Argentina, tercero y a mucha honra

El seleccionado nacional terminó una Copa América con saldo positivo.

Quizás fue en Atlanta 1996 cuando se puso fuertemente “de moda” entre los futbolistas argentinos, el quitarse velozmente toda medalla del pecho que no sea dorada. Justo en unos Juegos Olímpicos, donde cualquier medalla tiene valor. Claro, el seleccionado dirigido por Daniel Passarella había perdido la final ante Nigeria 2-3, cuando a falta de 15 minutos ganaba 2 a 1. Una salida tardía de la defensa tras un tiro libre de la que no hubiese zafado ni con el actual VAR, provocó el agónico tercer gol y lo que vino después: jugadores como Hernán Crespo, Ariel Ortega, Matías Almeyda o Claudio López sacándose inmediatamente de su pecho la medalla. Esa misma que antes de ese episodio, Gabriela Sabattini o Juan Martín Del Potro lucieron con orgullo, aún perdiendo también una final. La misma que el levantador de pesas Humberto Selvetti logró en Melbourne 1956, en halterofilia y no quiso sacársela más, luego de levantar 500 kilos. A partir de ese episodio, la foto siempre era la misma en las premiaciones: argentinos sacándose rápidamente la medalla “no dorada”. Hasta ayer.

Tras ganarle a Chile 2-1, prácticamente todos los jugadores mantuvieron su medalla en el pecho y hasta posaron con ella y un plato conmemorativo del triunfo, que recibió Ángel Di María, en reemplazo de Lionel Messi que -enojado con el arbitraje- no salió a recibirla. Claro, esta vez no era de plata. Habían ganado un partido para conseguirla. Argentina no salía tercera en una competencia oficial desde hace 30 años (más de lo que pasó desde el último título). Curiosamente fue en otra Copa América y también en Brasil (1989).

Los que sí se la sacaron rápido fueron los chilenos, que increíblemente también recibieron su premio por el cuarto puesto. Una medalla de cobre fue la excusa para incluirlos en la ceremonia.

Más allá del último detalle, y si hablamos sólo de metales, lo importante fue lo que sucedió con el bronce. Argentina luchó contra propios y extraños para intentar ganar esta Copa América. No pudo. Perdió ante Brasil y quedaba este partido. El equipo y el cuerpo técnico, con sus carencias incluidas, lucharon para ganarlo y terminar terceros.

Las apariciones de Paulo Dybala (foto derecha) en su mejor partido en la Selección, otro gol de Sergio Agüero y otro buen partido de Messi (al igual que contra Brasil, tras un flojo inicio), así lo indican y así lo permitieron. La pelea de Messi con Gary Medel también dio cuenta de eso. Quizás sea poco premio para una selección de tanto calibre pero lo cierto es que ya van 26 años en que ese “calibre” no es más que un recuerdo. Así que no sorprende que en esa foto final con todo el plantel, recibiendo la medalla, el plato y posando detrás de un cartel grande que decía (dos veces) “tercer lugar”, haya sido hecha con ganas similares a las que se jugó el partido. Y nadie murió de vergüenza.

No parece ser algo que hubiesen hecho Crespo, Ortega y compañía... ¿o sí? En Atlanta 1996, Argentina superó a Portugal en semifinales y Nigeria, a Brasil. Si Argentina perdía ese duelo, hubiese disputado el partido por el tercer puesto nada menos que contra su clásico rival. De ganar el bronce, ¿se hubiesen sacado la medalla tan rápido esos jugadores? ¿Hubiese alterado la moda que le siguió? Difícil saberlo pero ayer Argentina celebró su tercer lugar y está bien.

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