lo tanto las exigencias son mayores todos los días y es cuando ocurren los casos desafortunados que vemos en las noticias.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios