En el penúltimo capítulo de la serie “Juego de Tronos”, la batalla que se libró por el control del Trono de Hierro dejó a Desembarco del Rey, capital de los Siete Reinos, destruida hasta los cimientos. Entre el humo y las cenizas, nuestra historia medieval favorita llega a su fin hoy y, luego de ocho años de luchas, traiciones y sed de poder, los fans deberán contener el aliento una vez más (a las 22 por HBO y HBO Go).
¿Qué esperar en los últimos 80 minutos de relato? Con tantas teorías (y una marea de críticas que fue en ascenso capítulo tras capítulo) hay dos hechos inequívocos. Primero: podés amar u odiar la serie pero no existen medias tintas. Y, segundo: sin importar las diferentes visiones sobre la producción y sus giros narrativos, siempre es mejor desenmarañar la trama en equipo.
Así, las juntadas del fin de semana -conocidas como dominGOT, por sus siglas en inglés- son el as bajo la manga de los ansiosos espectadores que buscan un espacio para desconectarse del siglo XXI y compenetrarse en el arte del blandido de espadas. “En las reuniones van y vienen las gaseosas y los snacks. Además, cuando termina el episodio salimos a comer afuera y debatimos lo que pasó. Eso sí, los comentarios durante la proyección merecen chirlo”, comenta Pablo Dip, dueño de tres estatuillas de la casa Lannister (familia que detentaba el mando).
Al igual que muchos fanáticos, Pablo se encuentra disconforme con el acelerado ritmo en que se desencadenó la ficción pero esa situación no impide que esté dispuesto a darle un cierre de oro. Al ser una noche especial, el requisito para presenciar el final de temporada es usar smoking. “La idea empezó como una broma entre amigos porque decíamos que era un evento importante y había que vestirse acorde”, narra divertido (pese a que el grupo termine bebiendo cerveza frente al televisor).
Y si de sacrificios se trata, Nicolás Araujo se merece la condecoración de caballero por seguir religiosamente la serie desde Estocolmo, lugar donde ahora reside. “El gran problema es que -al ser estreno mundial- el cambio de horario nos mata porque la transmisión se realiza a las 3. Sin embargo creamos también este ritual de domingo: salir del trabajo, ir por unos tragos y ver el estreno”, explica.
A las críticas ¿oídos sordos?
Cuando el pueblo de GOT está enojado es mejor huir antes de que corra sangre (virtual). En lo que atañe a las escenas, con tantas expectativas cosechadas en base de publicidad y shipping, la frustración de los televidentes convirtió a las redes sociales en un calvario de reclamos contra HBO -productora encargada de la serie- y sus guionistas Dan Weiss y David Benioff.
Como prueba, basta ingresar a la página “Chance.org” y ver la petición de 350.000 usuarios para que se rehaga el desenlace- “Era sabido que el final no sería como lo esperábamos. ‘Juego de Tronos’ no busca un desenlace al estilo Disney y los fans somos de pensar teorías alocadas pero esta temporada me dejó un sinsabor. Hay momentos, como la intensa oscuridad en la batalla de Invernalia, los cameos innecesarios y las muertes inverosímiles de personajes con argumentos sólidos que me hacen creer en su ocaso”, narra Maximiliano Carrizo Álvarez.
La duda es, ¿podrán los fanáticos llegar al equilibrio o se librará una nueva contienda en la vida real? “A GOT se le está viendo la hilacha. Ya no espero nada, solo quiero presenciar un cierre digno -confiesa sin tapujos María Laura Nuria, partidaria de la casa Stark-. Estoy desilusionada por las decisiones que se tomaron pero creo que el verdadero valor de ‘Juego de Tronos’ es inquebrantable. La serie ya no pertenece a un canal y su equipo de producción, ni siquiera a sus seguidores o el escritor. Es un mundo aparte con reglas y lógicas propias, ahí está la esencia de la historia”.
Quizás, este sexto capítulo represente la esperanza de una serie que -entre quejas y suspiros- fue ganando millones de seguidores a nivel mundial, todos ellos atentos a cada sutil movimiento que se expondrá hoy. Quizás, este sea el verdadero final de “Juego de Tronos” porque no existe muerte más desgarradora que no cumplir con las exigencias de un fan. (Por Guadalupe Norte)