TESTIMONIO
LA ARGENTINA, POR SÍ MISMA
ALICIA UGARTE Y RAÚL ARUÉ (COMPILADORES)(Humanitas - Tucumán)
Para el lego en la actividad académica (rubro: las humanidades), leer testimonios de vidas imbricadas con tales temas parecería un esfuerzo prescindible. Pero quien aborde sin prejuicios los relatos de esta pléyade de intelectuales que trabajaron a la sombra –o mejor dicho, a la luz– del Instituto de Historia y Pensamiento Argentinos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, creado en 1975, oirá en este libro 14 voces que narran sus vivencias con libertad, creatividad y entusiasmo, y disfrutará en esos relatos, condimentados con los rasgos de cada personalidad, semblanzas vivas de la cultura argentina.
Ahí están la lucidez del filósofo Ezequiel de Olaso trazando su carrera académica, el humor con que el “Pato” Gentilini desgrana sus andanzas entre la contabilidad y la música, la humildad con la que Emilio Estiú procura atenuar su brillantez filosófica, la resplandeciente dicción de Leda Valladares narrando su evolución intelectual, el entusiasmo de Gustavo Bravo Figueroa al contar su gesta de propulsor de la cultura, la sencilla elegancia con la que Rosita Ávila declara su amor al teatro. Deslumbra la exposición erudita y rigurosamente estructurada de Eugenio Pucciarelli sobre temas y figuras de la filosofía, y conmueven las arduas búsquedas de Armando Bazán, Antonio Pérez Amuchástegui, Irene García y Beatriz Bosch para desentrañar el alma escondida en papeles que dormían históricos sueños en estantes polvorientos y trazar rumbos en los que el pasado iba prefigurando nuestro presente. Narran también sus peripecias Alberto Tasso al historiar su tierra adoptiva, Santiago del Estero, y Clotilde Yapur, bebiendo a grandes tragos la oportunidad de crecer en claustros universitarios de las Américas. Y, alma mater de estas odiseas intelectuales, Lucía Piossek Prebisch, fundadora del IHPA, quien cierra su impecable, rico autorretrato agradeciendo a la vida lo recibido.
En un breve capítulo final de testimonios y entrevistas, Raúl Auré agrupa a otros valiosos miembros del Instituto y a sus desvelos, desde aquel brillante logro, La inmigración en la Argentina, que tuve el honor de reseñar en LA GACETA Literaria en 1979.
La búsqueda, el hallazgo, los riesgos, el separar la paja del trigo. Hay epifanías vocacionales, siempre con sentido de pertenencia a un tiempo y un espacio exigentes, a menudo sacudidos por lo imprevisto, a veces doloroso. Todo ello encontrará el lector -¡qué lectura para los jóvenes!- y, frecuente o no la hondura filosófica o el infatigable vaivén de la historia, no saldrá defraudado.
© LA GACETA
EUGENIA FLORES DE MOLINILLO