Peligra la Fiesta Nacional de Teatro por la crisis dentro del INT

Paraná desistió de organizar el encuentro federal de elencos por una denuncia de Allasino.

Carlos Gorostiza dejó diversos legados al teatro argentino. Constructor de una dramaturgia independiente en la cual abrevaron innumerables grupos desde fines de los 50, su aporte fue crucial también como funcionario de Raúl Alfonsín. Era Secretario de Cultura de la Nación cuando se le ocurrió, en 1985, crear un espacio federal para compartir experiencias, formarse, ver obras montadas en todo el país y generar un encuentro horizontal, donde un artista de Tierra del Fuego fuese tan importante como otro de Jujuy.

La Fiesta Nacional de Teatro se interrumpió sólo una vez: fue en 2001 por cuestiones presupuestarias, y la reacción de la comunidad teatral fue una Marcha de la Cultura hasta el Congreso nacional. Pasaron gobiernos de distintos signos políticos y se sucedieron crisis económicas de diversa profundidad, pero desde entonces siempre primó el criterio de mantener el festival que durante más de una semana reúne una vez al año a elencos de la Argentina, elegidos luego de un certamen provincial.

Este año, nuevamente, la Fiesta está en peligro, pero no por los vaivenes de la economía sino por el profundísimo conflicto que se atraviesa en el seno del Instituto Nacional de Teatro (INT), sobre el que LA GACETA viene advirtiendo desde hace cuatro años: el tramo final de la gestión de Guillermo Parodi como director ejecutivo y todo el mandato de Marcelo Allasino en ese cargo, enfrentados sucesivamente con la mayoría del Consejo de Dirección (CD) de ese ente.

Este choque derivó, en el segundo semestre del año pasado, en que Allasino separase de sus cargos en el CD a los representantes de las regiones Centro Litoral, el rosarino Miguel Palma, y de Nuevo Cuyo, Gabriel Arias (San Luis). El CD siguió reuniéndose, pero el director desconoció todo encuentro. Esto llevó a la paralización operativa del INT.

Este año, en vez de normalizarse la relación, la tensión continúa. El CD decidió que la 34ª Fiesta Nacional de Teatro iba a tener lugar luego de las PASO de agosto en Paraná, la capital de Entre Ríos. Pero el delegado de esa provincia, Santiago Marcos, es uno de los que está enfrentado a Allasino, que prefería hacer el festival en la más amiga Santiago del Estero (la formalizó como candidata para 2020). El representante de la provincia vecina, José Oscar Kairuz, está segregado de las reuniones del NOA por los otros delegados de la región, que sesionan por aparte.

Recientemente, el director ejecutivo pidió que la Oficina Anticorrupción y la Secretaría de Cultura de la Nación investiguen si Marcos incurrió en alguna irregularidad entre octubre del año pasado y este febrero (el período de mayor conflictividad en el INT) por no haber impulsado el reemplazo de Palma y así tener cubiertos todos los cargos. Al haber puesto en duda su labor, la secretaria de Turismo y Cultura de Entre Ríos, Ana Gaillard, retiró el ofrecimiento de Paraná como sede de la Fiesta Nacional. En la misma presentación contra Marcos figura el representante cordobés Ricardo Bertone.

Esta novedad volvió a poner en alerta a la comunidad teatral de todo el país. El delegado del INT en Tucumán, Roberto Toledo, reconoció la tensión existente en la entidad pero destacó: “nadie dice que no se haga la Fiesta, ni Allasino ni nosotros; se van a agotar las opciones para realizarla y estamos buscando una solución, pero no sabemos cuándo ni dónde se hará”. “Lamentamos profundamente esta situación”, agregó.

La prioridad sería que la Fiesta quede en la región NEA, por el criterio rotativo en el país. Las alternativas en estudio son la mencionada Santiago del Estero (de muy difícil realización); Capital Federal (la última Fiesta fue en 1991, pero no tiene suficiente respaldo), San Luis y Córdoba (ambos delegados están peleados con Allasino). Tucumán figura en la lista, pero hace apenas tres años fue sede, y provincia de Buenos Aires se descartó por resistencias políticas.

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